Entrevistamos a Marc Ros (Sidonie)

Al albor de un libro que luego será disco y cuyo disco se podrá seguir a través del libro, o algo así, pensé que tenía que lanzarle unas preguntas a Marc Ros. Es un nombre que impone por lo que significa en el pop español, pero que, luego, en las distancias cortas es noble a carta cabal, gamberrote verborréico y hasta cierto punto picarón. Y claro, eso, a quien esto suscribe le flipa que no veas. El regreso de Abba (Suma de las Letras, 2020) es una novelaza sobre el mundo de la música, con el poder del amor, la amistad y la nostalgia de por medio. Hincado ya el diente a sus páginas, le hago estas preguntas al líder de Sidonie.

«Nada me haría más feliz que ver ‘El Regreso de Abba’ en la pantalla grande o sobre un escenario»

En primer lugar, he de decirte que me lo leí en una tarde. Y mira que son más de 360 páginas, pero así de intenso soy. Quedé enganchado desde el minuto uno a esa historia tan humana, a esos personajes que puedes ver en cualquier terraza. ¿Cuánto de biografía hay en ella? ¿O todo es pura creatividad?

Gracias, Toño. Mi obsesión era hacer unos personajes convincentes. Cuando compartía las primeras páginas con las personas de mi entorno siempre les preguntaba lo mismo ¿Te caen bien? ¿Te irías a tomar algo con ellos? Es claramente una novela de personajes que voy desarrollando al ponerlos juntos en una casa en Cadaqués para ver cómo interactúan. Me recuerda a cuando, de pequeño, iba con mis primos a cazar arañas de diferentes tipos para encerrarlas en una jaula para ver que hacían. No os preocupéis, ya no lo hago. Hay mucha biografía; tenía claro que la primera novela que escribía tenía que hablar de algo conociera bien. Los tres tienen cosas mías y de personas que se han cruzado en mi vida

Abba es una palabra del arameo que se traduce como “Oh padre” y, sin embargo, quien ostenta ese nombre en tu obra es una mujer. ¿Alguna curiosidad al respecto o es que te molaba y ya?

Me gustó mucho cuando me enteré del significado de Abba en arameo. Sabiendo eso, ahora veo a Abba más dual, más equilibrada en el Yin y el Yang. Podría seguir por la senda el taoísmo pero prefiero dejar claro que el nombre viene del grupo sueco el cual no cito en toda la novela aunque soy fan ¿Quién no lo es?

Tal como está planteado libro que acaba en disco, disco que acaba en la novela, ¿te apetecería que se hiciera una película musical sobre la misma o un espectáculo de teatro musical? Ganas dan desde luego…

Me encantaría. Soy fan de los musicales. Nada me haría más feliz que ver esta obra en la pantalla grande o sobre un escenario. Haciendo las canciones para el disco me he acordado mucho de Jacques Demy, de West Side Story… El disco que sacaremos en octubre no se centra en los diálogos como en un musical o una ópera pero sigue su estructura.

Aunque he de decirte que si el mundo musical está de aquella manera, el literario ni te cuento. ¿Te costó encontrar editorial o la publicación llegó casi sin mover la obra?

La editorial ya me conocía por ser el autor de las canciones de Sidonie. Esas eran mis credenciales. Cuando les pasé la mitad de la novela les gustó y empezó la aventura. No he tenido que llamar la puerta de cientos de editoriales pero llevo veinte años escribiendo canciones. Ya me tocó en su día llamar a la puerta de cientos de discográficas.

Decía Isak Dinesesn que se puede soportar todo el dolor si lo convertimos en una historia, ¿es eso un poco El regreso de Abba?

Es curioso que cites a Isaak Dinesen. Tenía, como muchos escritores, una cita suya pegada en la pared para no desfallecer en el proceso de escritura de la novela: “Escribo un poco cada día, sin esperanza y sin desesperación”. Los tres personajes de mi novela crean desde el conflicto pero esto crea un conflicto en sí mismo; lo alimenta. Es una rueda que no para. Abba defiende que se puede crear desde el no dolor, no estoy muy de acuerdo con ella. Si yo fuera completamente feliz no escribiría. Estaría muy ocupado siendo feliz.

En el fondo, mira que te digo, toda vuestra discografía pueden tener un hilo conductor literario; El Fluido García podría ser una novela distópica, Sierra Y Canadá un road-book, El Peor Grupo del Mundo una obra beat y Shell Kids un ensayo social. Y ahora que has visto lo bien que se te ha dado la cosa de escribir, ¿qué tal adaptar a libros tus otras obras? Puedes maldecirme por la idea

¡Me encanta! Pero viendo la capacidad de síntesis que tienes te invito a que lo hagas tú.

 

Le preguntaron a Hannah Arendt quien podría leer su obra y respondió: quien quiera encontrar un pensamiento sistemático, un corpus teórico ordenado y coherente, mejor que no acuda a mis escritos. ¿Piensas igual o crees que en El Regreso de Abba te desnudas por completo en lo emocional o más bien nada de nada?

Es una respuesta brillante. Siento decepcionar a los lectores que busquen un edificio, un rascacielos, el Empire State Bulding de la estructura narrativa. A mí me gustan más los escondrijos, las cabañas. Me gusta que la estructura sea tan blanda como si fuera un edifico de Gaudí, que de la sensación que te puedas perder sumergiéndote en él. Juan Marsé dijo: “A esta obra se le ve hasta el esqueleto”. No me gusta ver el taller de escritura creativa en una novela, no me gusta la academia. Me encanta cuando notas que el escritor improvisa, se deja llevar y está siendo libre.

En el libro hay muchos zascas a la industria discográfica, ¿autobiografía o es lo que te han contado otros?

Tengo un amigo que me ha contado que… No, ahora en serio. Sidonie llegó al mundo discográfico cuando ya solo quedaban algunas ascuas del incendio de los locos años 70, 80 y 90. 20 años de negocio ruin. Menos mal que eso ha ido a menos. Supongo que el fútbol se ha quedado con todos los excesos. Los futbolistas son las nuevas estrellas del rock. Los peinados han cambiado. Prefiero los haircuts de Bowie.

Me encanta el potencial de crítico musical que destilas en las páginas, ¿piensas también dejarnos en paro?

Hahaha, nada más lejos. Admiro mucho vuestro trabajo. He leído mucha prensa musical, muchas biografías de músicos, mucho ensayo musical. ¡Soy un periodista musical frustrado! Me he desquitado escribiendo la biografía apócrifa de los Televisores Rotos, el grupo de Hugo, uno de los protagonistas de la novela.

Todos los que escribimos tenemos un libro por el que nos lanzamos a componer una obra literaria. ¿Cuál fue esa por la que emprendiste tu amor por la literatura?

“En el camino” de Jack Kerouac. Lo leí en una época peligrosísima de mi vida; a los 16 años. Ahí emprendí mi amor no solo por la literatura si no por la carretera, por la música y por la marihuana. Esta novela me metió en una furgoneta con un grupo de pop y aun no me he bajado. Esta novela son muchas novelas y muchos poemas; gracias a las citas que hay en ella conocí a Dostoievski, London, Thoreau, Dos Passos, Burroughs, Whitman, etc… Lo habré leído unas siete veces. Siempre muta: siempre muto. No hagáis caso de los lectores que dicen que leer a Kerouac es propio de post adolescentes, se puede leer y disfrutar a cualquier edad, igual que las canciones de Dylan, que sin “En el camino” hubiera sido un buen escritor pero no un semi dios como acabó siendo.

Kafka le pidió a un amigo que destruyese sus manuscritos, Frank Sinatra odiaba “My Way” y para Agatha Christie Hércules Poirot terminó siendo un imbécil. ¿Tienes alguna canción de vuestro grupo por la que sientas algo igual? ¿Y algo del libro que, una vez editado, piensas “esto no debería haberlo puesto”?

El amigo de Kafka, podría haber destruido algunas páginas de El Castillo, no estoy diciendo que todo ¿eh? Pero esas páginas que hacen que quieras lanzar el libro por la ventana. Kafka mola mucho, pero reconozcámoslo; también nos hemos aburrido mucho con él. A Poirot y a “My Way” vuelvo cada dos por tres perquè me sientan muy bien. El amigo de Kafka podría haber quemado algunas de mis canciones pero no te voy a decir cuáles.

Tras leer tu obra, ¿Haces de ti esa máxima ferlosiana que decía “Conócete a ti mismo; ¡Si hombre, como si no tuviera uno otra cosa en que pensar”?

Hahaha, genial. No la conocía. Está a medio camino entre un texto sagrado en sánscrito y Groucho.

Gracias.

A ti

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