Escala 1:1: «Always On My Mind», carrera por la paternidad

Si hay una canción de esas que han deambulado por la historia en formato de exitazo a la que sea difícil certificar su origen, esa es, sin duda, «Always On My Mind». A B. J. Thomas le habría venido de perlas el video arbitraje tan de moda en estos días para resolver, de una vez por todas, la paternidad de este tema que tiene en su haber versiones famosísimas e imperecederas que aseguran su inmortalidad. Tenemos que irnos a 1969, el año en el que este músico supuestamente grabó el primer registro de esta canción en los estudios American Sound de Memphis. Aunque esa primera grabación no se plasmaría en soporte hasta 1970, ni se llegase a editar hasta un recopilatorio en 1996, no cabe duda de que el chorro de voz de B. J. Thomas fue el comienzo de la leyenda de esta canción compuesta por Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson.

 

Gween McRae (1972). Primera publicación.

Dos años después de que se registrase la original, la primera grabación publicada del tema corresponde a Gwen McRae. A pesar de su vocación más R&B, su sentida interpretación va cuajando sobre una base en la que van a apareciendo instrumentos que barnizan de paisaje norteamericano y nostalgia una de las versiones que más tocan la patata.

 

Brenda Lee (1972). Retorno al country.

En junio del año del primer lanzamiento, esta cantante devolvió la canción a la que se presupone fue su esencia en origen: una melancólica y triste melodía de amor con una instrumentación muy propia del country pausado. Con su estilo imprescindible, fue la de Atlanta la que comenzó a pavimentar la leyenda de este tema.

 

Elvis Presley (1972). Prueba de paternidad.

No es de extrañar que muchos lleguen a este cuarto nombre creyendo que él fue el padre de la criatura. No obstante, su versión, tercera publicada y tercera que lo hizo en menos de diez meses en aquel 1972, es la primera que accedió a la fama, pero nunca fue la primigenia. Podríamos elucubrar sobre por qué rescata este tema justamente meses después de su divorcio con Priscilla Presley y no mucho antes de comenzar su declive. Da igual el motivo: su registro, a corazón abierto, se presentó como una buscada redención que, desde luego, obtuvo con la eternidad de su versión.

 

Pet Shop Boys (1987). Animando el cotarro.

Chris Lowe decidió reinventar este ya por entonces clásico a base de synthpop, ritmos de samba y fanfarria electrónica a todo trapo, bases sobre las que un espléndido Neil Tennant rendía homenaje a Elvis. De hecho, la historia de esta reinterpretación tiene su origen en un homenaje televisivo con motivo del décimo aniversario de la muerte de El Rey, lo que la convierte en versión de versión. La propuesta de Pet Shop Boys tuvo tanto éxito que se acabó grabando. El resto es historia: temazo, número 1 en el Reino Unido y una versión para siempre que volvería a poner en duda la paternidad de la original para muchos que desconocían su intrahistoria.

 

Éxito asegurado

Estamos, posiblemente, ante uno de los temas más versionados de la historia. Que se tenga constancia de más de 300 grabaciones registradas indica que, posiblemente, haya unas 400 entre las que elegir. Desde nuestro Julio Iglesias, mano al pecho y weah, hasta el experimento muy Suicide de Sigue Sigue Sputnik, muchísimos artistas han probado suerte. Y, aunque no lo creáis, alguno incluso ha tenido la fortuna de ser el padre para parte del público que todavía no había empezado a tirar de la cuerda. Vamos con cuatro de esas trescientas y pico, como siempre, por ser referencia de distintos estilos.

Willie Nelson (1982). Sí, ya sé que es un crimen poner la tremenda versión de Willie Nelson en este apartado y no en el póker de arriba. Desgarrada interpretación, quizá la más sentida de las grandes versiones, que la ubica directamente entre las imprescindibles vidas de esta canción.

David Hasselhoff (1987). Mala pata para David, que publicó esta decente versión poco después de que lo hicieran los Pet Shop Boys.

Ryan Adams & The Cardinals (2005). ¿Quizá demasiada preeminencia de guitarra acústica? ¿Más de la que sería deseable para versionar este tema? Da igual, aquí queda.

Danzig (2020). Poco nada más decretarse la pandemia mundial, Glenn Danzig sacó un disco en el que canta a Elvis. Así lo define y, por supuesto, no podía faltar este tema. Guitarra eléctrica al final que apuntala la oscura y lánguida voz del ex Misfits.

 

 

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