Cuéntame una canción: «I don’t like Mondays», de Boomtown Rats

A mí, tampoco me gustan los lunes, lo reconozco. Con esa galbana resacosa de los dos días anteriores y la perspectiva de una larga semana por delante hasta que llegue de nuevo el finde. Dan ganas de quedarse en la cama, mirando la página de Muzikalia en el móvil. Pero hay que ir al curro (el que lo tenga) o, peor aún, ¡a clase! O también podemos pegar unos tiritos con el rifle semiautomático Ruger 10/22, con mira telescópica, que papá nos regaló por Navidad, en lugar de la radio que le pedimos.

El 29 de enero de 1979, Bob Geldof estaba en los estudios de la WRAS, la emisora de radio de la Universidad Estatal de Georgia, Atlanta, cuando el telex (un aparato que recibía noticias a través de la línea telefónica y que durante un tiempo fue lo más) empezó a escupir una cinta de papel informando que Brenda Ann Spencer, estudiante de 16 años, se había liado a tiros en la Escuela Elemental de San Diego, California, matando a dos adultos e hiriendo a ocho niños y un poli. ¿El motivo? Que no le gustaban los lunes.

Inmediatamente, al irlandés Geldof – periodista musical, compositor, cantante líder de los Boomtown Rats y (más tarde) activista humanitario – se le encendieron las luces de la inspiración, cogió papel y lápiz y se puso a componer. Cuando las musas te hablan, hay que prestar atención. Geldof y su banda habían logrado un primer puesto en las listas británicas el año anterior con el single «Rat Trap» y, como suele decirse, había que golpear el hierro mientras seguía caliente.

Boomtown Rats Rat Trap

Geldof y los Boomtown Rats estaban de gira por los Estados Unidos, así que no pudo dedicar mucho tiempo a trabajar en la nueva canción, pero su idea inicial era componer un tema reggae, que en la década de los setenta pegaba fuerte en las islas británicas. El caso es que cuando por fin terminaron con los bolos previstos hicieron un alto en Los Ángeles y se metieron en un estudio (no consta cuál) para grabar unas demos. Fue entonces, cuando el teclista del grupo, John Peter Moylett – alias Johnnie Fingers –, le dijo a Geldof: “Tío, pasa de contrapuntos y ritmos jamaicanos; esto lo que necesita es un poco de drama”. Y, por supuesto, para el drama no hay nada como el piano. ¡Qué razón tenía! La canción se convirtió en algo completamente diferente, en un lamento que refleja la absurda rutina cotidiana de las vidas que muchos de nosotros llevamos.

Toda la canción, y el título en especial, se había inspirado en las palabras de Brenda Spencer cuando le preguntaron por sus motivos para hacer lo que hizo. Pero pongámonos en situación: es primera hora de la mañana de un lunes de enero. La semana acaba de empezar. Al otro lado de la calle, los niños entran a clase como de costumbre. Otro lunes aburrido más. Brenda se va hasta el armario, saca su rifle Ruger y una caja de munición, se asoma a la ventana y empieza a disparar. El director de la escuela, Burton Wragg, es de los primeros en caer, abatido mientras intenta proteger a los niños, lo mismo que el celador Mike Suchar. En apenas un par de minutos ocho pequeños resultan heridos y uno de los primeros policías en llegar recibe un disparo en el cuello.

Brenda sigue tirando hasta que se le acaba la munición. La policía rodea la casa, ella se atrinchera y se queda allí sentada, sin hacer nada más que atisbar de vez en cuando el follón que se ha montado fuera. Mientras tanto, un reportero avispado del San Diego Union-Tribune ha tenido la idea de empezar a llamar a todos los teléfonos del barrio, aleatoriamente (era la época de los listines telefónicos), hasta que da con el de la casa de Brenda. Habla con ella y le pregunta: “¿Por qué lo has hecho?”. Y Brenda: “No me gustan los lunes. Esto anima un poco el día”. Finalmente, le entra hambre y como el negociador de la policía le promete un menú Burger King (verídico), decide salir y entregarse.

La tragedia sacudió al país por dos razones. La primera es que todavía no estaban acostumbrados a los tiroteos indiscriminados en centros escolares y la segunda, por la evidente falta de motivación mínimamente racional de la joven asesina. Claro que, por otro lado, están sus circunstancias, que no justifican, pero sí que explican de alguna manera lo que hizo. Hija de padres divorciados, Brenda vivía con un padre alcohólico, de quien la madre decía que llevaba años sometiendo a abusos sexuales a la hija (a pesar de lo cual, la madre no tuvo ningún problema en ceder la custodia, ni informó a las autoridades). Brenda había sufrido, previamente, episodios depresivos y había mostrado claras tendencias suicidas, por lo que los psiquiatras habían recomendado su internamiento en centro especializado, pero el padre denegó su imprescindible permiso.  El padre; todo un personaje, el mismo que, como ya hemos dicho, cuando ella pide una radio por Navidad, le compra un rifle semiautomático. ¿Ven un poco por dónde va la cosa? Hay más, pero merece una historia aparte. Tal vez otro día y en otro sitio.

En cuanto a la canción, pues otro ejemplo de lo que hemos comentado en muchas ocasiones: que los artistas son unos pésimos evaluadores del valor que tiene su propia obra. Geldof quiso meterla como la cara B de cualquier otro tema y fue la discográfica Ensign quien hubo de insistir para darle la atención que merecía, ante el desconcierto del artista que no entendía nada: “Estáis locos, esto nunca será un hit”. Vale, Bob, lo que tú digas. En los meses siguientes llegó al número uno de las listas británicas y recibió los premios Best Pop Song y Outstanding British Lyric en los Ivor Novello Awards. En el resto del mundo, se situó entre los top ten, pero en los States, en cambio, no pasó del puesto 73 en el Bilboard Hot 100 y las emisoras apenas la radiaron por respeto a las víctimas del tiroteo.

Boomtown Rats I don't like Mondays portada

Bob Geldof no tardaría en involucrarse en la promoción de causas humanitarias, todo amor y buen rollo, que finalmente le proporcionarían el título de Caballero Comandante de la Orden del Imperio Británico, entre muchos otros premios igualmente campanudos. Con el tiempo, probablemente en un esfuerzo por dejar claro que es una buena persona, declararía que “no había pretendido explotar comercialmente la tragedia” y que lamentaba haber escrito la canción porque “había hecho famosa a Brenda”.

Brenda, por su parte, fue condenada de 25 años a perpetua, lo que los americanos llaman “sentencia indeterminada”, o sea, que no tiene fecha de finalización. Cada cinco años, se llevan a cabo esas famosas “revisiones de condena” que hemos visto en las películas, en la que una especie de tribunal se reúne con el condenado, le preguntan, escuchan sus respuestas y luego deciden si lo dejan en libertad o no. A Brenda se la han venido denegando en todas ellas, pero al loro porque el año que viene tiene la próxima.

Eran otros tiempos y hoy en día sería impensable publicar una canción inspirada en algo así a los pocos meses, porque, como se suele decir ahora, sería “demasiado pronto”.

 

«I don’t like Mondays». Boomtown Rats. Ficha Técnica

Compositores: Bob Geldof y Johnnie Fingers.
Productores: Phil Wainman.
Sello discográfico: Ensign, en UK y Columbia, en USA.
Estudios de grabación: Trident Studios.

Fecha de lanzamiento: Julio de 1979.

 

«I don’t like Mondays». Letra.

The silicon chip inside her head
Gets switched to overload
And nobody’s gonna go to school today
She’s going to make them stay at home.

And daddy doesn’t understand it
He always said she was as good as gold
And he can see no reason
‘Cause there are no reasons
What reason do you need to be sure?

Oh, oh, oh tell me why
I don’t like Mondays

Tell me why
I don’t like Mondays,

Tell me why
I don’t like Mondays,
I want to shoot
The whole day down

The Telex machine is kept so clean
As it types to a waiting world
And mother feels so shocked
Father’s world is rocked
And their thoughts turn to their own little girl.

Sweet sixteen ain’t that peachy keen
Now, it ain’t so neat to admit defeat
They can see no reasons
‘Cause there are no reasons
What reason do you need oh, woah

Tell me why
I don’t like Mondays

Tell me why
I don’t like Mondays

Tell me why
I don’t like Mondays
I want to shoot
The whole day down
Down, down
Shoot it all down

All the playing’s stopped in the playground now
She wants to play with her toys a while
And school’s out early and soon we’ll be learning
And the lesson today is how to die.

And then the bullhorn crackles
And the captain tackles
With the problems and the how’s and why’s
And he can see no reasons
‘Cause there are no reasons
What reason do you need to die, die.

Oh, oh, oh and the silicon chip inside her head
Gets switched to overload
And nobody’s gonna go to school today
She’s going to make them stay at home.

And daddy doesn’t understand it
He always said she was as good as gold
And he can see no reason
‘Cause there are no reasons
What reason do you need to be sure

Tell me why
I don’t like Mondays
Tell me why.

I don’t like Mondays
Tell me why.

I don’t like, I don’t like, I don’t like Mondays
Tell me why
I don’t like, I don’t like, (tell me why) I don’t like Mondays
Tell me why
I don’t like Mondays
I want to shoot, the whole day down, uh, uh, uh

 

 

2 comentarios en «Cuéntame una canción: «I don’t like Mondays», de Boomtown Rats»

  • el 30 noviembre, 2020 a las 1:55 pm
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    Muy interesante la historia que cuentas. Lasveces que habré acompañado el estribillo de la canción sin saber el trasfondo

  • el 30 noviembre, 2020 a las 5:20 pm
    Enlace permanente

    Una canción bonita, muy bonita.
    La verdad es que sabiendo ahora lo que nos cuentas cuando la escuche de nuevo sonará diferente.

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