Entrevista: Triángulo de Amor Bizarro

«¿Para qué hacer con cinco guitarras lo que puedes hacer con una sola?»

Bien sea porque han sabido explorar un nicho de mercado que quedaba vacante en el panorama pop-rock nacional, ya sea por suerte o por simple intuición, o bien porque la inmediatez de su propuesta musical caló ya hace más de seis años de manera fulgurante en las conciencias adormecidas del españolito roquero, ansioso de sonidos independientes con denominación de origen a este lado de los Pirineos. El caso es que con muchos kilómetros de conciertos a las espaldas, además de un nada desdeñable puñado de buenas canciones, los gallegos Triángulo de Amor Bizarro se han convertido por méritos propios en el grupo de referencia dentro de nuestra escena musical independiente. Su última carpeta cargada de incontestables himnos generacionales es el resultado de un proceso largo de trabajo y entusiasmo. Encumbrado a las pocas semanas de su publicación por público y crítica como una obra clave para entender el particular universo de su aparente enmarañado sonido. Charlamos animadamente con Rodrigo Caamaño, voz, guitarra y compositor de la banda, que nos desvela cómo ha sido la gestación del exitoso Salve Discordia (2016), entre otras curiosidades sobre el funcionamiento del grupo:

Háblame del sonido del disco ¿es éste exactamente el disco y el sonido que buscabais?

Sí. Con los otros tres discos de la banda conseguimos alcanzar un sonido propio, pero no era muy natural, lo logramos a base de probar muchas cosas y añadir diferentes elementos, trabajando con muchas maquetas y con muchísima producción, pero aquí de repente nos hemos dado cuenta de que al grabarnos los cuatro solos con los instrumentos, ese sonido final lo habíamos conseguido incorporar a nuestra forma de tocar. Esa es la gran diferencia con este disco, cuando no metimos en el local de ensayo, uno de los momentos en que vimos que podíamos desarrollar algo es cuando nos dimos cuenta de que éramos capaces de por medio de la improvisación o empezando canciones nuevas llegar al sonido que queríamos de una manera mucho más directa, sólo nosotros cuatro tocando. Por ejemplo en Victoria Mística (2013) nos costaba mucho alcanzar el sonido deseado, hubo que hacer mucho trabajo de producción.

Supongo que los años de experiencia cuentan.

Sí, supongo que la práctica de todos estos años es que lo que nos ha otorgado. Poder alcanzar el ideal de sonido que pretendes y lograrlo simplemente tocando nosotros mismos, sin necesidad de más elementos, supongo que cada vez vas aprendiendo más. En las sesiones de este disco lo que vimos es que conseguimos el sonido que nos define, reduciendo a lo mínimo. en el sentido de que sonamos a nosotros mismos, simplemente con los cuatro metidos en un local de ensayo y a partir de ahí poder hacer una grabación, partiendo de unas bases mucho más simples y poder desarrollarlo, que fue lo que más tiempo nos llevó, porque descartábamos todo lo que no sonara a nosotros mismos y no fuera muy inmediato. Teníamos claro que no queríamos canciones que tuvieran mucho tratamiento. El siguiente paso fue hablar con Carlos Hernández (productor del disco), teniendo claro que la premisa era eso: “para qué hacer con cinco guitarras lo que puedes hacer con una sola”, algo que tal vez si sucedió en los anteriores discos. A partir de ahí fue plantear la grabación con más contundencia y dedicarle más tiempo del habitual, con más medios para que fuese un sonido mucho más natural y a la vez encontrar espacio para añadirles otro tipo de influencias, de diferentes músicas y de otros tipos de ideas.

El sonido del nuevo disco, con evidente supremacía de las melodías y un mayor protagonismo de las voces, podría llevarnos a etiquetar Salve Discordia (2016) como el disco más accesible de Triángulo de Amor Bizarro, ¿se nos acabó la furia de Año Santo (2010)?

No, para nada. Año Santo (2010) fue muy importante y definitorio para nosotros. Fue una época como muy traumática para nosotros, con muchas disputas internas que derivaron en una reconstrucción del grupo. Fue cuando entró Rafa (se refiere a Rafael Mallo, batería de la banda desde 2009) y realmente fue como una huida hacia adelante completa, fue un disco casi improvisado en el estudio de grabación de Paco Loco que nos ayudó mucho en el estudio. Pero el primer disco fue eso, entrar una semana en el estudio y a ver qué salía, no había opción de pensárselo mucho, fue lo que salió. En ese momento creo que salió bien, pero para nosotros como grupo era complicado afrontar la grabación de un disco y que todo se reduzca a la tirada de una moneda, a como estés esa semana, o como cantes y tengas la voz, y realmente fue así. Todo salió bien, y gracias a esa grabación ahora estamos aquí, pero si nos hubiera salido mal, pues no estaríamos aquí, ese fue el rollo de Año Santo. Es un momento para nosotros irrepetible, pero tampoco queremos volver tener que pasar por ese tipo de situación otra vez.

¿Entendéis que este nuevo disco os define mejor?

A ver, yo creo que cada disco nos define en una época determinada. Yo tengo claro que lógicamente, y creo que es algo inherente a toda la música, tú vas aprendiendo cosas nuevas pero también vas dejando otras que no puedes recuperar. Al final lo importante es que lo que vayas aportando sea mayor que lo que pierdes. Eso es así, es inevitable. Por eso de tantos grupos los primeros discos siempre son como los más celebrados y después a veces intentas transportarte a otra época para intentar recuperar lo que hacías antes. Para nosotros Año Santo es un disco que hicimos hace casi diez años y siempre lo tendremos presente, pero al final ensayas y ensayas y miras hacia delante, no te planteas mirar lo anterior. Cada creación de un nuevo disco marca una época del grupo y cuando sale publicado ya la cerramos y empezamos a pensar en el futuro, en los conciertos. Es nuestra manera de evitar estar siempre peleando contra tu yo del pasado, es una situación difícil pero creo que es habitual en todos los grupos. De repente sale un disco, gusta, y cuando vuelves a empezar otro disco te enfrentas a la nada, tienes lo que ya has hecho, pero tiendes a hacer algo mejor, sino sería siempre como una pequeña derrota para ti. Eso se logra intentando crecer como músico, a base de mucho trabajo y buscar los momentos en que te venga la inspiración y ¿qué mejor momento que ensayando? Pero intentamos no pensar en una época ni en un sonido, o si un disco es diferente a otro o no.

Si atendemos a la repercusión en Facebook y el resto de redes sociales, desde luego tengo claro que ahora mismo sois la banda de moda. ¿Qué acogida esperáis por parte de la prensa y los medios especializados?

Somos bastante fatalistas en general, con este disco la grabación y la mezcla fue todo muy bien. Eso sí, fue bastante más dura la composición porque nos llevó mucho tiempo, rozando nuestros límites. Pero luego la grabación fue como la seda. Siempre hablas con la gente que te dice que todo suena muy bien. Es muy complicado, yo nunca sé cómo lo va a acoger la gente, tengo claro que a todos los grupos de repente un día, haciendo algo que consideras que está bien, pues de repente te da la espalda la crítica o el público, pero creo que es algo que ningún grupo puede escapar, es algo que más tarde o más temprano te puede pasar. Al final es en plan de si lo oímos y estamos contentos eso es lo que al final valoras, no puedes influir en los gustos de la gente. No tengo la sensación de acabar un disco y decir “este es el mejor o es el peor”, con este disco lo que sí que tengo claro es que cumplimos con todos los objetivos que nos habíamos marcado.

La primera canción “Desmadre Estigio” podría pasar perfectamente por un tema de El Columpio Asesino, es más incluso la voz recuerda un poco a la de su vocalista Albaro Arizaleta. Incluso “O salve eris” que cierra el disco contiene unos grititos que me recuerdan mucho a El Columpio Asesino, más concretamente en la canción de Toro ¿Encontráis la similitud? ¿Después de tanto tiempo preguntando por referencias musicales extranjeras, no crees que ya sea hora de que la prensa empiece a ver referencias nacionales y dejar de hablar de The Cure y New Order o My Bloody Valentine cuando se os menciona?

Para este disco estuvimos escuchando mucha música de los años setenta, mucha psicodelia de grupos de dub, retomé mucho Khan que siempre me gustó, pero que en esta época he tenido muy presente. Pero al final no hay una influencia sola, es un conglomerado de muchas cosas. Por ejemplo hay veces que nos citan referencias que para mí no son tan claras, pero después otras que yo veo muy claras y la gente ni las menciona. Al final es simplemente que te recuerda a una cosa, ni tener referencias ni no tenerlas, la música siempre te recuerda a algo. Intentas sonar a ti mismo, pero sin acotarte a un estilo determinado, no sé si nosotros somos un grupo de rock o un grupo de pop, pero sí que somos un grupo de canciones. Es normal que la gente busque referencias, pero muchas veces nos identifican con grupos o sonidos de los que justamente teníamos la intención de huir.

Sorprende conocer el dato de que a día de hoy muchos grupos que consideramos de referencia en la escena musical de España no puedan dedicarse en exclusiva a la música ¿En qué situación os encontráis? ¿Es el grupo vuestra prioridad absoluta o tenéis trabajos secundarios que cuidar?

Nos dedicamos exclusivamente a la música desde el primer disco. Fue una una decisión, o más bien casi una obligación, que tuvimos que tomar primero porque no teníamos mucho que dejar atrás y bueno porque nos dimos cuenta de que ganábamos más dando conciertos que con los trabajos de mierda que teníamos, básicamente. Desde entonces fue ir tocando y tocando y lógicamente adaptando nuestro estilo de vida a esto. Nosotros llevamos una vida muy frugal, vivimos en el campo y realmente todo gira en torno a la música. Si tuviéramos otros trabajos hubiera sido imposible haber dedicado tanto tiempo, ya no solo a este disco, igual en los otros discos. Hubiera sido imposible estar un año entero ensayando cuatro días por semana poniendo horas y horas. No sé lo que hubiera pasado, porque siempre lo que hemos hecho es esto. No sé si desconectar y tener una actividad paralela a la música no sé si hubiera favorecido. Yo creo que no, porque nuestra intención siempre ha sido explorar nuestras limitaciones, aprender música, conocer grupos e intentar llegar más a lo que quieres contar y eso sólo lo consigues mediante horas y horas de trabajo. Si tuviéramos otros trabajos eso sería imposible.

En las letra de “Euromaquia” podemos escuchar que “Europa es una zorra, está dejando morir a sus jóvenes” ¿Estamos ante un modelo nuevo de canción protesta? ¿Qué tiemble el legado de Labordeta, es el momento de la generación de Nacho Vegas?

Desde el primer disco siempre hicimos ese tipo de canción, puedes llamarlo canción protesta, siempre tuvimos letras que indicaban, no sé si la intención de protestar, pero sí desde luego la de revolverse en contra de todo lo que ves y lo que te machaca. Cuando empezamos el grupo por el año 2004 o 2005 era una época en teoría de bonanza pero para nuestra generación era lo mismo, trabajos de mierda, sin apenas oportunidades, los puestos buenos de las empresas ya estaban dados. Realmente siempre ha sido una motivación y ha estado presente en nuestras letras la no conformidad, o la inconformidad absoluta, con el estado social de este país, por supuesto. Es algo que estuvo en el grupo desde el principio, ahora con la crisis está claro que debe estar. Mencionas a Nacho Vegas. Yo creo que él antes también era muy contestatario, sólo que ahora lo expresa de otra forma. Es algo que siempre estuvo ahí, no sé si es una nueva corriente ahora o si es la nueva canción protesta, pero sí que me resulta realmente imposible ponerme a escribir letras y no hacerlo sobre lo que me afecta, y desde luego una gran parte tienen que ver con la sociedad, con la política y con la situación de este país, está claro.

De dónde viene esa necesidad imperiosa de tocar a semejante velocidad ¿Es una impostada marca de la casa o fluye de manera natural?

Ese bit lo fuimos cogiendo con los conciertos desde la gira de Año Santo. Este disco es el primero en que decidimos hacer ya las canciones a la velocidad en que siempre terminan las canciones de los otros discos en directo. Y eso realmente sí que es otro punto que diferencia este disco con respecto al resto. Porque al componer ya pensábamos en esta velocidad y el planteamiento es totalmente diferente. Tomamos esa decisión porque al final en directo terminábamos tocando versiones deformadas de las canciones del disco, pero que realmente esas versiones son realmente más cercanas al grupo que las propias versiones del álbum. Pero nos dimos cuenta de que por ejemplo canciones del primer disco como el “Himno de la bala” tal como la estamos tocando ahora era como otra canción realmente. Y no es algo con lo que nos sintamos cómodos porque la realidad es cuando tocamos en directo y la tensión del directo añade esa velocidad. Yo creo que es cuando nos sale mejor música. Ese fue nuestro planteamiento y empezamos a componer con eso en la mente y claro la manera de componer tenía que ser totalmente diferente. Este punto de la velocidad y lo de definir un sonido que consiguiéramos los cuatro simplemente tocando, eran los objetivos de este disco.

Cuéntame un poco sobre la decisión de escoger productor. Imagino que no será fácil para un grupo con una personalidad tan marcada como el vuestro, evitar que el productor deje demasiada impronta en vuestra música, ¿no?

En nuestro caso siempre contamos con gente que nos entendió. Con Carlos Hernández fue mucho más fácil porque le conocemos desde el primer disco, además es amigo y no hay nada que explicarle sobre cómo queremos que suene. Desde el año pasado además es el técnico de nuestros directos y es muy amigo y muy cercano al grupo, entonces es simplemente “venga Carlos, hagamos el disco”. Es automático, no hay que hacer previas explicaciones, ya sabe cómo sonamos, el sonido básico con él ya lo tenemos. Por ejemplo con Paco Loco la grabación fue muy guay, porque aunque la grabación de Año Santo fue muy al límite, Paco nos entendió también muy bien. Sin embargo Victoria Mística lo produjimos nosotros y fue un poco locura y por ese motivo decidimos volver a contar con un productor que no fuéramos nosotros mismos.

Desde mi punto de vista Salve Discordia es el disco más disfrutable y completo de la banda. ¿Ahora que toca, girar sin parar? ¿Os esperan muchos festivales este verano?

Tenemos ganas a tope de empezar con conciertos, porque es donde se hace real el disco y sabes cómo lo percibe la gente. Sabemos que los conciertos hay días que te salen bien, otros no tan bien, pero bueno. Empezaremos a mediados de febrero, estamos ahora con un caos de fechas y nuestras intención es centrarnos ahora en España, hasta verano hacer festivales y el próximo otoño irnos a América. Nos apetece mucho tocar porque aunque el año pasado tocamos algo e hicimos cosas muy interesantes, realmente fue más un año de local de ensayo y ahora queremos tocar para desconectar un poco y empezar a pensar en las futuras canciones que hagamos, pero con calma y con las cabezas descansadas.

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