Disintegration, la obra maestra de The Cure

The Cure publicaban Disintegration un 2 de mayo de 1989, el disco que terminó de consagrarles como banda universal. Una obra que por su treinta aniversario celebró con una serie de conciertos conmemorativos, los primeros de ellos los días 24, 25, 27, 28 y 30 (nueva fecha) de mayo en el Opera House de Sydney (Australia) dentro de la programación del Vivid Festival (Las entradas están a la venta) y hoy mismo han anunciado que ese 30 de mayo habrá un live stream de su concierto final. Cuatro noches muy especiales en las que repasarán de arriba a abajo el disco y sus caras B y seguro que además, nos depara alguna que otra sorpresa, tal y cómo ocurrió en 2011 cuando actuaron allí en ese concierto especial llamado Reflections, en el que interpretaron sus tres primeros álbumes al completo: Three Imaginary Boys (1979), Seventeen Seconds (1980) y Faith (1981) con la compañía de Lol Tolhurst, tocando teclados y percusiones. A finales de año repetirán la jugada en EEUU y desconocemos si la cosa se extenderá a otros continentes.

Con Disintegration Robert Smith quiso ir un paso más allá en la trayectoria de The Cure, después del éxito de ventas y la gran gira de Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987). Tras los años convulsos que sucedieron a la ruptura de la banda en 1982 tras el tour de Pornography, los singles de tecnopop, los infiernos vividos durante la gestación del irregular The Top (1984) y el renacer con una de las formaciones más estables de su carrera con The Head On The Door (1985), era el momento de marcar un punto de inflexión.

 

Smith siempre ha seguido su camino sin dejarse influir por presiones externas y con el peso de cumplir 30 años, pensando en el que podría ser su último disco (durante su carrera nos ha asegurado esto en un sinfín de ocasiones) decidió encerrarse en su casa para componer sus canciones más personales, con los ambientes de sus primeras entregas y los temas recurrentes de la mediana edad: el paso del tiempo y la desintegración de una relación. Las primeras escuchas de la compañía alertaron ante el «suicidio comercial» que podría cometer el grupo con esos temas tan arriesgados y personales, pero la historia ya la conocen.

 

 

Ya lo dijo Kyle en Southpark después de que Robert Smith salvara al mundo del ataque de Barbra Streisand «Disintegration es el mejor disco de todos», pero no solo eso, porque fue un álbum con alguna que otra peculiaridad. En primer lugar, por incluir una foto de Smith en la portada, algo que no había ocurrido nunca en la discografía de The Cure. También fue el último disco del miembro fundador Lol Tolhurst, sumido en un terrible alcoholismo y expulsado la banda. Una bajada a los infiernos que relató recientemente en su estupendo libro de memorias.

 

Disintegration es un trabajo conceptual que será recordado no sólo por sus singles memorables (“Lullaby”, “Lovesong”, “Fascination Street” (single en EEUU) y “Pictures Of You”), sino por un conjunto de texturas entre el dreampop y la oscuridad, que transcurre desde la monumental “Plainsong”, la ensoñadora “Closedown” o la emotiva “Last Dance”, a la angustiosa “Prayers For Rain” o la evocadora “The Same Deep Water as You”. De la intensidad emocional de “Disintegration” (posiblemente la letra más redonda de su carrera) o el clasicismo que destila “Homesick”, a esa pequeña joya nostálgica y reflexiva llamada “Untitled” y que ponía punto y final a la hora más intensa en la historia de The Cure.

Una obra maestra eterna y atemporal, mil veces reivindicada que vamos a recordar de arriba a abajo, pero en lugar de hacerlo en su versión convencional, recurriremos a tomas diferentes a los temas del álbum, con remezclas, rarezas y directos escogidos.

Disfruta de Disintegration de The Cure

 

 

 

 

 

 

 

 

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