Las mejores canciones de la década de los 90 (1 de 5)

El pasado otoño iniciamos una serie de repasos por décadas a propósito de nuestros 20 años como revista. Unos especiales que arrancamos con las 100 mejores canciones de los 80, a los que durante esta semana daremos continuación con las mejores canciones de la década de los 90.

Desde hoy lunes al próximo viernes, iremos haciendo un repaso por estos temas comentándolos y ordenándonos del 100 al 1. Podréis disfrutar con nosotros de una selección de 20 canciones diarias de todos los estilos y nacionalidades que más allá del ranking en sí, hemos querido recopilar para tener una visión global de esos 10 años de emocionantes composiciones.

Han participado en la elaboración de la lista: Pablo Almendros, Berto Álvarez, Carlos Artero, JJ Caballero, Edu Cornejo, Álvaro de Benito, Raúl del Olmo,  Chema Domínguez, Juanjo Frontera, Raquel García, Txus Iglesias, Raúl Julián, Toño Martín, Paco Mayoral, Luis Moner, Fidel Oltra, Manuel Pinazo, Amaia Prados, Edu Puig, Pedro Rubio y Víctor Terrazas.

Arrancamos la lista de Las mejores canciones de la década de los 90 con los puestos del 100 al 81.

100. Underworld – Born slippy

 

Esta narración de episodios de desfase en exceso y plasmación anímica a base de bpms simples y duros -alternando con fases que destensaban la cuerda y con una verborrea incesante y reiterativa- se convirtió en un himno de la fiesta en los 90. Su aparición en Trainspotting hizo despegar definitivamente a Underworld y les permitió disputar las grandes ligas de la electrónica de estadios, desplegando este tema como su gran aportación a la BSO de toda una generación.

Álvaro de Benito

99. Ilegales – Regreso al Sexo Químicamente Puro

 

Regreso al sexo químicamente puro (1992) es el último gran disco de Ilegales hasta Rebelión (2018), aún vigente en todos y cada uno de sus aspectos, y la canción que le da título es la mejor prueba, otro caramelo envenenado envuelto en una dulce melodía y un tempo suave que desatan una crítica feroz, inteligente, plena de ironía y mordacidad contra la superficialidad de la moda y sus protagonistas.

Chema Domínguez

98. The La’s – There She Goes

 

The La’s ya llevaban unos cuantos años de carrera cuando en 1990 sacaron su primer álbum, homónimo. En él le dieron una tercera oportunidad a una canción que ya habían lanzado un par de veces con escasa repercusión. A la tercera fue la vencida, y este luminoso himno, que a nosotros nos parecía de una pureza e inocencia sublimes a pesar de que ahora sabemos que iba sobre drogas, les valió ser comparados con los mismísimos Beatles. Se quedaron en una especie de one-hit wonders aunque de largo recorrido, pero «There she goes» fue suficiente para que su nombre sea todavía recordado.

Fidel Oltra

97. Garbage – Stupid Girl

 

Injertando, trucando y filtrando, sutilmente, pedacitos de canciones de The Clash, Pink Floyd y REM y agregando también Garbage sus propias y diversas capas sonoras, este peculiar cuarteto edificó un barroco e hipnótico single de electro-rock, el cual se encaramó al nº4 en las listas de Inglaterra. El director del video-clip de “Stupid Girl”, Samuel Bayer, logró ese efecto de fotogramas “dañados” apagando cigarrillos en la cinta filmada y sumergiendo ésta en agua.

Txus Iglesias

96. Los Fresones Rebeldes – Al amanecer

 

Casi el retrato de una obsesión amorosa, o puede que el esqueleto mismo del romanticismo incondicional. Uno de los himnos no solo de la década sino de las posteriores, incluidos los albores del siglo XXI, nunca sonó como debió haber sonado, pero nunca a nadie le importó cuando sus propios creadores sabían que habían creado un himno intergeneracional por encima de estilos y filiaciones sonoras. Nunca el sol brilló tan bonito nada más despertar.

JJ Caballero

95. Lenny Kravitz – Are You Gonna Go My Way

 

Publicado en 1993, el tercer álbum de Kravitz acabó cimentando su popularidad dos años después de su segundo disco, Mama Said, en el que ya se intuían maneras que explotaron definitivamente con esta canción. Un riff inapelable y una sólida batería dominan un tema circular que, según el propio autor, se gestó en apenas cinco minutos, incluida una letra sencilla, efectiva y atemporal: el todopoderoso echando bronca a sus hijos después de ver cómo nos cargamos todo. El video, con Lenny rastas al viento con plataformas y destilando flow, es un inmenso placer en todos los sentidos. 

Berto Álvarez

94. Prefab Sprout – A Prisoner Of The Past

 

Pocos autores tienen la capacidad de Paddy McAloon de contar con al menos veinticinco canciones inapelables. La trayectoria de Prefab Sprout comenzó a volverse errática y algo intermitente a finales de los 90, quizá tras Jordan The Comeback (1990), pero aún así álbumes como este Andromeda Heights (1997) seguían conteniendo razones suficientes para seguir llenando de melancolía nuestros frágiles corazones. Al fin y al cabo, todos somos prisioneros del pasado, ¿o no?

Pablo Almendros

93. Alice in Chains – Man In The Box

 

Un año antes de los hitos de Nevermind, Ten y Badmotorfinger (1991), que colocarían al rock de Seattle bajo los focos de medio mundo, Alice In Chains, desde aquella sombría ciudad, publicó en su debut, Facelift (1990), la primera canción imprescindible de la década. Los riffs y murallas metálicas afines al hard-rock 80’s del guitarrista más brillante de su generación, Jerry Cantrell, armonizaron a la perfección con el singular desgarro dramático de su desaparecido cantante, Layne Staley. Candidata firme a banda más mágica y personal de aquella época.

Pedro Rubio

92. Nosotrash – Punk Rock City

 

Un grupo de chicas, cantando en español y con estribillos refrescantemente pegadizos, esa era la fórmula Nosoträsh. Además de éxitos como «Mis muñecas» o «Voy a Aterrizar» (editada previamente), su disco de debut tenía canciones tan redondas como esta «Punk Rock City». Una bonita tonada costumbrista de twee pop cargada de emoción, con un registro sonoro hiper melancólico. 

Toño Martín

91. Cornershop – Brimful Of Asha

 

Cuando los británicos de origen punjabí Cornershop lanzaron esta canción el 18 de agosto del 97, poco se imaginaban que el remix del colega Normal Cook sería lo que los haría inmortales. Uno de los himnos del indie pop de los noventa es, además, un bonito paseo por la cultura musical del cine indio y una velada crítica a su uso como opiáceo para las masas. “Brimful of Asha” es una canción adictivamente festiva con una letra profundamente cargada de significado en el que merece mucho la pena zambullirse.

Raquel García

90. Mogwai – Helycon 1

 

A finales de los 90, el post-rock estaba dando sus primeros pasos y gracias a los escoceses Mogwai, se disponía a abandonar una apariencia demasiado intelectualizada y cerebral para encauzar su expresión formal hacia el binomio para nada enemistado entre gamberrismo y emoción. Jamás una tormenta llevó aparejada más lágrimas que lluvia que con esta solemne exhibición de belleza trascendental. Porque… ¿Qué si no la música merece elevarnos hasta donde las palabras pierden todo sentido frente al sonido que nos ayuda -literalmente- a seguir viviendo?

Raúl del Olmo

89. Bunbury – Infinito

 

Tras la repentina separación de Héroes del Silencio Bunbury había editado un disco electrónico incomprendido por crítica y público. En su segundo intento todo empezó a encajar, con Pequeño huía de los sonidos grandilocuentes anteriores y se refugiaba en trombones, acordeones y demás instrumentación circense. «Infinito» se ha convertido con el paso de los años en un clásico de su discografía con ese inicio («Me calaste hondo y ahora me duele») y esa ambientación de vodevil tan Tom Waits.

Carlos Artero

88. Cocteau Twins – Cherry-Coloured Funk

 

Funk de color cereza. Esa es la única definición posible para esta banda más de Marte que de Escocia y de sonido totalmente inclasificable que eran The Cocteau Twins. Elizabeth Fraser entonaba con hipnotizante voz de sirena cantos en un idioma inventado que sobrevolaban melodías que incitaban a la ensoñación. Esta canción inauguraba el disco con el que entraron en los noventa. No partieron la pana, precisamente, pero Heaven Or Las Vegas queda para la historia como uno de los álbumes más bellos jamás grabados.

Juanjo Frontera

87. Silvania – Trilce

 

La magia shoegaze que los peruanos Silvania imprimían a sus primeros álbumes, es un tesoro que merece ser reivindicado cada poco tiempo. Los ecos que retumban en esta gloriosa «Trilce» siguen resonando en nuestros días con total vigencia. Las guitarras de Mario y los susurros del recordado Cocó continúan «disolviéndose en el mar, tornando peces en aves blancas, volviendo triste la luz del sol».

Amaia Prados

86. Jamiroquai – Cosmic Girl

 

Jay Kay, inspirado en las culturas ancestrales y en estilos musicales como el funk, el jazz, el soul o el disco supo construir en 1992 uno de los conjuntos más interesantes de toda la década. Su mejor álbum, Travelling Without Moving (1996), se convirtió en uno de los mejores exponentes del acid jazz, capaz de vender más de 12 millones de copias. En este disco, junto con canciones como “Virtual Insanity” o “Alright”, se encontraba esta canción, inspirada por su pasión por los automóviles, las carreteras almerienses y la actriz española Mónica Cruz.

Víctor Terrazas

85. Ash – Girl from Mars

 

En sus inicios Ash acostumbraban a firmar piezas contundentes y tremendamente pegadizas con base en indie-pop de guitarras y una poderosa melodía, además de alma punk y cierta querencia por el power-pop. Todo eso confluía en “Girl From Mars”, la canción bandera de los norirlandeses y un tema sencillamente irresistible que, un cuarto de siglo después, mantiene intacta toda su pegada.

Raúl Julián

84. Fangoria – Me Odio Cuando Miento

 

Una temporada en el infierno (1999) es el mejor disco en la carrera de Fangoria. Una obra que rezuma elegancia y melancolía y que puede mirar de tú a tú a otras entregas capitales en las que participaron sus dos protagonistas, como Deseo Carnal (1984). Momentos tan inspirados como «Me odio cuando miento», testifican su gran estado de forma por entonces, transmitiendo una gran emoción apoyada en unas bases facturadas con mucha clase, que nos animan a bailar.

Manuel Pinazo

83. Elliott Smith – Between The Bars

 

Posiblemente una de las canciones más conocidas y canónicas de Elliot Smith. Un susurro camuflado entre geniales armonías en apariencia inofensivas, pero con cuchillas bien afiladas. Con mucho ingenio personifica la adicción al alcohol y su poder de atracción. Imposible no beberse hasta la última gota.

Paco Mayoral

82. Eels – Novocaine For The Soul

 

Visto con perspectiva, tras más de 25 años de prolífica y mutante carrera sorprende ver cuántas de las claves del sonido de Eels ya estaban en su primer éxito, “Novacaine for the soul”. Elegante sección de cuerda, guitarras afiladas, ritmos sincopados e instrumentos de juguete se funden con la rasgada voz de Mr. E y su personalísimo flow en esta bellísima y necesaria anestesia para el alma. Life is hard…

Edu Cornejo

81. The Cure – Friday I’m in love

 

Esta joya contenida en el Wish (1992) es toda una declaración de principios: aunque el día a día sea gris, repetitivo, alienador, nadie no arrebatará la esperanza de que llegue el viernes y, quizá, el amor nos cambie nuestra rutina. Robert Smith siempre ha dicho que esta tonada tiene una de las letras más tontas que le han salido, pero nadie a estas alturas negará que esa intro guitarrera te trepana los sentidos y nos hace soñar. Pop mayúsculo.

Luis Moner

(Carátula Las mejores canciones de la década de los 90: Álvaro de Benito)

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