Entrevistamos a Nos Miran

Desde que Fernando Arrabal, todo enloquecido y con unas copichuelas de más, gritase aquello de que el milenarismo iba a llegar estábamos esperando el momento. No sabíamos si iba a ser con chufla de por medio, cachondeo a tutiplén o mucha purpurina, pero resulta que ha llegado. Lo traen bajo el brazo estos chavales, ella y él, Sergio Rodríguez y Marta Quintana, Nos Miran, que han sacado un trabajo que podría ser una especie de tratado sobre el milenarismo existencial a través de un extraño estado como de duermevela, donde lo onírico lo envuelve todo.

Así que, aprovechando la ocasión y que estarán actuando el próximo 25 de enero en Madrid junto a Le Superhomard y Linda Guilala (Sala en Sol), me he puesto en contacto con ellos para lanzarles unas preguntajas. Incluso algunas intensitas, con mucho alfa y varias omegas pero versión astracanada. Y hasta hablamos de Camela. Dentro vídeo, que diga… texto.

«La música es el mejor elixir para muchas cosas y, cómo no, para salir de la tristeza, aunque también, para permanecer en ella un tiempo»

En la crítica a vuestro disco que hice en estas páginas dije que erais musicalmente como Camela, pero con letras de La Buena Vida, ¿os mola la descripción o merezco un par de hostias con la mano abierta?

Tranquilo, creemos que no somos agresivos. La verdad que la comparación nos gusta. Sí que nos dimos cuenta que «Contigo» es un poco Camela, ambas empiezan por C. Las letras de Camela son más sanguíneas y las de la Buena Vida algo más frías, entre Te Quiero a Morir y el Que Nos Va a Pasar no podemos elegir. Todo depende del momento.

El disco Todo Se Repite es lo que más escucho últimamente en Spotify, hasta el punto que cuando lo enchufé casi me dice la voz del streaming, “¿Te pongo a Nos Miran, verdad, bonito?” ¿qué tienen vuestras melodías que tanto enganchan?

Muchas gracias, nos hace mucha ilusión tus palabras. No nos gustan las melodías-canciones pegajosas, pero un poco quizás no venga mal. Sin embargo, cuando se nos pega una canción, la única salida posible es amorodiarla profundamente. Esto nos pasa a nosotros con nuestras propias canciones.

“Hemos estado aquí antes, no nos acordamos, vivimos ausentes…” ¿creéis en la reencarnación? ¿cuánto de Iker Jiménez sois? Es que en las letras del disco he pillado muchas referencias a lo onírico y lo paranormal

Iker Jiménez es un gran profesional con una bonita voz. Aunque no estemos todo el día haciendo güijas, nos atrae el misterio. Lo onírico nos inspira mucho, esa canción está basada concretamente en un sueño, cuando se da la situación de que se sueña lo mismo en más de una ocasión: es aterrador vivir la repetición en un sueño, y un rostro que nunca se sabe de quién es. Seguramente le haya pasado a mucha gente.

Conjugáis el Battiato ochentero, los sonidos New Order y hasta el chundachunda de la Stock, Aitken & Waterman Factory, ¿es algo que hacéis queriendo o yo que encuentro inspiración donde no la hay?

El sonido es, en muchos casos, noventero a más no poder, por lo tanto, hay bastantes referencias de muchos grupos de aquella época. En muchas canciones retrocedemos más de 20 años para traer de vuelta el Dance-pop que tan famoso se hizo y que tantas alegrías nos dio.

Lo cierto es que lleváis la tristeza de las letras a la pista de baile, ¿es para que la gente piense entre cubata y cubata? ¿o una forma de despistar al MDMA?

Hace poco vimos una publicación en instagram de Rocío Saiz, una de las integrantes de Monterrosa y las Chillers que decía “A veces hay que permitirse el dolor. A veces hay que permitírselo, y escribir mucho sobre él, de ahí salen siempre las mejores canciones, y es que, el mundo duele. Rebelémonos contra el “todo bien”. Creo que describe perfectamente lo que hacemos algunos a la hora de hacer música. Todo el mundo experimenta el dolor y creemos que en la música se habla poco sobre esto.

Desde la alta cultura pop de “Árbol de sombra” hasta la “Näif au 79”, cada canción es una sensación diferente. ¿qué tipo de literatura os inspira para las letras? Porque es evidente que hay mucho fondo retórico en lo que escribís…

Cuando escribimos las canciones no nos damos cuenta de ello, supongo que de lo que estemos leyendo en ese momento. Por ejemplo, Árbol De Sombra está inspirada en Los Habitantes del Bosque, de Thomas Hardy, en el que a uno de los personajes le afecta terriblemente que le talen un árbol que puede ver desde su ventana, y a uno de nosotros también nos talaron un árbol en esas circunstancias.

 

“Quien tú quieres que sea” suena muy a Camela, (otra vez), pero con letra de Kierkegaard, ¿existencialismo poppy?

Camela es Dios, por lo tanto, esta es una canción de raíces cristianas. Somos más de existencialismo local, la canción tiene algo que ver con San Manuel Bueno, mártir, de Unamuno, donde se describe muy bien la fragilidad de la fe, la tortura de la duda.

¿Cuánto homenaje hay a Giorgio Moroder en todo el trabajo?

Giorgio Moroder es una especie de dios con bigote. Creo que todo el mundo que hace música tecno desde hace 30 años, lo quiera o no, está homenajeando a lo que él creó, le dio una vuelta de tuerca a todo, además, gracias a él, se puede decir que nació el eurodance, estilo muy definido en nuestras canciones. Podemos decir que en todas las canciones hay algo de Giorgio Moroder.

Aunque el disco es de 2019, podría ser la gran obra del 2020, ¿os asusta ese tipo de pronunciamientos? ¿demasiada responsabilidad?

Estamos muy contentos con el resultado y la acogida que está teniendo y nos alegra que el disco esté gustando. A veces nos mandan mensajes privados contándonos que les gusta mucho tal canción, o que les gusta esta otra, o que están felices por escuchar determinada canción, y a nosotros, con estas cosas, ya nos vale, estos detalles son lo que nos hace felices.

Hay mucho onirismo bajo el prisma del pop electrónico. Me recordáis a Family, ¿os gusta esa comparación más que lo de Camela?

Como muchas personas, hemos escuchado Family en distintas épocas de nuestra vida y nos enchufa a un sinfín de momentos vividos y algunos de esos momentos son las canciones, así que todo está conectado.

 

“No existo” habla del dolor de vivir, pero con una marcha que más que la depresión, es para irte al primer polígono que pilles y poner el buga a todo trapo. ¿la música es el mejor elixir para salir de la tristeza?

La música es el mejor elixir para muchas cosas y, cómo no, para salir de la tristeza, aunque también, para permanecer en ella un tiempo. La tristeza forma parte de la vida, y la música puede acompañarte en esos momentos complicados. Por otro lado, esa combinación en No Existo es algo humorística, es decir algo trágico o sin sentido en un contexto de broma, que lo hace más llevadero y le quita importancia.

Entre las composiciones hay mucho dream-house, progressive, pop electrónico ultra melódico y todos esos estilos que los que escribimos de música usamos para hablar de obras. ¿no sería más fácil decir simplemente que es una obra mayúscula y todo el mundo lo entendería?

Bueno, hay tantos subgéneros que llega a ser enloquecedor. Podríamos resumirlo todo en europostdancetecnopopprogressivedream.com para no volvernos locos y sería más fácil. Ahora, en serio, son algo líquido y depende del momento. Por ejemplo, respecto a alguna canción, nos han sacado influencias de grupos y subgéneros que ni conocíamos. Lo que es mayúsculo, para lo minúsculos que somos, es que Elefant nos haya sacado un disco en este universo lleno de proyectos musicales.

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