Kings Of Convenience – Peace Or Love (EMI)

Cuatro discos en algo más de veinte años. Es el -¿escaso?- saldo que deja la colaboración entre Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe bajo la marca Kings Of Convenience. Cualquiera diría que son más vagos que la chaqueta de un guardia, pero oiga, a ellos así les ha ido divinamente. Pese a haber pasado la friolera de 12 años desde la última vez que editaron música nueva la gente no sólo no les ha olvidado, sino que les espera con los brazos abiertos. Y es que lo suyo fue siempre hacer las cosas por pura apetencia. En ese sentido sus intenciones son tan cristalinas como sus canciones. Tiene que ser el momento propicio para juntarse a tocar, nada de dictados contractuales. Las canciones tienen que ir brotando de la necesidad de hacer algo juntos y eso siempre transmite buen rollo. De ahí su sólida fanbase.

Sin grandes aspavientos ni pretensiones, la música heredera del soft folk de Simon & Garfunkel, de acento mediterráneo y salpicada por la bossa que destila el dúo ha convencido a un número importante de oyentes. Algo que no les habrá convertido en masivos, pero sí en muy populares. Sus composiciones casi perfectas tanto en estructura como ejecución, que invariablemente sumen a quien las escuche en un adictivo estado de ensoñación romántica, han sonado en películas, anuncios, todos los cócteles veraniegos habidos y por haber, y en las escasas giras perpetradas por sus compositores para sacarles rédito. Todo ello ha logrado que permanecieran vivas en la memoria de una audiencia que ha incorporado los tres discos que tenían editados hasta ahora a su acervo emocional de manera indisoluble. Hay algo universal en el mensaje íntimo de estos dos noruegos afables y elegantemente bronceados que es enternecedoramente inocuo y por tanto, ideal para inundar con él muchos momentos bonitos de la vida. Son ya como de la familia, vamos.

Peace or Love es un disco gestado durante largo tiempo. A Eirik y a Erlend no les ha pasado como a tantos otros artistas. La pandemia y el confinamiento llegaron cuando el disco ya estaba pensado y empezado y no ha sido por tanto ni su detonante, ni su catalizador. Como en todo, se lo han tomado con calma para canalizar una serie de emociones que la vida de cada uno ha ido trayendo al mundo de las canciones. Ambos han perdido a sus padres, Eirik se ha separado, Erlend continúa viajando y siendo un enamorado de la vida y en general el disco va de eso, del amor, de la pérdida, de la separación, del reencuentro…

Cinco años grabando en diferentes localizaciones y sin embargo, en general, es como si el tiempo realmente no hubiera transcurrido desde que por primera vez supimos de ellos. Las “dos suaves voces, perfectamente entrelazadas” que ellos mismos describen en la letra de una de sus canciones siguen siendo protagonistas de un sonido que ha experimentado poca evolución desde que en 2001 publicaron su primer álbum. Y es que no hace falta. Ese “algo” que pasa cuando los dos cantan juntos es tan indiscutible que hace falta poco o nada de artificio para que cuando se registre, funcione. Con el sonido de sus guitarras y voces es más que suficiente: lo llenan todo a su paso.

En ese sentido Peace or Love funciona como un reloj suizo: la parquedad de elementos, salpicada de vez en cuando con algún arreglo de cuerda o voz invitada sigue ahí, apuntalando el mojo que se gastan los autores de unas canciones que no, no aportan nada nuevo a lo ya dicho en anteriores entregas, pero qué más da. La esperada cita con su público se salda con otro disco hermoso, otra colección de canciones en la playa a la luz de la fogata. Romanticismo no excesivamente edulcorado como para empalagar, perfección armónica, melodías embriagadoras. Siguen teniendo esa rara cualidad de poder suministrar sensaciones igualmente placenteras tanto cuando se les escucha de fondo como cuando se les presta atención. Algunos dirán que aquí no hay riesgo, que esto es irrelevante, que no hay enjundia. Una pena que el emoticono de la pedorreta no pueda ponerse en las reseñas de las webs musicales…

Porque, básicamente, todo este rollo se resume en que si te gustaron los anteriores discos del dúo, este te sonará a gloria. Nadie espera de ellos ahora otra cosa diferente a lo que nos tienen acostumbrados. Cero sorpresas, mucho mejor. De hecho, toda su legión de fans necesita desesperadamente lo de siempre, su droga. Y en Peace or Love se la dan. «Give The people What they want», que decían los Kinks. Pero ojo, sin impostar su estilo, ni auto homenajearse, al menos más de lo necesario (ahí está, por ejemplo, el single “Rocky trail”, perfectamente intercambiable por su ya clásica “Misread”), simplemente se han juntado a tocar una vez más y ha salido lo que ha salido. Algo relajado, luminoso y dentro de sus -bastante elevados- estándares, muy bueno.

Escucha Kings Of Convenience – Peace Or Love

 

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