Entrevistamos a Gay Mercader

Gay Mercader es uno de los nombres más importantes de la historia musical de nuestro país. Si todavía hay alguien en la sala que no le conozca, le explicaremos que fue el primer promotor de conciertos internacional que hubo en España.

Todo empezó en el año 1971, durante la dictadura, cuando aún no existía una industria musical en lo que a organización de eventos se refiere y este emprendedor se lió la manta a la cabeza y empezó a traer a sus bandas favoritas a tocar. Dos años más tarde fundó Gay & Company, primera empresa dedicada exclusivamente a organizar giras internacionales en nuestra geografía y de ahí, hasta nuestros días.

Mercader vendió su empresa a Live Nation en 2006 y desde hace tiempo vive en un caserón de Girona desde donde aún sigue activo, aunque en un perfil mucho más bajo. Han sido casi cinco décadas de frenética actividad con más de 3.000 conciertos organizados, entre los que destacan los de The Rolling Stones, Eric Clapton, Mike Oldfield, The Police, Pink Floyd, Neil Young, Leonard Cohen, The Cure, Michael Jackson, Bruce Springsteen, Supertramp, AC/DC, Aerosmith, Elton John, Bob Dylan, Bob Marley, Patti Smith, Lou Reed, Iggy Pop, Roxy Music, Ramones, David Bowie, Iron Maiden, Robert Plant & Jimmy Page, The Who,…

Como resumen de esta aventura el pasado año se editó el libro Tour Posters 1971/2017 del que aún quedan algunas copias disponibles (pueden adquirirse aquí). Una maravillosa obra que nos narra esta apasionante historia musical a través de más de 550 pósters de conciertos. Casi 500 páginas prologadas por Diego A. Manrique en una cuidada edición limitada y numerada. Basta reproducir este vídeo para hacerse una idea de su contenido.

Aprovechando que el libro aún está disponible, nos surgió la posibilidad de conversar un rato con él y aprovechamos no solo para hablar de este Tour Posters 1971/2017, sino para disfrutar de las mil y una anécdotas que nos contó. Pocas veces tiene uno la ocasión de charlar con un personaje con esta apasionante trayectoria y menos aún, tiene la suerte de tener al otro lado del teléfono a alguien con quien podrías seguir hablando durante horas, como fue el caso.

Si te parece empezamos por el principio. ¿Cómo viene a tu cabeza la idea de organizar conciertos?

Muy simple. Yo me crié en París y allí veía muchos conciertos. Había visto a los Stones en 1964, cuando tenía 15 años. También les vi en el 65, en el 70… Había visto a The Beatles con los Yardbirds de teloneros, nada menos,… a The Moody Blues, The Kinks y a mucha gente más y cuando vine a España me di cuenta de que aquí no solían venir los grupos que a mi me gustaban. Como soy un tío muy lanzado pensé: ‘pues si no les trae nadie, pues ya lo hago yo’. Y como era un inconsciente total, volví de París en junio del 68, cuando acabábamos de tirar piedras a la policía y con lo cuál el mundo era mío, claro. Entonces debido a esta inconsciencia, que no valentía, pues decidí hacerlo y como hablaba muy bien inglés y sabía tratar con ingleses porque mi padre tenía negocios con ellos pues ahí me metí. Y a trompicones, a base de aciertos y desaciertos, pues llegué hasta hoy.

Y en un mercado como era el español de entonces, que estábamos en el franquismo,…

No, es que no había mercado. No existía.

Está claro que lo abriste tú, ¿Pero cómo consigues traer a Dylan, The Rolling Stones y demás sin contar con apenas referencias?

Con Dylan tardé mucho, pero no fue un problema de confianza, era un problema económico. Tenían unas pretensiones desorbitadas y yo veía que el público no podía pagar este dinero. Por esto tardé tanto. Con los Stones tardé menos porque había hecho Emerson, Lake & Palmer que técnicamente para aquellos tiempos era muy complejo, hoy en día parecería una broma, y entonces como lo hice y lo hice bien, me recomendaron a su mánager. Los demás pues los traje, porque yo tengo un morro que me lo piso, hablo bien inglés, conocía muy bien la mentalidad inglesa y la verdad es que por aquél entonces me sentía más inglés que español y mi acento inglés parecía hablado por un francés. Esto me facilitó la vida, porque nos entendíamos muy bien y conseguía fundirme bien con su mentalidad.

En ocasiones habrás perdido mucho dinero arriesgando.

Dinero no tenía. Tiraba para adelante como podía. Cuando empiezas en esto -y te lo dirá cualquier promotor- te juegas lo que tienes y lo que no tienes. Vas dando tumbos y vas aguantando como puedes.

¿Y a la hora de organizar conciertos tenías tiempo de poder disfrutarlos?

No. O trabajas o eres público. Tú estás ahí sufriendo para que todo salga bien, que todo acabe bien y que se vayan del país y que todo haya salido perfecto. Que no se joda un camión, que nos paren aquí,… piensa que estamos hablando de una época en la que no existía un mercado común, donde para meter un trailer a España tenía que pasar un control de aduanas, era todo muy complicado. Con lo que disfrutar de un concierto me hubiera parecido muy poco profesional. El público pagaba para disfrutarlo, yo solo lo organizaba.

«Yo no recomendaría a nadie que se hiciera promotor, es un trabajo muy duro y muy sacrificado»

Actualmente supongo que ya sí irás a conciertos y los verás desde un punto de vista más relajado.

No, jamás. Soy muy mal espectador, no sé estar sentado o de pie delante de un escenario. Sea donde sea, un concierto, un cine, donde sea. Ver conmigo una serie es una pesadilla (risas). Un capítulo de 45 minutos puedes tardar un día entero en verlo. Y luego por deformación profesional en los conciertos yo nunca me relajo, aunque no sean míos. Soy muy mal espectador.

Te pones a analizar cosas que los demás pasamos por alto.

Sí, yo es que me siento más cómodo detrás de un escenario que delante aunque el concierto no sea mío. El viernes voy a ver a Loquillo, porque me están haciendo un documental y empieza en el backstage con El Loco y es donde quiero estar. Mi hábitat natural es detrás. Con esto no te quiero decir que no haya visto nada de lo que he organizado, alguno ves, un trozo… pero ya te digo que no soy buen espectador.

Pero está claro que si Gay Mercader entra en este negocio es porque es un gran amante de la música, ¿no?

Sí, claro pero más de escucharla en privado que de ir a conciertos. De joven antes de organizarlos claro que iba y alucinaba. Yo me dediqué a esto por amor a la música, pero fíjate incluso a la hora de escucharla donde más lo hago es en el coche de mi conductor, porque no sé conducir, o en la ducha. Pero yo no podría estar hablando contigo ahora y tener música de fondo. La música me distrae. Yo no puedo leer un libro con música de fondo porque se me va la cabeza a la música. Mucha gente trabaja con ella, yo no sé hacerlo.

Y de los tres mil y pico conciertos…

Tres mil cuatrocientos, al final del libro hay un listado muy útil para los profesionales para verlos ordenados cronológicamente, por ciudad y demás.

De todos ellos, ¿tienes alguna espina clavada de alguno que se te escapara organizar?

Bueno, se me escaparon los muertos, o sea Los Doors, Jimi Hendrix y Marvin Gaye. Y de los vivos entonces y muertos ahora, J.J. Cale. Con los muertos pues ya se sabe, yo el primer concierto que organicé en 1971 lo hice la misma semana que moría Jim Morrison.

Y actualmente aunque estás medio retirado…

No, no estoy retirado. De hecho si están The Cure en Mad Cool ya sabes que es por mi y no estoy retirado.

(Risas) Claro, quería decir que tenías una actividad menor y que muchos artistas directamente te siguen llamando a ti para organizar sus giras.

Hay muchos que me son leales, como los Cure que acabamos de comentar, entonces yo lo hago encantado. Hay otros como Sting, con quien haré también un par de cosas este año. Yo sigo haciendo cosas, sin ese ritmo frenético de antes de controlar ese mini imperio que había pero este es mi mundo, esta es mi vida y mi ambiente y no puedo ni quiero salir de él. De entrada no tengo hijos, con lo que no puedo ser abuelito feliz, ni ganas. Y no tengo muchos hobbies, no hay nada que me interese que no sea vivir en el campo con mis perros. Entonces, ¿qué hago?, ¿me quedo aquí como una planta? Pues no.

Eres como los Stones, que no lo necesitan pero siguen tocando porque es su vida.

Similar, claro.

Ahora hay giras que salen a la venta con casi un año de antelación, otras se agotan en minutos ¿Cómo crees que ha cambiado la industria?

Antes se vendía casi en el último momento, con lo que estabas colgado casi hasta el último minuto. Hoy en día se vende anticipado pero la mentalidad de la gente también ha cambiado. Antes no interesaba a tanta gente, ahora se va a un concierto como se va al cine.

Es como los discos, que antes se vendían mucho y ahora apenas se venden pero los festivales parece que funcionan muy bien.

Sí, pero a ver, no todos los festivales funcionan muy bien. Hay los que agotan, pero sigue habiendo hostias notables. Yo no recomendaría a nadie que se hiciera promotor, es un trabajo muy duro y muy sacrificado. Los festivales hay que ver cuáles se consolidan y cuáles no. A ver, Sónar funciona muy bien, Primavera Sound también, Mad Cool, BBK, Arenal Sound… hay muchos que gozan de buena salud, pero más de uno ha tenido que chapar. No es oro todo lo que brilla y todos se pelean por conseguir un cabeza de cartel y hay muchos festivales no solo en España, sino en Francia, Inglaterra, Portugal, Alemania… y cabezas hay los que hay.

Volviendo al libro, ¿tienes predilección por alguno de esos carteles de los 550?

No especialmente. Son muchos, concretamente 562 y muchísimos me gustan, con lo que es muy difícil. Con algunos hay una razón sentimental, los de los Stones, el primer cartel de Patti Smith, que era la portada de Horses, el de Bob Marley que le diseñamos nosotros, también le tengo mucho cariño. Me podía pasar la tarde diciéndote unos cuantos.

«Si no hay público, no hay promotor. Estoy muy agradecido al público»

El vínculo que has creado con muchos artistas, ya sabes que hay leyendas que dicen que veraneas con Keith Richards incluso…

No, no veraneo con Keith Richards. Sí que hemos navegado varias veces, me llevo muy bien con él, somos amigos. No hay mucho secreto en esto. Cuando yo conocí a los Stones ya eran grandes, pero la mayor parte de los grandes artistas de los que soy amigo los conocía cuando eran simplemente músicos y todavía no eran lo que han sido después. Traje a Patti con Horses, traje a los Police con ‘Roxanne’ y así muchos. Con Iggy nos pegábamos bofetada tras bofetada (económica). Esto crea un vínculo, porque he estado luchando codo a codo y luego pues ya sabes, este artista se termina convirtiendo en una leyenda y en un mito. Es cuestión de haber estado ahí en el momento adecuado, no tiene mucho más secreto.

Tour Posters 1971/2017 es un libro genial como testimonio visual de tu carrera. ¿No te animarías a contar tu vida en una biografía o un libro de conversaciones?

(Risas) No, no. Me lo preguntan continuamente. Es algo que no me parece ni ético ni estético. Sería abusar de la amistad de tantos artistas con los que he compartido estos años. Yo no creo prácticamente en nada, ni en la familia, ni en dios ni en la patria, -soy así de bestia- pero creo ferozmente en la amistad y cuido mucho a mis amigos. Escribir ese libro me parecería traicionar la confianza de alguien. Porque hay muchas cosas a las que he tenido acceso por amigo, no por promotor y es algo muy distinto. Esas cosas que hemos vivido me las guardo para mi, porque las hemos compartido por amistad, por cariño que nos tenemos y esas cosas. Y luego aparte, bastante complicada ha sido mi vida como para vivirla dos veces, ¿sabes? Sobre todo porque soy un tipo muy preciso y muy minucioso y no puedo imaginarme escribiendo mi vida, repasándola y analizándola. Aparte, la época más feliz de mi vida es ahora, no soy en absoluto nostálgico. Hoy es mucho mejor que ayer, el pasado siempre es peor.

Aparte es que es cierto, llevo tres años enamorado de mi pareja, vivo mucho más tranquilo. No tengo la bestialidad de estrés de antaño, que me llegó a provocar un tic facial y como te digo, mirar hacia atrás no es lo mío. De hecho mira, tengo guitarras firmadas por los Stones, por Dylan,… por mogollón de gente. Y están todas en Barcelona, en las oficinas de Live Nation. ¿Para qué lo quiero en mi casa esto? El pasado es el pasado y el día que empiece a mirar atrás con nostalgia será que no estoy a gusto con mi presente.

Pues de verdad Gay, gracias por tanto y enhorabuena por el libro que es fantástico.

Sí, la verdad que los chicos vascos de Vudumedia que lo han publicado se volvieron locos. La idea original era digitalizar todos los carteles y quitármelos de encima, que yo no los quiero ni vender uno a uno ni nada similar, que yo no tengo tiempo para esto. Pero se pusieron ambos con él y ya ves el resultado. Ha quedado un álbum un poco de culto, que no se reeditará ni nada, los que se han impreso son los que se venderán y nada más, es la única condición que les puse. Yo no quiero royalties ni nada de él. El libro ha quedado de lujo, la encuadernación, la impresión, la maquetación… se les ha ido la flapa un poco, pero estoy muy contento del resultado. Son unos artistas.

No es para menos, Gay, eres tan mítico como muchos de los artistas que salen en el libro. 

Yo te lo agradezco, pero ¿sabes qué pasa? que como vivo en el campo, con mis perros y rodeado de árboles que no hablan mucho, pues afortunadamente no soy muy consciente. Siempre tuve miedo de que algún día se me subiera a la cabeza y afortunadamente no ha ocurrido. Porque hay gente que se vuelve muy gilipollas, ¿sabes? (Risas). Hay muchos que se les sube a la cabeza y piensan que por haber traido a fulano o a mengano son presidentes de la república y al final todos vamos a acabar en el mismo sitio, joder. Por esto Keith Richards y también Clapton tienen este anillo de la calavera, que es para recordarles cómo acaba el asunto. Ya sabes esos cuadros, los bodegones holandeses llamados vanitas, que siempre terminan incorporando una calavera, cuyo fin es recordarte que los placeres mundanos son lo que son, porque al final acabarás como la calavera aquella (Risas).

Volviendo a lo que dices agradezco mucho que ahora se valore todo lo que hemos hecho estos años, que durante mucho tiempo no fue así. Soy consciente de ello, pero siempre con los pies en el suelo.

Eso te honra, la verdad.

Mira, una vez salí de un concierto de los Stones y tenía fans esperándome en la puerta del hotel y me sorprendió muchísimo. Me quedé un buen rato hablando con ellos. Y mis acompañantes me insistían para que nos fuéramos pero joder, si esta gente está aquí para saludarme pues no pasa nada porque esté aquí media hora de palique con ellos. Si no hay público, no hay promotor. Si no fuera por ellos no estaría hablando aquí contigo.

Pues muchas gracias por tu tiempo Gay ha sido un verdadero placer.

Igualmente, encantado Manuel.

7 comentarios en «Entrevistamos a Gay Mercader»

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