Cuéntame una canción: Always Look on the Bright Side of Life

Es 1982. Son las 14:00 horas del 4 de mayo. El lugar, unos 50 kilómetros al oeste de las Islas Malvinas. El destructor de la marina británica HMS Sheffield ha sido alcanzado en la línea de flotación por un misil Exocet lanzado por la aviación argentina. Los daños han sido cuantiosos, las llamas se extienden por el buque de guerra y los sistemas eléctricos han colapsado. La tripulación lleva cuatro horas luchando con el fuego, pero las bombas de agua están destrozadas y las llamas avanzan imparables. Por fin, ante el peligro de que los torpedos estallen, el capitán ordena abandonar el barco.

La tripulación, abatida y silenciosa, se reúne en la cubierta superior y aguarda la llegada de los helicópteros de rescate. Una sensación de derrota, más fría que las gélidas aguas del Atlántico Sur, se extiende entre los marineros, cuando, inesperadamente, el subteniente Carrington-Wood se pone en pie y se dirige a sus camaradas: “Come on, boys! Cheer up! You know what they say: Worse things happen at the sea!” (“¡Vamos, muchachos! ¡Animaros! Ya sabéis lo que dicen: ‘Cosas peores ocurren en la mar’”). Algunas risas surgen aquí y allá. El subteniente Carrington-Wood comienza entonces a entonar con voz firme las primeras estrofas de la canción “Always Look on the Bright Side of Life”. Pronto toda la tripulación canta al unísono el conocido tema del grupo de cómicos Monty Python. El corazón de los oficiales se llena de orgullo; el buque se irá a pique, pero el ánimo de los marinos de su majestad permanece intacto.

La inesperada reacción de los tripulantes del Sheffield ocupó un lugar destacado en los diarios británicos que relataban minuto a minuto el desarrollo de la Guerra de las Malvinas y ha quedado registrada para la posteridad en los libros de historia naval. Se trata de un excelente ejemplo del valor simbólico que esta tonada ha adquirido para los habitantes de las húmedas Islas Británicas y que refleja la actitud con la que se enorgullecen de enfrentar la adversidad: con una dignidad que raya en la arrogancia.

El tema fue escrito y compuesto por Eric Idle e incluido en la película La vida de Brian (1979), quien por cierto también lo interpreta en los minutos finales del film (y no Graham Chapman, el actor que da vida a Brian, el protagonista, como aseguran en muchos artículos publicados en revistas que no son Muzikalia). El tema no tardó en alcanzar una enorme popularidad, pues pone letra y música a un sentimiento muy arraigado en la sociedad británica, una mezcla de estoicismo y sentimiento patriótico que podríamos traducir como “Vale, sí, hemos perdido. Pero ¿sabéis qué? ¡Que nos da igual, porque somos británicos!”.

Para la generación que vivió el estreno de la película la canción se volvió tan popular y conocida que, durante algún tiempo, y según unos amigos galeses, si te ponías a silbar el comienzo en cualquier población y en cualquier momento, podías estar seguro de que alguien iba a continuar con la segunda parte. La sencilla y melódica tonada, además, se presta a la perfección a arranques espontáneos en los que grupos de ingleses (en mayor o menor grado de ebriedad) se lanzan a cantar con ojos lacrimosos una canción que ellos vinculan al amor a su tierra y entre las que se encuentran, por ejemplo, “I Am Sailing”, de Rod Stewart, o “We Are the Champions”, de Queen.

Las autoridades municipales de la localidad de Manchester la cantaron el 24 de septiembre de 1993, cuando fueron derrotados por la ciudad de Sydney en su candidatura para organizar los Juegos Olímpicos de 2000 y es coreada a menudo por los hinchas de cualquier equipo de fútbol que acaba de perder. De hecho, los Monty Phyton compusieron una versión de la misma para cuando la selección inglesa resultase eliminada del Campeonato Mundial de Fútbol 2014, celebrado en Brasil y la Federación Inglesa de Fútbol la declaró himno no oficial. Así son ellos.

Lo cierto es que la balada inspira una actitud relativista, una especie de optimismo burlón ante los momentos sombríos, cuyo equivalente podríamos encontrar en los refranes castellanos “¡Al mal tiempo buena cara!” o “Dentro de cien años todos calvos”. Ello ha hecho que sea una de las canciones preferidas para levantar el ánimo de quienes asisten a funerales. Durante las exequias del cómico Graham Chapman el resto de los componentes del grupo Monty Phyton la cantaron a capella como despedida a su compañero. Sin embargo, no es cierto que hoy en día sea la más interpretada en estos eventos; lo fue durante algún tiempo, pero actualmente ocupa un modesto puesto número 10, con “My Way”, de Frank Sinatra encabezando la lista.

El buen rollo que transmite es el responsable de que otros artistas hayan hecho sus propias versiones, así, por ejemplo, Iron Maiden la utiliza para cerrar sus conciertos, la banda punk Green Day hicieron un medley con ella y el tema “Shout”, en el álbum Bullet in a Bible (2005), Harry Nilsson la incluyó en Flash Harry (1980) y Emilie Autumn la interpretaba como colofón de su setlist en su gira The Gate, en 2008. En 1997, Art Garfunkel hizo una versión para la película Mejor imposible, de James Brooks, los alemanes Heaven’s Gate la incluyeron en el disco Hell for Sale! (1992), y también The Brobdingnagian Bards en A Faire to Remember (2001), JBO en Sex, Sex, Sex (2000) y seguro que hay todavía unos cuantos grupos más que la han versioneado, pero, eso sí, todos la sitúan al final de sus álbumes o de sus conciertos. No cabe duda de que es un tema ideal para las despedidas.

En cuanto a mí, he de reconocer que es mi tema-mantra, que tarareo mentalmente cada vez que el médico me dice que debo dejar de fumar, cuando me miro al espejo por las mañanas, o, simplemente, cuando amanece otro día nublado.

FICHA TÉCNICA:

Voces: Eric Idle.
Coros: Fred Tomlinson Singers.
Silbidos: Neil Innes.
Compositor (letra y música): Eric Idle.
Arreglos: John Altman

Año de grabación: 1978.

Fecha de publicación: 16 de noviembre de 1979.

Estudio de grabación: Chappell’s Studio (Londres) & Friar Park Studio (Henley-On-Thames).

Producción: Andre Jacquemin, Dave Howman.

 

Always Look on the Bright Side of Life

Cheer up, Brian. You know what they say.
Some things in life are bad,
They can really make you mad.
Other things just make you swear and curse.
When you’re chewing on life’s gristle,
Don’t grumble, give a whistle!
And this’ll help things turn out for the best
And

Always look on the bright side of life!
Always look on the bright side of life

If life seems jolly rotten,
There’s something you’ve forgotten!
And that’s to laugh and smile and dance and sing,

When you’re feeling in the dumps,
Don’t be silly chumps,
Just purse your lips and whistle — that’s the thing!

And always look on the bright side of life
Come on!
Always look on the bright side of life

For life is quite absurd,
And death’s the final word.
You must always face the curtain with a bow!
Forget about your sin — give the audience a grin,
Enjoy it, it’s the last chance anyhow!

So always look on the bright side of death!
Just before you draw your terminal breath.
Life’s a piece of shit,
When you look at it.

Life’s a laugh and death’s a joke, it’s true,
You’ll see it’s all a show,
Keep ‘em laughing as you go.
Just remember that the last laugh is on you!

And always look on the bright side of life
Always look on the bright side of life

Come on guys, cheer up
Always look on the bright side of life
Always look on the bright side of life

Worse things happen at sea you know

Always look on the bright side of life

I mean, what have you got to lose?
you know, you come from nothing
you’re going back to nothing
what have you lost? Nothing!

Always look on the bright side of life

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