Francis White – Francis White (Globomedia Música)

Hace un tiempo hablamos en nuestro blog 7 Minutos al Día, dedicado a nuevos músicos y bandas emergentes, de un cantautor supuestamente madrileño pero que jugaba con el misterio en cuanto a su origen. Entonces mencionamos que había lanzado su EP Calypso, y comentamos brevemente su mezcla de folk sensible y pop costumbrista.

Ahora, pocos meses después, Francis White ha publicado un LP y sus canciones suenan en conocidas series de TV. ¿Qué ha cambiado? Pues en realidad nada. Su música sigue siendo la misma, con influencias por partes iguales de los White Stripes y los Arctic Monkeys o de Richard Hawley y Josh Rouse. De hecho la mayoría de canciones del EP (diría que todas) están también en este álbum. Pero parece que alguien ha apostado fuerte por él. Y lo cierto es que, en este caso, la apuesta merece la pena.

Francis White es un producto de nuestro tiempo. Todas las influencias del mundo las tiene a un clic de distancia. Compone lo que tiene ganas de componer en cada momento, y la palabra «dispersión» no le asusta. Si le apetece crear una balada con tintes mediterráneos al estilo de Josh Rouse («Chocolate girl») lo hace, si un minuto después se ve invadido por recuerdos de la Motown les pide prestada una línea de bajo y con ella (y una melodía y un fraseo muy Strokes) crea «Calipso», y si quiere homenajear a Richard Hawley pues utiliza el inicio de «The Ocean» para «Endless love», aunque luego se ponga a cantar como Thom Yorke. Y lo mismo te lanza una andanada guitarrera («Pleased to meet you») que te apunta con su ukelele («It’s not easy»), con su slide («Coming home tonight») o con su guitarra acústica («Crying»). Al final uno ya no sabe a qué carta quedarse, si a la del sensible cantautor que pide abrazos, que hace públicas sus desilusiones y temores de veinteañero y se hace acompañar de cantos de pajaritos («Like a stranger»), o a la del aspirante a rockero que se hace llamar Francis por el líder de los Pixies y que se inspira para sus canciones más potentes en The Strokes, The Arctic Monkeys o The White Stripes.

Algunos pueden llamarlo falta de personalidad, yo mismo lo hubiera hecho hace unos años. Pero en esta sociedad que ya necesita varios prefijos «post» unidos para definir casi todo, lo que ofrece Francis White en su largo de debut refleja una personalidad bien moldeada. Diferente, una que posiblemente a los que ya peinamos canas nos resulte más complicado entender, pero personalidad al fin y al cabo.

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