Entrevistamos a Luixy Toledo, ¿compositor de Thriller?

Si uno navega por la portada de Filmin estos días, encontrará una novedad que no debería pasar por alto: El hombre que pudo salvar la vida de Michael Jackson por segunda vez. Ese hombre no es otro que Luis Valverde (Talavera de la Reina, 1950), al que probablemente conozcas como Luixy Toledo. Bajo ese título se recoge la mejor definición que el realizador David Chaumel ha encontrado para describirle. Con la excusa del estreno del documental (conversación sin corsé), surge la oportunidad de entrevistar a uno de los personajes con más actividad en aquella televisión de dudosa intención que marcaría la parte grotesca de los 90 y también el protagonista de un litigio de película contra los abogados de Michael Jackson por la paternidad de “Thriller”. No es algo que haya dejar que pasar, sobre todo para ahondar en la persona detrás de Luixy. Le contacto para realizar la entrevista, pero me comenta que sobre la hora acordada es posible que tenga que ir a recoger un cedé de una cinta que mandó en 1996 a la madre de Michael Jackson. Tenemos suerte de poder adelantarla y solo interfiere alguna obra que se está acometiendo cerca de su casa.

«Rebbie Jackson, su hermana mayor, le ponía la canción a Michael. Le daba miedo y, como temeroso que era, al escucharla, porque la escuchó, la retuvo en su memoria»

¿Dónde ha estado metido Luixy Toledo estos años?

He estado dando conciertos, pero como no los anuncio en mi página, nadie se entera. He tocado en Madrid, Barcelona y Bilbao y, sobre todo, en fiestas en las que me contratan fans. Además de algunos conciertos en Silikona o Caracol, también doy conciertos para grupos que o para las fiestas de los pueblos donde, sobre todo, doy rienda suelta a mis versiones de éxitos internacionales con letras mías.

¿Qué te ha parecido el documental?

Lo he visto tres veces, porque el código que me dieron para FilmIn se va cortando y tengo que verlo a cachos. Me ha gustado mucho y parecido bien al 90%, pero tengo que decir que la canción que pone David es la antigua de “Exorcismo”, y yo recomiendo que escuchen la nueva versión o la del video, que para eso me gasté un dinerillo con Baso, de Azul y Negro, para incorporar los efectos que quería. Quitando eso… Bueno, otra cosa que no me gustó es que me tiraran fotos tocando el teclado y la armónica, pero estoy muy agradecido a David por el empeño que ha puesto y por lo que ha hecho: al documental le doy un 9. Me ha gustado también cómo han contado la historia del siglo X, aunque hubiera puesto arriba la medalla de cuando conocí a Paolo (nota: Paolo es el nombre de Michael Jackson en su anterior vida del siglo X).

El documental retrata al Luixy más humano y más sincero al que quizá no estemos acostumbrados. Para enmarcar, y siendo absolutos, ¿qué es lo que más le ha dolido a Luis Valverde y qué es de lo que más orgulloso está?

Me dolió mucho que la gente no me creyera. Eso es muy duro. Si hubiera salido alguien de otro país denunciando el plagio de Michael Jackson, le hubieran creído, pero claro, salgo yo, que soy español y, aunque tengo claras las ideas y pruebas suficientes, la gente creía que les estaba metiendo una bola. Me jodió mucho también que en el primer disco saqué una canción que se llamaba “ETA asesina” y, tras un atentado en el centro de Madrid, El Corte Inglés y FNAC lo retiraron de la venta, ¡como si tuviese yo algo que ver con aquello!. Esa canción está, dicho por mucha gente, entre ellos Jesús Hermida, Carlos Herrera y Carrascal, entre las diez mejores canciones compuestas en este país en los últimos cincuenta años. Como no me contrataban en los pueblos por lo que pudiera pasar, quité ese tema y puse la primera canción que yo compuse, con 15 años, “En Marte hay vida”, sobre la carta que en 1965 escribí a la NASA. ¡Se iban a tragar ahora un marciano! En esa carta les comentaba que yo había vivido en Marte hace 12.000 años y que, como mi línea cerebral 6.012 no se borró tras mi primera muerte, les podía hablar de cómo era la vida allí, las bodas o las pirámides. La primera carta no me la contestaron, pero les volví a escribir en 1998 y esta vez sí me contestaron: de eso estoy muy orgulloso, de mi vida en Marte. Pero, sobre todo, de ser el verdadero autor de la canción estrella del disco más vendido de la historia; no el autor completo, ojo, pero sí la idea.

Estando en Canarias es cuando escuchas “Thriller” por primera vez y te saltan las alarmas…

Yo vivía por entonces con una chica y, sinceramente, entre su trabajo de representante de cazuelas para cocinar sin aceite y demás menaje y mi trabajo en Correos ganábamos bastante dinero. En esa época ni veía televisor ni nada, pero tras romper con aquella chica, me fui a Canarias. Un día fui a la sala Zorba, a la que, por cierto, entré si pagar porque les di la idea de poner como reclamo en la puerta una guitarra que le compré a un marinero polaco. Como me pagaron con diez entradas con consumición, me acerqué un día. Y ya dentro escucho: ‘Cause this is thriller, thriller night… y pensé: “La madre que me parió, si esta canción…”.

Vayamos atrás en el tiempo. En 1969 le mandas una carta con varias canciones, entre ellas “Exorcismo”, a Michael Jackson.

Y sé que la recibió, porque también sé que Rebbie Jackson, su hermana mayor, le ponía la canción a Michael. Le daba miedo y, como temeroso que era, al escuchar la canción, porque la escuchó, la retuvo en su memoria. Rebbie se la ponía como castigo cuando se portaba mal. Luego ya en 1974 la vuelvo a mandar, esta vez a Motown, y ahí ya estaban con ellos Quincy Jones y Rod Temperton. Estoy convencido de que se la muestran y el otro la escucharía. Las similitudes con “Thriller” son evidentes, hasta la canción trata de lo mismo, porque si en mi canción yo hubiese hablado sobre la cría de gusanos de seda y el otro de cómo se cogen los caracoles a la carrera… Pero claro, yo digo esto y, como soy medio cómico, la gente no me cree. Para que me crean tengo que ponerme a llorar.

 

Aseguras que conociste a Michael Jackson en el siglo X, cuando él se llamaba Paolo y…

A ver, hay una cosa que hay que matizar de la que aparece en el documental. Yo me llamaba Sebastián y conocí a Paolo con quien trabajé diez, doce años. Eso es así, pero su padre era español, no italiano como su madre, italiana -de ahí que le pusiera Paolo-.

Cuando conociste a Paolo él era tu amo, y en el siglo XX él se lleva la fama de una canción que tú aseguras haber escrito. Parece como una metáfora de jerarquía…

Michael Jackson en esta última vida no tomaba decisiones sobre su música…

Cuando comienza a salir a la luz lo del tema del plagio de Michael Jackson, comienza también la época del Luixy personaje de televisión, en el que se hizo un retrato tuyo quizá esperpéntico.

En 1996 salí por primera vez en televisión, y quien me sacó fue Alfonso Arús, que siempre me ha defendido. Hablando claro, lo de Marte yo creo que es verdad. Además de músico, debería haber sido cómico, porque el que no haya tenido la suerte de ver uno de mis conciertos debería ver las críticas que tengo y se quedaría con la boca abierta como los pastorcillos de Fátima al ver a la virgen. Por ejemplo, fueron una televisión francesa y otra alemana a Barcelona y la gente se sorprendía que preguntasen por mí (“venimos buscando a Luixy Toledo, el verdadero creador de “Thriller”) y no por Chiquito de la Calzada o Los hermanos Calatrava.

Pero en la televisión, ¿te entregaste a ese juego o se aprovecharon de ti?

Diría que me entregué a ese juego porque con las casas discográficas había que vender discos y yo estaba rabioso con la sociedad española y con las discográficas, así que me llevaban a la televisión, yo cantaba la canción de Marte y, como lo conozco como la palma de mi mano, me ponía a hablar del planeta. Les narraba sobre sus ciudades subterráneas donde se custodian los registros de nuestras vidas anteriores. Unos se reían, pero los más inteligentes fueron los únicos que creían que aquello podía ser cierto. Algún día se descubrirá que lo que digo es verdad. De hecho, ahora mismo, en una región de Tarragona hay vida bajo tierra; ya os enteraréis.

¿Tienes todavía contacto con gente de la televisión de aquella época?

Con el que más trato tengo es con Santiago Segura. Él me ha querido sacar varias veces en los programas de televisión que tenía, pero su realizador quería gente seria, y a mí me metían en el saco de Cañita Brava, Toni Genil, Arlequín… Trabajé en las cinco películas (nota: la saga Torrente) con Segura y se portó muy bien conmigo. Cuando hice Torrente 2 me pagó el doble, por esa y por la primera en la que no cobré ni yo, ni ninguno. Yo le conocí en 1998, en un programa con Carlos Herrera, donde canté “Exorcismo” y se comentó que yo o era un jeta o un fuera de serie, porque me veían con talento y si había sido capaz de haber hecho ese tema… ¡apaga y vámonos! Me dijo Santiago que colaborase con él haciendo una canción para Torrente (“Torrente, el brazo tonto de la ley”). La hice y se la enseñó a Martes y 13 y a Faemino y Cansado y decían que era cojonuda. Era una rumba de Marte. Pero BMG dijo que a Luixy Toledo no le conocía nadie y le propusieron a El Fary sacar la canción. En Torrente 2, se la encargaron a Joaquín Sabina, que dijo: “Hay que joderse, no es justo lo que le estáis haciendo a este hombre, porque esa canción es acojonante. No entiendo por qué me pedís a mí una”. Y BMG, ya sabes, “que si Luixy Toledo, que si no nos toman en serio…”. 

Luego llegaría la BBC…

Bueno, ahí me dijeron que tenía que ir llorando y de pobre, porque si no, no les iba a servir el documental.

Hace no tantos años, salió Quincy Jones en una entrevista asegurando que Michael Jackson tomó prestadas canciones, y entre ellas “Thriller”, de un músico español”. ¿Te pusiste en contacto con él al saber de estas declaraciones?

No, no lo hice. Yo escuché aquella entrevista en la televisión más tarde. No me nombra, pero asegura aquello de “Thriller” y “un español”. De momento no le he contactado. De momento.

¿Tienes contacto con alguien de los Jackson o de su entorno?

No, ninguno, aunque ellos han dicho que me quieren conocer. ¡Cuando quieran yo me acerco! Además, podría aprovechar para… Bueno, no debería decírtelo, pero quiero escribir un guion en el que hablaría de mis cuatro reencarnaciones: la de ahora, la de mi vida en Marte, la de mi vida en China en la frontera con Mongolia y lo de Paolo. De hecho, podría contar anécdotas sobre el Michael Jackson del siglo X, como que en las fiestas se ponía una falda que su madre trajo de Florencia y se ataba una berenjena en sus partes para hacer la campana. Esto lo cuentas y la gente te manda a freír espárragos… ¡Pues no señor, Michael Jackson era muy gracioso! Me acuerdo un día, yendo de caza con una que le gustaba -normalmente la más guapetona y la que más perras tenía-, apareció un conejo que se le antojó a la chica. Tras fallar con las flechas sus acompañantes, el animal se metió en su madriguera. Entonces, Michael/Paolo, que llevaba un bolso con pimienta, echó parte de la carga en la conejera y colocó una piedra puntiaguda en el frontal de la madriguera: el conejo estornudó y se escornó. Y se la ligó. Eso fue glorioso.

«Podría contar anécdotas sobre el Michael Jackson del siglo X, como que en las fiestas se ponía una falda que su madre trajo de Florencia y se ataba una berenjena en sus partes para hacer la campana»

Tienes mil historias que contar…

Mi idea es, cuando acabe con todo esto del documental, ponerme en contacto con el hijo de Leonard Bernstein o con Quincy Jones o con el hijo de Michael Jackson, que es productor, para hacer algo sobre la vida de su padre. Porque hay otra historia: Paolo, además de cortejar a la chica de la que hablo en el documental, se enamoró de otra dama, hija de los jefes de la hacienda, a la que compuso una canción que tengo yo. Con un laúd, le cantó: “dime quién eres tú, mujer, dime…” (nota: preservo la confidencialidad de letra íntegra, que la canta). Esa canción quiero registrarla, aunque no me pertenece a mí, aunque claro, tampoco a la familia de Michael Jackson.

Tengo curiosidad por lo de Bernstein…

Hubo una época en la que trabajaba para un jeque árabe y ganaba mucha pasta, más que como Luixy Toledo. Fue en aquella época cuando conocí a la hija de Leonard Bernstein, pero hay una casualidad más. Yo estuve saliendo con una chica guapísima, mezcla de Selena Gómez y Catherine Zeta-Jones a la que su padre le regaló un Ferrari al cumplir los 18 años. Al final, por temas personales, pues no salió la cosa. Años después, ella se casó en Estados Unidos con un cirujano plástico que le hizo unos arreglos a Pamela Anderson y vivía en el edificio Dakota, un piso por encima de Leonard Bernstein, con el que hablé antes de morir. Fíjate qué historia tengo yo.

En el documental hablas de que hubo un abogado que quiso llevar tu tema cuando tú andabas de gira por Estados Unidos: fue a ver a los letrados de Michael Jackson, pero aquello acabó como si nada. Aunque se habló después de un acuerdo…

Hay una cosa que no se dice en el documental. Rebbie le comenta lo de “Exorcismo” a un segundo abogado que cogí yo, que lo ve más claro que el anterior y, en vez de hablar con los otros abogados, habla con la familia Jackson. A mí todavía no me han pagado los dólares que yo he pedido siempre, pero hicimos un contrato en secreto. Hace un par de años, nos ingresaron la mitad de los dólares acordados, a repartir con mi abogado -pero con este último abogado, no el que menciono en el documental-. Después, dentro de unos años, nos deberían ingresar la otra mitad. Y todo esto gracias a Rebbie Jackson, que es la que recibió la cinta que yo le mandé y se la ponía a Michael y a él le daba miedo.

 

Prince estuvo en un concierto tuyo en Ritmo y Compás. A ver si estaba buscando material para hacer acopio de munición para su rivalidad con Michael Jackson…

Tengo que decir que, como instrumentista, Prince era mucho mejor que Michael Jackson, solo que Michael lo ocultaba cantando y bailando, con el espectáculo. Prince tocó en Zaragoza el 20 de diciembre de 1988 y tras el concierto tenía que venir a Madrid a hacer algún tema contractual con Warner -y de paso ver a alguna de las bailarinas de sus videoclips con la que andaba liado-. La noche del 22 yo tocaba en Madrid y me dice uno de mis fans: “Oye, que está Prince ahí”. Estaba en la parte de atrás, a la que había llegado con dos gorilas y una chica rubia de pelo corto, que luego confirmé que era de Warner. Entonces, se me acercó uno de sus gorilas y me pidió, en un inglés-español: “Por favor, Thriller, please”. Ya la había cantado, pero esperé un par de canciones y anuncié que, para complacer una petición muy especial, iba a volver a cantar “Exorcismo”. Prince se tomó un gin tonic y sus guardaespaldas unos cubatas, pero los de la barra ni sabían quién era. Luego se le vio cenando en Casa Patas. Fui allí y confirmé que era él, pero no firmó en el libro de visitas. No creo que fuera buscando material contra Michael, sino que le movió la curiosidad, algo que todavía parece que no se ha descubierto en el siglo XXI.

En tu página web ofreces letras de canciones para que las grabe quien quiera, decir que son suyas y repartir derechos.

Eso es. Tengo 331 canciones compuestas, de las cuales unas 130 son letras y músicas mías grabadas en disco y algunas que no están grabadas. Después, hay otras 180 en las que canto canciones de otros a los que yo he puesto letra. Escucha, por ejemplo, “Sultans Of Swing” y verás que yo te saco una letra mejor que la de Mark Knopfler, “Smoke On The Water”, de Deep Purple (imita el riff de guitarra); el “Imagine”, de John Lennon, sobre la que he compuesto una historia de amor con la que llora la gente; o el “Enola Gay”, de OMD, en la que canto sobre el cambio de sexo. (Vampirella es muy fan mía, por cierto). Pues estaría bien si otro músico quisiera grabar alguna de las canciones de las que he sacado la letra. Algún día, antes de morir sabréis quiénes, pero a mí me han grabado dos éxitos en Estados Unidos y dos canciones en Inglaterra (uno rockero y una cantante famosísima), pero como tengo un contrato de confidencialidad, no puedo decirlo. También me pusieron en la BSO de una película picantona en Francia. Quien diga que estoy loco es porque no ha escuchado mis canciones. Y repito, no estoy loco, y ponlo ahí otra vez, lo que pasa es que debido a mi línea cerebral 6.012 me acuerdo de mis vidas pasadas.

Si te quedase una última reencarnación, ¿cómo querrías que fuera?

En mi próxima reencarnación, que no sé si será en España donde ya llevo las dos últimas, me gustaría ser músico, medio cómico y, sobre todo, tener la capacidad de poder ayudar a la gente.

 

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