Entrevistamos a Fario y estrenamos su nuevo vídeo

Fario es una banda atípica en el sentido de que su creatividad funciona a base de impulsos que sus tres miembros van recogiendo de la inspiración que les aportan las más diversas disciplinas artísticas. Tanto las artes plásticas, como las visuales, por supuesto las sonoras y las líricas están presentes en una paleta variada que conforma el concepto de un grupo que con su segundo disco Tres Peces (Lago/Cráter, 2019) ha logrado dar un paso de gigante con respecto a su ya logrado debut, Tu Aguijón (Autoeditado, 2017), con nueve canciones tan intensas como trascendentes a la hora de configurar una propuesta sin duda a tener en cuenta dentro del panorama rock nacional.

Un disco, producido por cierto por Paco Loco, de personalidad intransferible en el cual los tres miembros, Montse Sánchez (voz, coros y percusión), María Schultz (bajo y coros) y Javi Luengo (voz, guitarra y coros), aportan un considerable talento a la sinergia que genera el producto final, que no es otro que uno de esos discos que han marcado la diferencia el pasado ejercicio 2019. Charlamos con ellos con motivo de ese disco y también de su presentación, que tendrá lugar en la Sala El Sol de Madrid el 27 de febrero (entradas), junto a unos invitados, según dicen, más que especiales.

Aprovechamos su publicación para charlar con ellos y además, para estrenar el vídeo de «Oda al silencio». Según cuentan: «Oda al silencio» es un grito. Un grito contra el acoso o bullying; contra el maltrato del abusador al abusado: Difamar a su víctima, ridiculizarla, someterla, extender rumores maliciosos a sus espaldas y anular su capacidad de defensa. Ante esta actitud, la canción propone una mejor opción: el Silencio. El silencio no hace daño. El estribillo de la canción habla de que en el conflicto personal muchas veces el problema no es lo QUÉ se discute, ni CÓMO se discute, si no el establecimiento de roles, esto es, el QUIÉN y los derechos asignados a ese quien.

El vídeo conecta con el lado más punk de la banda, y de ahí su estética DIY. Lo protagoniza Pepa, hija de nuestros amigos de la banda Ruiseñora, poniendo los límites a un maltratador en pleno brote violento. FARIO, tocando en espirales dentro de una pista de squash abandonada, emite un grito de desgarro. Es el desgarro por la vejación y cierto juego de culpa que lleva al desequilibrio moral extremo, al asesinato psíquico, que anula toda capacidad de defensa, que sumerge en una espiral depresiva hacia un desenlace que puede ser fatal: el suicido. Pero aquí aparece el resurgimiento. Un bebé hundido en el agua, lejos de ahogarse, sale a flote como uno, dos o tres peces, gracias a mantener ese vínculo profundo y cercano al líquido amniótico del útero materno. Lo femenino, el agua, elemento muy presente en todo el disco, permite sublimar el dolor de nuevo». 

 

Según tenemos entendido, Fario tiene su origen en un viaje que Montse y Javi hicisteis al cañón del Río Lobos, en Soria, donde surge la idea de ir componiendo temas en acústico a dos voces. Contadnos un poco cómo fue esto. 

Sí, Fario nació durante un fin de semana de pateada en el Cañón del Río Lobos. Ya habíamos decidido crear una banda, un dúo, un lugar en el que tuvieran cabida las inquietudes literarias, poéticas y las ideas musicales que tanto Javi como yo teníamos, pero fue a raíz de ese viaje que dotamos al proyecto de una mayor entidad; tras estar inmersos en el Cañón ese fin de semana, nacieron Autopsia de la sombra y Bestiario. Fario se hacía carne, y decidimos incorporar a una bajista.

Es en 2015 cuando se consolida la formación con Marvic Otaiza, al bajo y las voces y empezáis a usar el nombre Fario, expresión que habitualmente se utiliza para hablar de mala suerte ¿Que os atrajo de este nombre? 

Yo (Montse), que suelo ser bastante obsesiva, me obsesioné con buscarle un nombre a la banda. Una noche en casa, harta ya de no poder pensar en otra cosa, me llegó como un fogonazo el nombre de Fario. Queríamos tener como grupo un nombre neutro, ni masculino ni femenino y Fario, además de cumplir con ese requerimiento, era un palabra ambigua, castiza y en desuso para referirse a la suerte, a la fortuna, al sino. Todas pensamos que era un nombre perfecto para el proyecto. Nos enamoramos de él desde el principio.

Con el tiempo, fue María Schultz la que asumió las funciones de bajista y también de vocalista ocasional ¿Que aportó ella a la ecuación? 

María vio nacer al grupo y desde el principio vino a los conciertos y a algún ensayo. Sabía de qué iba Fario y le gustaba. Cuando se incorporó al proyecto, nosotros ya sabíamos que su aportación iba a ser importante. Es una genia buscando armonías, tiene unas cualidades vocales alucinantes, es muy original con el bajo y como a nosotros, le encanta el vino.

De una forma constante habéis citado a gente como a las añoradas Trish Keenan (Broadcast) o Mercedes Sosa entre vuestras principales influencias. ¿Se mantienen en vuestro nuevo disco, Tres peces?

Sí, sin lugar a dudas siempre estarán presentes. Para nosotras son más que influencias, son la luz en la oscuridad, las guías espirituales a las que recurrimos siempre que lo necesitamos. Si nos diera por levantar un altar, pondríamos en él una fotografía de cada una de ellas.

Está claro que, sin desviaros de vuestra personalidad, Tres Peces representa un salto cualitativo respecto a vuestro anterior disco, Tu Aguijón ¿Cuáles creéis que son las circunstancias que han determinado esta evolución? 

La evolución en nuestra música se debe fundamentalmente a nuestra propia evolución, como músicos y como personas, a la integración de todas nuestras vivencias, de todas nuestras lecturas, de todos los discos nuevos que nos han acompañado estos años… Tu Aguijón era un disco muy minimalista, más crudo, es una foto fija de lo que Fario éramos en ese momento. Tres Peces es un disco mucho más experimental y de sonido más atmosférico, que busca acariciarte y provocarte, crear en ti estados de ánimo concretos, hacerte viajar de la oscuridad a la luz y vuelta a empezar, pero también es la foto fija de lo que éramos en el momento de meternos en el estudio a grabar.

En vuestros títulos y letras mostráis una variedad de intereses, como el cine, la filosofía, la geografía o el arte en general ¿Es Fario algo más que un simple grupo de música? 

Fario está compuesto por una filósofa, una socióloga y un físico-doctor en robótica, eso ya de entrada, marca carácter. Además somos las tres unas frikis de casi cualquier manifestación artística. Somos muy lectoras, nos encanta la historia, la danza, el teatro, viajar… y escribir forma parte de nuestra cotidianeidad. También nos gusta la juerga, el vino y somos de buen comer. Desde los inicios, concebimos Fario como un colectivo artístico, un lugar de libertad que a día de hoy sigue siendo un espacio de colaboración con otros artistas de enorme talento. De ahí viene que hayamos terminado por generar una especie de cosmovisión propia; lo Fario, que también usamos como adjetivo.

«La evolución en nuestra música se debe fundamentalmente a nuestra propia evolución, como músicos y como personas, a la integración de todas nuestras vivencias, de todas nuestras lecturas, de todos los discos nuevos que nos han acompañado estos años»

Una de las cosas que más destaca del disco es el contraste entre la voz más tendente al punk de Javi y la dulzura, digamos, etérea, de las voces de Montse y María ¿Es este contraste una de las bases de construcción de vuestro sonido? 

En este disco la voz de Javi se rompe en Oda al silencio y El Invisible, pero también está presente con toda su profundidad y calidez en Chasco, una de las grandes baladas de Tres Peces. La voz de las canciones que cantamos María y yo sí es más dulce y etérea, como bien dices. En Fario cuidamos mucho que haya contrastes, y los que mencionas a nivel vocal, sí que forman (sin haberlos buscado conscientemente) parte del sonido de Tres Peces, pero esto no es algo que esté institucionalizado, en cualquier momento cambiamos las tornas.

En algunas ocasiones habéis mencionado que la secuencia de canciones de Tres Peces no es casual, que hay un hilo argumental que subyace a todo el disco ¿Cuál es la historia que habéis querido contar? 

La historia que hemos querido contar es la que hemos vivido nosotras mismas a nivel vital durante este par de años desde Tu Aguijón, y que habla de haber resistido a una tormenta muy feroz. En realidad, cada pez ha tenido su tormenta y su tormento, pero también su luz, y esto puede apreciarse, creemos, tanto si se escucha el disco de cabo a rabo, como si se escucha cada corte de forma aislada.

La producción del disco corre a cargo del gran Paco Loco, con el que habéis grabado en su estudio del Puerto de Santa María ¿Cómo ha sido esta experiencia? ¿Cómo ha contribuído a vuestro sonido? 

Paco ha sido un cuarto Fario por pleno derecho y ojalá lo siga siendo. Como banda nos ha sabido leer perfectamente y ha nutrido nuestro sonido de una forma muy profunda pero sin comprometer nuestra esencia. Nosotras soñábamos con hacer locuras con las voces, con los teclados, con meter samples… y todas estas locuras y más, las hicimos motivadas por Paco. La experiencia fue que salimos del estudio convertidas al ‘Paquismo’, que no es más que su forma de ver la vida: trabaja muy duro en lo que amas y ríe todo el tiempo.

 

Una de las cosas que más atraen de Tres Peces es su bonita portada en la que aparecéis los tres sentados ante el crepúsculo en lo que parece ser el bordillo de una piscina vacía ¿Qué concepto hay detrás y cómo surgió la idea? 

El trabajo de la portada fue muy bonito y es obligado mencionar a Sergio Escalante, el fotógrafo genial responsable de esa maravillosa foto y de otras muchas de la banda. Todas teníamos claro que queríamos salir en la portada, que debía haber agua o un símbolo de ella, (dado que es el elemento con mayor protagonismo en el disco) y que la foto transmitiera un halo melancólico. Hicimos varias pruebas, y salieron fotos muy bonitas, pero que como portada no acababan de convencernos a ninguno. Entonces un día, Sergio Escalante compartió una fotografía de esa piscina en su Instagram y tuvimos un flechazo. La foto de por sí era tremendamente melancólica y el agua estaba representada por su ausencia mediante el símbolo de en una piscina vacía, lo cual resultaba bastante más sugerente. Sólo faltábamos nosotras, así que con las mismas, nos fuimos con Sergio a un descampado cerca de Brunete, que es donde está la piscina, y esperamos la hora exacta del crepúsculo para sentarnos en el bordillo y disparar a diestro y siniestro.

Frecuentemente suele hablarse, como se ha hablado en diferentes ocasiones a lo largo de la historia del pop español, de la escena de Madrid ¿Vosotros os sentís integrantes de alguna escena o, dicho de otro modo, creéis que conectáis especialmente con algún artista o grupo concreto? 

Es que en la escena madrileña hay muchas escenas, y en alguna de ellas estamos, sí. Es verdad que nos cuesta pensar en bandas hermanas con quienes compartir escenario, pero claro, nosotras nos sentimos muy conectadas con Fernando Alfaro en solitario, con Chucho o los Surfin, con Nacho Vegas, Tulsa, Apartamentos Acapulco, Lorena Álvarez, Alberto Montero o Cristina Rosenvinge, también nos sentimos hermanas de Ruiseñora, cuyas letras son hermosísimas, y con quienes tuvimos la suerte de compartir escenario. Las conexiones con bandas de fuera harían esta lista mucho más extensa.

Tras unos meses con el nuevo disco en la calle, ¿Cuál es el balance del estado de la banda? ¿Estáis contentos con su repercusión?

Sí, estamos muy satisfechas. El disco está teniendo muy buena acogida, tanto por parte del público como de la crítica. Aún le queda mucha andadura, pero de momento, todas las sensaciones son muy positivas.

 

¿Cuáles son vuestros planes de futuro? 

Componer, componer y componer. Como te decíamos más arriba, trabajar muy duro en lo que amamos y reír siempre.

Hay algo que, personalmente, siempre que hago una entrevista a alguien me gusta preguntar para terminar. Me gustaría que citarais cinco canciones de otros artistas que consideréis que os han marcado a los tres especialmente, en cuanto al proyecto que tenéis en común. Algo así como la música que creéis que os ha traído hasta aquí, hasta este momento concreto del tiempo en que se encuentra Fario. 

A María: Riders on the storm de The Doors y Silver Rider de Low.

A Javi: He’s simple, he’s dumb, he’s the pilot de Grandaddy y River Man de Nick Drake.

A mí (Montse): Zamba para no morir de Mercedes Sosa y Pendulum de Broadcast.

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