Entrevistamos a Herman Dune

David Ivar, el hombre que siempre ha estado detrás del apelativo Herman Dune, desde que hace ahora justo 20 años apareciera su primera referencia, Turn Off The Light, conoce perfectamente las inclemencias de lo que es intentar vivir de esto del arte (en su caso, tanto el plástico, como el musical). Además de su pintura, su escultura, sus discos, ha organizado festivales o puesto en marcha un sello discográfico, Santa Cruz Records, precisamente para hacer las cosas como él cree que deben hacerse y de una manera totalmente independiente, currándose los diseños, los vídeos y hasta las camisetas. La pandemia le pilló en su casa de Santa Cruz, Los Angeles, que comparte con su novia, la también artista Mayon Hanania, y decidió dar luz durante el confinamiento a una serie de canciones que comenzaron a rondar su cabeza. Con una fuerte influencia de la situación sanitaria, la desgraciada política de inmigración de su país y diversos factores personales que se reflejan en la oscuridad de las letras, el disco Notes From Vinegar Hill, sin embargo, aporta luz y esperanza en tiempos difíciles, algo realmente de apreciar dado, sobre todo, que se trata de un gran álbum, dotado de una rara honestidad. Hablamos con David en una de las entrevistas más interesantes que este que suscribe ha tenido la oportunidad de realizar.

«Las oportunidades perdidas, la necesidad de más reconocimiento y la lucha por ganarse la vida como artista pueden afectarte a veces» 

Hola, David. Espero que estés bien. Son tiempos extraños para la música y la cultura en general. ¿Escribir y grabar este disco durante el confinamiento, con la ayuda de Mayon, tu pareja, tuvo un efecto terapéutico? ¿Tenías ya estas canciones en mente o fueron surgiendo durante este período?

Las únicas canciones en las que había empezado a trabajar antes de COVID eran “Say you love me too” y “PD: I could have done great things”. Estaba planeando grabar un álbum completo en vivo conmigo en el piano, y la banda con la que toco habitualmente en Los Ángeles respaldándome, pero llegó la COVID19, y los planes para un álbum en vivo desaparecieron. Estos tiempos extraños -lo que yo ya pensaba que era una era muy extraña en los EE. UU. incluso antes de la pandemia- me inspiraron un conjunto de canciones completamente diferente. Empecé a trabajar como solía hacerlo cuando empecé Herman Dune yo solo cuando era estudiante de secundaria, tocando todos los instrumentos, haciendo bucles. Era un gran fan del Hip Hop en aquel entonces y me encantaba Dr Dre, Snoop Dogg, Cypress. Hill, Funk Doobiest, Ice Cube, todas las bandas de Los Ángeles, así que fue irónico para mí trabajar con un enfoque más hip hop, porque no podía trabajar con una banda y, en cierto modo, siento que volví a la senda musical de mi infancia. Una especie de bucle en sí mismo, ¡20 años después de mi primer lanzamiento comercial! Mayon siempre me ha ayudado. Tiene una gran cultura musical, me ha introducido a la buena música, fue la primera en hablarme de Amy Winehouse, por ejemplo, antes de que explotara por completo, y presta mucha atención a las letras, por lo que es siempre el primer oído para mí, y ella canta conmigo también.

Desde 2015 has trasladado tu residencia a San Pedro, el puerto de Los Ángeles. Una zona especialmente activa a nivel cultural. ¿Cómo es tu vida allí? ¿Notas mucha diferencia con respecto a Europa?

Mudarse a San Pedro fue un gran paso. Mi “carrera” musical fue bastante cómoda en Europa, y me mudé a un país donde encuentro que es mucho más difícil ser músico, compositor, como carrera. Al mismo tiempo, el paisaje musical, la cultura literaria, la naturaleza misma de California, eran exactamente lo que necesitaba para sentirme inspirado, para hacer arte. Es como si tuviera que elegir entre la comodidad de mi carrera en Europa y las posibilidades de hacer arte en Estados Unidos. Me siento mucho más inspirado que nunca y he estado pintando, escribiendo y haciendo álbumes a un ritmo mucho más satisfactorio aquí en San Pedro.

Notes From Vinegar Hill marca los 20 años de existencia del proyecto Herman Dune. Volviendo la vista atrás ¿Qué destacarías de todo este recorrido, desde que empezaste la banda con tu hermano allá en París?

Algunos de los aspectos más destacados son los conciertos, como tocar con la Filarmónica de París para celebrar el 70 cumpleaños de Bob Dylan, cuando toqué SHOT OF LOVE por completo. O tocar en Benicassim justo antes de los Strokes, o en algunos festivales donde había decenas de miles de personas, en la misma gira que tocaría para 200 personas en un club, amando a ambos por igual. Siempre tengo también los mejores recuerdos de las sesiones de grabación de la BBC para el DJ británico John Peel. Producir Not On Top (álbum de 2005 hecho junto a la canadiense Julie Doiron, N.D.T.) fue mi primer logro sonoro, estaba muy feliz por eso.

El álbum es también el tercero que sacas bajo tu propio sello Santa Cruz Records ¿Cómo está siendo la experiencia de la autoedición? ¿Son estos unos tiempos propicios para el “hazlo tú mismo”?

Oye, sinceramente, no voy a mentir, es MUCHO TRABAJO. Estoy tratando de hacer todo lo que desearía que un sello hubiera hecho por mí, enviar la música a la prensa, a las radios, diseñar el arte, encargarme de la fabricación y el merchandising. Grabo y edito todos los vídeos con Mayon, grabo los álbumes, hago todas las ilustraciones, me ocupo del pedido por correo. Pero al mismo tiempo, me doy cuenta de que nadie más hizo esto por mí, así que me alegro de poder promocionar mi arte, mi pasión, mi música, de una manera que se parece a mí.

 

Como en anteriores trabajos, te has ocupado tú de cantar (con la ayuda de Mayon) y de tocar prácticamente todos los instrumentos, pero has contado con la ayuda de varios amigos, como Caitlin Rose o Jon Natchez ¿Qué puedes contarnos de estas colaboraciones?

Bueno, en algún momento, aunque la COVID me hizo afrontar toda la grabación sólo, necesitaba contar con otras personas, para mi propio placer, pero también porque creo que necesitas tener el toque de otros cuando estás inmerso en tu propio trabajo durante tanto tiempo. Amo las canciones de Caitlin Rose y ella ama las mías. Siento que nos respetamos el uno a la otra como compositores, y eso nos permite CONFIAR en nosotros musicalmente. Sólo tengo que dejarla hacer lo que quiera. Decidió cantar LA BLUES en la canción “LA Blues”, y ese se convirtió en el título, decidió hacer de “Vinegar Hill” un dúo, se le ocurrió el arreglo vocal de “Mookie Mookie”, ¡ella manda! Spencer Cullum Jr, también de la escena Nashville New Country, es uno de los músicos de Pedal Steel más buscados en Nashville, y por lo tanto en el mundo. Tengo mucha suerte de que ame a Herman Dune, porque de otra manera nunca podría haberlo conseguido. Al igual que Caitlin, no necesito decirle nada, él solo entra y toca, lo que me parece el papel perfecto, lo amo. Con Jon Natchez he trabajado durante mucho tiempo. Tengo suerte de que se mudó a Los Ángeles recientemente, porque estuvo en Nueva York antes. Él es el cuerno en “I wish that I could see you soon”, y todo Giant, toca en todo el album Next Year In Zion, y en general es fantástico trabajar con él, rápido, divertido, creativo, tranquilo, ¡le amo también!

Una de las cosas que han venido determinadas en este disco por el confinamiento es el uso de loops y programaciones para generar efectos rítmicos, puesto que no había una banda de directo con la que grabar ¿Sientes que esto de alguna forma ha determinado un sonido algo diferente con respecto al resto de tu obra?

Sí, definitivamente. Hice bucles principalmente con la batería y el bajo y, a veces, el pedal steel. Fue una forma de sorprenderme a mí mismo, ya que una banda no lo podía hacer, a causa de la Covid. Cuando haces bucles de bajo y batería, surgen combinaciones, patrones, ritmos y armonías que nunca hubieras pensado en tocar con tu propia canción. Al igual que la canción “Ballad of Herman Dune”, comencé a tocarla como una balada folclórica arpegiando con los dedos, luego probé estos tambores y una línea de bajo completamente diferente, casi jazzy, y terminó sonando totalmente diferente a lo que una banda hubiera tocado, o a la canción folclórica que estaba tocando en la guitarra. Es como tirar los dados, aportas un poco de probabilidad, aleatoriedad a tus grabaciones, que son muy difíciles de conseguir si solo haces una sobregrabación.

Todas las canciones han sido compuestas por tí, pero resalta que has incluido una canción (la final, “Long monday”) del recientemente fallecido John Prine, una leyenda de la americana ¿Qué puedes contarnos de esta versión? ¿Qué significa John para ti?

Justo antes de la Covid ya tocaba “Long monday” en mis shows. Amo a John Prine, y realmente conecté con esa hermosa canción, es muy simple, bien escrita y tiene una mezcla de espiritualidad y un contexto casi erótico que me encanta. ¡¡¡Entonces la Covid nos quitó a John Prine !!!! Hice un tributo por ZOOM con el Warner Grand Theatre de San Pedro cuando murió, y luego decidí poner la canción en el disco. Es la primera vez que pongo una versión en uno de mis álbumes, pero necesitaba rendir este homenaje a John Prine.

Se nota que el uso del pedal steel ha tenido un peso específico en la grabación de este trabajo, e incluso aporta texturas que no necesariamente tienen que ver con la música country, que es con la que habitualmente se le relaciona ¿Es algo así como un instrumento fetiche a la hora de arreglar tus canciones?

El pedal steel es un mundo en sí mismo. Vi uno por primera vez cuando tenía 15 años y fui a ver a Bob Dylan para el Good As I Been To You Tour. No sabía qué era, pero conecté instantáneamente con el sonido y lo que aporta a una canción. Me encanta la música country, especialmente con Hank Williams o Willie Nelson, pero debo decir que me encanta más todavía cuando la sacas de su hábitat natural, que es la música country. Solía gustarme mucho en las canciones de Pavement, pero sobre todo por la forma en que Bob Dylan lo usa, que es una forma muy libre, una forma de jazz, la forma en que ahora hace dúos con ella en las giras es fascinante, cuando está en el piano o en la armónica. De la forma en que lo vi para este álbum, lo usé como un gran instrumento melódico, pero también como una gran fuente de loops y samples, como en “Say you love me too”, donde el riff principal proviene del pedal steel de Spencer, que corté y puse en bucle.

 

En la letra de las canciones parece que quieres encontrar un equilibrio entre sentimientos de aislamiento o angustia por ser un inmigrante en un país cuyo gobierno ya no acepta de buen grado esa condición y a la vez el deleite por las cosas sencillas como el sol de California o las aguas del océano, sin embargo, en mi opinión, cuando uno escucha el disco la sensación que más comunica es la de luminosidad y esperanza ¿Es lo que buscabas en última instancia?

2020, además de la Covid, además de las preocupaciones como inmigrante, fue un año muy estresante y a veces doloroso tanto para mí como para mi pareja Mayon, por razones personales. Toda esa angustia se adhiere a la letra de mis canciones, pero en última instancia, tocar música, cantar, grabar es siempre una liberación y una experiencia de ALEGRÍA. Me encanta tocar, cantar, producir, hacer canciones, hacer álbumes. Esa alegría es lo que queda al final, la canción sigue siendo una experiencia feliz, incluso cuando fue doloroso crearla por primera vez. Sí, California, no importa lo mal que estén las cosas a mi alrededor, también es una fuente de alegría. Estar dentro del barril de una ola, por ejemplo, te lleva a un lugar donde no existe nada más, donde solo piensas en cómo vas a lidiar con la ola, con el océano, es casi un sentimiento espiritual que existe sin importar qué sigue a tu alrededor. California es hermosa y la belleza es siempre un consuelo, «una cosa hermosa es una alegría para siempre».

La penúltima canción del disco (y la última de tu autoría, teniendo en cuenta que después queda sólo la versión de Prine) se titula “PS I could have done great things” ¿Haciendo resumen del camino andado sientes realmente que podrías haber hecho mejor las cosas y haber obtenido más éxito? ¿Es el éxito importante para ti?

Esa es una pregunta interesante. Mi querida amiga Jolie Holland me dijo una vez en un concierto que pensaba que la canción era muy triste. Las oportunidades perdidas, la necesidad de más reconocimiento, la lucha por ganarse la vida como artista pueden afectarte a veces. Es como cuando lancé Santa Cruz Gold, que pensé que era el mejor que había hecho Herman Dune jamás y pasó totalmente desapercibido. Eso te hace dudar si alguna vez tu trabajo será apreciado por alguien. Pero al final, y creo que lo digo en la canción, nada puede quitarte el trabajo, incluso si nadie lo sabe y estás sentado solo bebiendo cerveza con tu gato en tu regazo.

Supongo que sigues en contacto con tu hermano André. Teniendo en cuenta el 20 aniversario de vuestro primer disco juntos y siempre y cuando la pandemia lo permita ¿Existe algún proyecto de juntaros a tocar aquellas viejas canciones que acabaron en el primer disco Turn Off The Light?

Sí, hablo con André. Estamos muy lejos el uno del otro, pero hablamos cuando podemos, generalmente sobre cosas diferentes a Herman Dune. Nunca le pregunté por qué dejó la banda. Fue mi banda de secundaria, ya sabes, que comencé con el baterista Omé, y André se unió justo antes de grabar Turn Off the Light. Pero creo que, de alguna manera, nunca estuvo satisfecho con estar en una banda que yo había comenzado, ya que era mi hermano mayor. No tengo resentimientos al respecto, y han pasado 14 años desde que se fue, y creo que está contento con su propia carrera, así que para mí no hay necesidad de mencionar esas cosas, ya que creo que nuestra relación como hermanos es más importante que esos 6 años que estuvimos juntos en una banda. 20 años es una gran fecha, es cierto, ¡pero realmente no puedo imaginarnos tocando aquél album de nuevo!

En Francia creaste hace años el festival Mofo, por el que pasaron grandes nombres de la música independiente y de raíz norteamericana ¿Has pensado en reactivarlo de algún modo o de montar algo parecido en California?

Fue una especie de aventura loca, pero fue genial tener a David Berman, Kimya Dawson, Will Oldham, Julie Doiron, Lou Barlow, This Is The Kit, The Mountain Goats, Schwervon o Daniel Johnston tocando en el festival, a veces la misma noche ¡a veces incluso juntos! Tengo muy buenos recuerdos de MOFO, dibujaba los carteles, diseñaba las camisetas también, además de hacer la programación. Si pudiera, lo haría de nuevo, hay mucha gente nueva a la que me encantaría ver tocar ahora. Fue mucho trabajo, especialmente en un momento en el que yo mismo estaba de gira 200 días al año.

En dicho festival actuaron Silver Jews, con su líder David Berman, recientemente fallecido y al que está dedicado Notes From Vinegar Hill ¿Qué recuerdos tienes de Berman?

Conocí a Berman a través del primer 45RPM de Silver Jews, lo primero que lanzaron, creo que yo todavía estaba en la escuela secundaria. Estaba mal etiquetado como un disco de Pavement en una tienda de discos. Se convirtió en mi banda favorita. Conocí a David en Nashville con su esposa Cassie, a quien realmente le gustaron mis canciones. Fue la mejor manera de conocerlo, ya que vino a mi concierto ¡y no tuve que exponer el hecho de que era un fan absoluto! Más adelante comenzamos a hablar mucho. Se involucró mucho en mi álbum Santa Cruz Gold e intentó promocionarlo, me ayudó a elegir las canciones, incluso sugirió letras y esas cosas. Durante todo el año que estuvo trabajando en Purple Mountains, me envió demos, discutimos su disco, incluso el nombre de la banda que elegiría, todo. Me alegro de haber podido decirle lo mucho que significaba para mí. Un día le dije que pensaba que Lookout Mountain era el Blonde on Blonde de mi generación, y lo decía en serio. Estaba a punto de ir de gira a tocar con él para Purple Mountains cuando murió. Lo estaba, y todavía estoy devastado por su muerte. Ojalá estuviera aquí ahora. Esculpí un busto de él y está encima de mi escritorio donde escribo. Es realmente importante para mí. Pienso en él todos los días.

Una pregunta de esas que incomodan, porque a los letristas no os gusta explicar vuestras letras y además, tramposa, porque realmente son dos preguntas: ¿Qué es Vinegar Hill? y ¿De qué va realmente “The ballad of Herman Dune”?

Estas preguntas son complicadas porque, como dices, corres el riesgo de arruinar la magia de una canción al explicarla. Hay tantas imágenes que podrían venir a la mente con “Vinegar Hill”, por ejemplo. Podría ser una metáfora de tiempos amargos, o muchas otras cosas, cuando en realidad, Vinegar Hill es solo el vecindario donde vivo, donde escribí estas canciones y donde las grabé. Es como se llama, Vinegar Hill. En algún momento toqué en el puerto, en “el bar más antiguo de Los Ángeles”, sets solistas muy largos, en una habitación llena de humo, a altas horas de la noche. Cuando Mayon y yo estábamos caminando de regreso por Vinegar Hill, después de tomar tequila y cerveza, yo cargando mi guitarra y mi micrófono, venían todo tipo de imágenes de canciones que ahora puedes escuchar en mi álbum. “Ballad of Herman Dune” te lleva al interior de mi cerebro cuando de repente no puedo pensar en nada más que en la siguiente canción. Aquí estaba, conduciendo entre el centro de Los Ángeles y Long Beach, escuchando The Basement Tapes, y todo en lo que podía pensar era en la siguiente canción que estaba creciendo en mí. Tuve que parar al instante para escribir la melodía y la letra. Todo esto para un disco, ¡detenerse en medio del tráfico caótico de Los Ángeles! Realmente me obsesiono cuando una canción comienza a crecer dentro de mí.

 

Por último, me gustaría pedirte, aunque ya sé de tu fanatismo por Dylan y especialmente su disco New Morning (algo en lo que te confieso que coincidimos), que hicieras una lista de los 5 discos que te han traído hasta el momento concreto, creativo y vital, en que te encuentras ahora ¿Te atreves?

Bueno, podría elegir fácilmente 5 álbumes de Dylan, ya que él es la influencia más importante para mí, pero no lo haré:

NEW MORNING (BOB DYLAN, 1970): Mi padre tenía 5 discos. Cuatro de ellos eran discos de Dylan: John Wesley, New Morning, Greatest Hits 1 y Blonde on Blonde. Déjame decirte que los puse una y otra vez. En definitiva, New Morning es mi favorito porque es muy modesto, humilde, pero espiritual y profundo, es un equilibrio muy difícil de lograr. Es agradable, gentil, dice cosas bonitas y sencillas que hacen sentir tu corazón con alegría. Al mismo tiempo, tiene la mejor banda que tenía Dylan, la banda de Nashville, pero tocan de manera diferente, realmente se dejan llevar, como si solo estuvieran escuchando por primera vez las canciones y tocando.

RUBBER SOUL (THE BEATLES, 1965): Mis padres no escuchaban a Los Beatles, pero yo conseguí Rubber Soul por mi 13 cumpleaños, fue un regalo de un tío mío. John es mi héroe, pero amo a los 4 como a cualquiera le encantan los personajes de un libro que lees obsesivamente cuando eras niño, los idealizo y les he idolatrado, pero pienso mucho también en ellos como compositores y músicos. Es increíble para mí que este álbum (la versión europea, creo que la lista de canciones de Estados Unidos es menos interesante) exista porque es casi demasiado bueno para ser verdad, no hay nada que no me guste de él, desde la letra hasta las grabaciones, la mezcla, todo.

LOADED (THE VELVET UNDERGROUND, 1970): VU es la mejor banda que ha existido en nuestro planeta. Aunque nunca es la misma banda, y Lou Reed ya no se llevaba bien con ellos a veces, VU son únicos y nos presentan la única forma de tocar música: probar cosas nuevas sobre la base de canciones sólidas y bien escritas. Loaded es mi favorito, me encantan las canciones, todo.

LOOKOUT MOUNTAIN, LOOKOUT SEA (SILVER JEWS, 2008): Si alguna vez dudé de que habría algo digno de los mejores de los 60 en MI vida, esto demostró que estaba equivocado. Los Silver Jews, especialmente con Cassie, lo tienen todo, la escritura, la voz, la locura, la frescura, el misterio. No hay nada como The Silver Jews, la mejor banda de la historia.

CAR WHEELS ON A GRAVEL ROAD (LUCINDA WILLIAMS, 1998): ¡Lucinda! Canto todas las canciones del disco, y cada una de ellas bastaría para proclamar a Lucinda una compositora imprescindible. Su voz, los pequeños poemas que escribe, son realmente increíbles. La grabación es realmente sencilla, los intérpretes, la producción, no son importantes para esto, simplemente (los músicos y productores) se sientan y la dejan brillar, es genial de esa manera, se trata de su voz y sus sentimientos, y las líneas sofisticadas pero simples que ofrece.

NORMAN FUCKING ROCKWELL (LANA DEL REY, 2019): No quiero nombrar solo cosas viejas, porque escucho mucha música nueva, como Valerie June, Tom Brosseau, Kyle McNeill, Nicki Minaj. El último álbum de Lana Del Rey es todo lo que escuché durante meses cuando salió el año pasado. Tengo un reproductor de casetes en mi coche y su cassette estaba literalmente atascado. Estoy obsesionado con estas canciones, a veces olvido que no fue así y realmente creo que las escribí yo. Hay muchas cosas que encuentro en su escritura que me gustan en la mía, las múltiples referencias, el estilo diario, los esquemas de rimas largas, realmente conecté con todo el álbum. Lo extraño es que ella habla de Long Beach y San Pedro en él, lo cual es realmente extraño porque no es un lugar común para escuchar en las canciones. Así que hay un lugar especial en mi corazón para Norman Fucking Rockwell, me encanta. Herman Dune

 

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