Fiesta Static en el Círculo de Bellas Artes – Círculo de Bellas Artes (Madrid)

La que tenía que haber sido una brillante reapertura del ciclo de fiestas que Static Sound System programa en el Círculo de Bellas Artes de Madrid se convirtió en un episodio más de la histeria colectiva que se está dando en España a raíz de la muerte de dos jóvenes en una fiesta techno de Málaga. Los poderes públicos, aquellos que toleraban e incluso promovían la cultura de club han tenido que hacer caso a una opinión pública alarmada por los medios de comunicación que se afanaban en demostrar que la ecuación electrónica-drogas tendía hacia la muerte de nuestra juventud. El caso: que la Policía cortó la fiesta del círculo.

Estos hechos, que tuvieron lugar en las últimas dos horas de la fiesta, desvirtuaron un evento que, hasta entonces había discurrido normalito: Dos plantas, house y techno y bastante gente. La planta superior estaba dedicada a la escena underground de Londres y en ella destacaron Collin Peters, un marciano en el Círculo, ya que le dio por poner techno-pop divertido en un sitio en el que la mayoría de la gente quería subidones y trance. También arriba se pudo disfrutar de la actuación de Spyder, un Mc que acoplaba perfectamente su voz a los ritmos tribales de los Djs y que consiguió crear un puntito de magia. Lo mejor de la noche.

Por abajo, en el salón de columnas, Kabala e Iván Smoka (un poco árido el hombre) allanaban el camino para el holandés Dimitri, mientras el grupo de teatro Foc i Fum pretendía animar a la gente (lo intentaron, por lo menos) y en tres pantallas se proyectaban los visuales de Micha Klein, Real Time y Light Project. En cuanto al set de Dimitri, hay que destacar que empezó desde el techno más trallero para ir bajando hacia los sonidos más house.

Y ahí se quedó todo, porque a las 5,00 se desalojó la planta superior y quince minutos más tarde se cortó la música en el salón de columnas para estupefacción de la gente. A continuación, una serie de personas cogió el micro para explicar lo sucedido: La Policía ordenaba desalojar la fiesta, orden judicial en mano. El ambiente se caldeaba y cuando servidor se frotaba las manos pensando en intervención policial y oposición encarnizada, una voz reanudó la música al grito mandando a tomar por el culo a la Policía y a una administración que ha colocado la etiqueta de “secta” a la electrónica . La alegría duró diez minutos, porque la sesión de Dimitri se volvió a cortar. Pero otros diez minutos más tarde volvía a sonar mientras una joven invitaba a todo el mundo a resistir un posible desalojo policial. El caso es que este proceso se repitió cinco veces más hasta que, a las 06,30 la fiesta acabó definitivamente. Entre corte y corte, la mayoría de la gente abandonó el Círculo y bajó a la calle (donde no había ningún policía). Al final, cabreo generalizado (la gente no se deja 30 euros en una fiesta así como así) y una extraña sensación de derrota.

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