Entrevistamos a Mucho (Martí Perarnau IV)

Mucho están de vuelta con su cuarto disco, ¿Hay alguien en Casa?, primera referencia creada en solitario por un Martí Perarnau IV forzado por las circunstancias. Un álbum sarcástico y mordaz, envuelto en arreglos propios de una rave que ha supuesto toda una sorpresa. En los próximos meses lo irá presentando en salas y festivales en un formato que según nos confiesa, será de lo más especial. De todo ello estuvimos charlando con él en esta interesante entrevista.

«La imposibilidad de poder vivir de tu propia música en España mina a cualquiera»

¿Se podría decir que ‘Hay Alguien en Casa?’ es el primer disco en solitario de Martí Perarnau IV, en lugar de ser el cuarto de Mucho?

Sí, así es como me lo tomé al menos. El proceso de averiguar que lo iba a hacer yo solo, lo fui viendo a medida que lo iba preparando, según iba componiendo me decía, “vale, vas a hacer un disco en solitario” y como tengo un nombre tan poco evocador, pensé que no merecía la pena cambiárselo al proyecto. Así que sí, aunque siempre haya compuesto yo las canciones, ese sí es mi primer disco en solitario.

Lo bueno fue que en el momento en el que ya estaba perdido en mil dudas después de componer todo en casa, primer entró Emilio Saiz a rescatarme y me ayudó a pulir un par de canciones metiendo su magia y dando un poco de luz en el proceso. Luego vinieron mis amigos (Ricky Falkner, Santos y Flurent) a salvarme ya en la grabación y fue fundamental su participación. Con lo que aunque sea mi disco, sin ellos no habría sido igual, hubiera sido mucho peor sin duda.

Entonces fue en solitario por las circunstancias, no algo premeditado.

Sí, han sido las circunstancias. Ni nos hemos enfadado, ni hemos hecho un reparto de bienes como los Beatles, porque aparte no tenemos bienes. Digamos que la imposibilidad de poder vivir de tu propia música en España mina a cualquiera y supongo que ellos ya no se vieron con las fuerzas de seguir, sobre todo viendo que yo me estaba volviendo loco con la electrónica y que les iba a pedir una nueva apretada mental a su manera de tocar y de cambiar todo. Ya con el disco anterior Miguel tuvo que aprender a tocar los sintetizadores, que para él fue guay, pero hubo cierto sufrimiento. No puedo exigir a nadie que sea un freak como yo. Luego Víctor está a tope con Rufus T. Firefly y aunque sí le apetece seguir con el grupo, durante la grabación tenían muchos conciertos y no pudo participar. Seguramente tendrá alguna implicación durante la gira y se podría unir en cuanto tenga alguna fecha libre y las condiciones económicas del concierto lo permitan.

¿Y qué ha sido lo mejor y lo peor de grabar el disco tú solo?

Es contradictorio, porque para llegar al placer y a la gloria de conseguir lo que estás buscando hay una época muy larga de sufrimiento y de lucha que es muy frustrante, porque no das con la clave o con el sonido que tienes en la cabeza. Ese proceso es muy largo y en este caso duró años. Lo bueno es que tiene la recompensa de que cuando lo logras, si no cejas en el empeño, da mucha alegría. Tienes la sensación de haber encontrado algo que estaba enterrado dentro y es muy liberador y muy guay.

Quizá la mejor parte ha sido terminar de hacerlo con mis amigos, con Ricky Falkner, Santos y Flurent, que son los productores de siempre, pero ya son de la familia, aparte de con Emilio y los demás, porque aquellos días en la Casa Mourada fueron de los mejores de mi vida. Estuvimos muy unidos y fue un momento que nunca olvidaré.

O sea, que todo lo que podías echar en falta de tener una banda al lado a la hora de crear, ya te lo dieron ellos.

Me lo dieron con creces. Ellos lo cogieron como si fuera suyo -y realmente lo es-, porque en algunas canciones hemos dejado todo lo que venía de casa y solo hemos grabado las voces allí, pero hay otras que las hemos cogido de cero y hemos hecho una toma en directo todos tocando a la vez y ha sido guay. Aunque sea mi proyecto, se han implicado al máximo.

«Para llegar al placer y a la gloria de conseguir lo que estás buscando hay una época muy larga de sufrimiento y de lucha que es muy frustrante»

La primera vez que escuché el disco antes de que se publicara lo oí en una sola pista del tirón y la verdad, funciona muy bien. Es algo premeditado, ¿No?

Sí, me he vuelto un poco loco con los Djs. Yo era de esa gente que antes no les veía con buenos ojos a causa de mi ignorancia adolescente o algo así (risas), nunca tuve la suerte de enterarme exactamente de lo que hacían. Con el tiempo he estado en muchas fiestas y asistido a sesiones increíbles que yo creo que me han jodido un poco la vida. Son verdaderos artistas que hacen cosas flipantes y contribuyen a que la música avance como podría hacerlo en su momento un solo de guitarra.

Este gusto por las sesiones quería impregnarlo en el disco. La idea primigenia es que fuera una noche en la gran ciudad en la que vas a la discoteca y que alguien estuviera pinchando la banda sonora de esa película. Me hacía ilusión que todo el álbum estuviera unido como si lo mezclara un dj. De hecho, hay canciones que entran un minuto antes de que acaba la anterior como has visto, con lo que funciona bien en una sola pista como cuando cuelgan las sesiones en Soundcloud. Mi intención era sacar solo eso en los servicios de streaming, lo que pasa es que alguien bastante sabio me dijo que eso era un suicidio comercial y no convenía hacerlo (risas). Así que llegamos a la conclusión que fue mejor sacarlo ordenándolo por canciones como un disco convencional y luego, hemos añadido al final la pista continua para quien quiera aprovechar y hacer el viaje entero.

 

En las canciones de Mucho siempre ha habido arreglos sintéticos, sobre todo en el trabajo anterior, pero en ‘¿Hay alguien en Casa?’ te lanzas de lleno a la pista de baile.

Sin duda. Es algo que siempre ha estado ahí para mi. He disfrutado mucho del rock y de tocar en el local con mis amigos, pero recuerdo que cuando empecé a hacer música ya utilizada el Cubase y programaciones de estas y estuve muy loco con los primeros discos de Four Tet, Telefon Tel Aviv y aquél momento de la indietrónica de Lali Puna y todo aquello. En las primeras épocas de trastear con la electrónica era muy joven, no controlaba y me resultaba muy tedioso. Ahora es una extensión de mi mismo y lo manejo casi como tocar la guitarra. La evolución ha hecho que vaya saliendo de manera natural.

Yo me quemé un poco en el cole porque los que escuchaban música electrónica eran los malotes de mi clase, que además eran un poco fachas. Me despojaron de esa música y terminé dándola de lado porque era la música de los tontopollas del cole. Cuando descubrí el breakbeat o después el XTRMNTR (2000) de Primal Scream, no se lo dije a nadie porque era como ser un poco bakala. Ya tengo una edad y la música electrónica es transversal y es de todos, así que he dejado un lado aquellos traumas y la escucho mucho.

El disco está lleno de guiños, no solo el de Madonna y el “Material World” sino que hay canciones que nos recuerdan a Hot Chip, M83, Phoenix… ¿qué es lo que has escuchado últimamente para tirar por ahí?

Realmente lo que más que ha vuelto loco es Caribou y el hecho de verles en directo, tanto a ellos con banda, como asistir a una sesión de Dan Snaith, que me pareció un verdadero desfase. Y luego, siempre he sido muy fan de LCD Soundsystem y todo lo que hace James Murphy tanto con su grupo, como con su sello (DFA) y las bandas que saca. Esa música de baile que tiene un toque de Talking Heads la importancia del momento, que puede ser tocada en directo. También he escuchado muchas sesiones de Djs últimamente, sobre todo a Nicolas Jarr, me flipa todo lo que hace. Hay suya en un boiled room que va mezclando loops de sus discos que me parece increíble, totalmente recomendable.

El disco musicalmente funciona muy bien, pero las letras destacan por encima de todo. Mucha crítica social, no te has mordido la lengua. Le das a todo el mundo por todos los lados…

(risas) El haberlo hecho solo me ha dado el permiso de no tener que preocuparme si alguien va a sufrir con lo que estaba escribiendo. Es algo de lo que no era consciente y me he dado cuenta al grabar estas canciones. Antes al ser un grupo siempre había el pensamiento de no meterles en un marrón. Recuerdo que en los conciertos cuando hablo a veces soy un poco bocachancla y me he metido en algunos fregaos. No me gusta ir con chistes preparados y soy espontáneo y al presentar las canciones se me va un poco la olla. Miguel sufría a veces y me advertía “tío Martí, ten cuidado que no estás tú solo ahí arriba»… creo que ha habido un poco de eso al escribir las letras. No tengo que pedir permiso a nadie, puedo volar libre. Luego, aunque parezca absurdo, me compré una máquina de escribir que aparte de recordarme a mi casa cuando era pequeño, porque mis padres eran periodistas, parece que con ella las palabras tenían más poder porque hay que darle muy fuerte al escribir.

A pesar de la censura y los ofendiditos que nos encontramos debajo de las piedras.

Hubo un poco de esto. Con “Putochinomaricón” realmente no digo nada, bueno, digo cosas pero nada realmente grave. La censura es algo que nos ha afectado a todos y a veces tienes algo de miedo, a ver si vas a tener algún problema con esto que estás poniendo. Pero le pregunté a mi padre y me dijo que si lo había, ahorrábamos y me iba a vivir a Montreal y ya está (risas). Creo que esta situación tan extraña sirve para que le demos la vuelta a la tortilla y pensemos que nadie nos tiene porqué censurar y mucho menos, nosotros mismos. A mi no me escucha nadie, pero en el fondo da igual, hay que ir a muerte y decir lo que uno quiera y si sale mal, pues a Montreal.

 

Aparte de Mucho produces, tocas con otros compañeros y estás en la banda de Zahara ¿de qué manera os habéis retroalimentado o te influye trabajar con todos ellos?

Con Zahara toco, pero en su último disco no he participado mucho, tan solo he compuesto la música de “Hoy la bestia viene a cenar a casa”…

¡El hit!

Sí, curiosamente. Ha sido el remate porque me he dado cuenta de que los que hacemos canciones no tenemos ni idea de cuál va a ser la lectura de la gente. Para mi era una canción normal y de repente es un hit. No me entero de nada (risas). No participé en mucho más en la grabación de Astronauta, sí que sé que han utilizado algunas pistas que yo hice en la maqueta pero más que eso poco más. Lo grande de Zahara es que me deja volar libre y cuando toco con ella me da libertad para ser yo mismo, es algo muy guay para un músico. La quiero mucho, la respeto un montón como artista, me gusta lo que hace y disfruto en sus conciertos.

De todos los artistas con los que he tocado pues no sabría decirte de qué manera me han influido, lo que sí es que me han animado a ir a muerte con lo mío. Como no voy a ser nunca el mejor teclista de España, al menos sí quiero serlo haciendo estos sonidos de freaks que me gustan tanto. Con Iván Ferreiro sí que he hablado mucho de esto y siempre me ha animado a buscar mi propio discurso y la libertad total en la música. Es algo que me ha ayudado mucho. He tenido mucha suerte de tocar siempre con gente que me flipa su música cono él, Tulsa, Zahara…

Para terminar, ¿Cómo vais a trasladar este disco al directo? ¿Con banda? ¿mucho pregrabado?

No quiero tocar encima de secuencias, pero sí quiero que sea un bolo de electrónica viva, como hablábamos antes de Nicolas Jarr, Four Tet y todos estos. Mi idea es ir a trío con Emilio Saiz y con Mole, que son dos músicos súper libres y expertos en hacer cada noche una cosa diferente. La música líquida que se llama, que según la energía que tengan lo desarrollan sin ceñirse a los arreglos. Tendremos poco respeto por el disco y yo me encargaré de todas las máquinas y de llevar una mesa de dj y mezclar muchas cosas. Me gustaría que fuera cada noche algo diferente, sin ceñirnos a la estructura del disco ni a nada. Que ni los músicos sepan el repertorio, que según estemos con una canción, se encuentren otra y así tocarlo. Sin silencios para aplaudir ni nada, todo como una sesión de Dj.

Mi ilusión sería ya tocar desde que abran puertas en la sala. Que sea como montar una pequeña rave con la que te encuentras al entrar y que en algún momento ya empezáramos a cantar las canciones. Y cada noche, diferente a la anterior. A ver qué pasa. Puede ser que haya noches gloriosas y otras de puro debacle, pero la idea es esa.

Esperamos verlo pronto. Muchas gracias Martí y enhorabuena por el disco.

Muchas gracias a ti, que me hacía ilusión hablar con vosotros.

 

 

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