Escala 1:1: «Wicked Game»: el hechizo de cada propuesta

Chris Isaak le debe mucho a David Lynch por la popularización de la canción que lanzó a la fama (y antes de que fuera el agente especial Chester Desmond). A pesar de haber sido lanzada como sencillo en 1989, «Wicked Game» solo irrumpió -y de qué manera- después de que fuera incluida en Corazón Salvaje, de 1990. Oda al desamor o al nocivo mono sentimental del que cuesta desengancharse, este tema se construye sobre unas notas de guitarra y una percusión que se adentraban entre el folk suave y el country o americana más suave todavía, y que forjaron una marca sonora de primer orden de la que casi no hace falta más introducción.

 

R.E.M. (1995). Last Christmas I gave you my single.

Grabada como regalo navideño para su club de fans, esta versión, con ciertos toques lo-fi en su producción, depara a quien la escuche un maravilloso viaje a través de los acordes de vibrantes acordes interpretados por Peter Buck y de la interpretación de un Michael Stipe que deambula atrapado en la melancolía. Quien recibiera este sencillo pensaría, casi con toda seguridad, que fue un acierto como versión y mejor como presente. Y yo no les quitaré la razón.

 

HIM (1996). Entre tinieblas.

A los nórdicos, en general, hay que atribuirles dos tipos de oscuridad: la que hace que te metas en tu casa de diseño sobrio a las tres de la tarde, taza de café en mano, y la que clama al reino de las tinieblas. HIM encontró algo de esa elegancia minimalista en partes de esta versión, en la que aparece también la contundencia del inframundo. Por eso resultó ser pepinazo bien equilibrado que les puso durante unos años liderando la órbita gótica como uno de sus grupos de referencia.

 

Tangerine Dream (2010). Bueno…

Detrás de la figura de Edgar Froese ha habido tantas alineaciones que es difícil acertar con los nombres de primeras. Tras esta versión aparece Iris Camaa, a quien le tocó trabajar esta propuesta derivada de una apuesta. Según se cuenta, el promotor de Tangerine Dream en aquellos años jugó con fuego al fantasear cómo sonarían los grandes clásicos de las listas estadounidenses si las interpretasen los alemanes. De aquel envite, esta versión: la tangerización de la de Chris Isaak, sin mucha variación más allá de esa percusión entre épica y envolvente que apuntala un sonido un poco más fuerte de lo que nos tienen acostumbrados.

 

London Grammar (2014). Brillante.

Increíble versión la de los británicos, en la que destaca la voz de Hannah Reid llegando a lugares insospechados con varios registros. Impactando en casi cada tramo de una base con un protagonismo exclusivo, primero, del punteo, y que se remata con presencia electrónica, la vocalista explora cada rincón de la caja de posibilidades de este tema en una sola propuesta lírica. Sinceramente, dudo que haya una versión tan completa y tan repleta de matices como esta.

 

 

Recurso de directos y otras grabaciones.

Clásico a pesar de su relativa corta edad, «Wicked Game» tuvo tal impacto tras su lanzamiento que en poco tiempo se convirtió en carne de versión. Que se tenga constancia de ello, hay unas ciento cincuenta de ellas grabadas pululando por ahí, decena arriba, decena abajo, y muchas de ellas registradas en directos. Esa cifra, por supuesto, da para mucha búsqueda y para atesorar reinterpretaciones estilísticas de toda clase y condición. Aquí propongo cuatro más, como es habitual.

Paul Parker (1992). Primera de las que se conocen, esta versión abrió la veda para las reinterpretaciones discotequeras de los éxitos de turno. Aun así, por entonces los beats no se comían todo y dejaban cierto protagonismo a las voces y coros, como es el caso.

Pipilotti Rist (1995). Como devoto de la obra de esta videoartista suiza, tenía que proponer su versión, titulada «I Am a Victim of This Song»: histriónica e irritante a la par que hipnótica y envolvente. Genial para las tardes de resaca de absenta.

In Flames (2017). Curiosamente, mucho más electrónica que la de HIM, a pesar de la contundencia metalera que suele identificar a los suecos. Hasta se podría situar en la influencia tardía del chándal metal.

Lingua Ignota (2020). Es imposible que no se te pongan los pelos de punta con la siniestra y tenebrosa voz de la californiana compartiendo sus pesadillas más elegantes con sus fantasmagóricos coros.

2 comentarios en «Escala 1:1: «Wicked Game»: el hechizo de cada propuesta»

  • el 25 enero, 2021 a las 9:51 am
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    Buenas a todos los «Muzikalicos».
    Quería comentar que quizás como versión actual y que deja una atmósfera agradable y apacible es la que realizan los «Boy & Bear» en acústico. Una delicia para los oídos…

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