Libro: Debut. Cuadernos y Canciones – Christina Rosenvinge

Mi admiración por Christina Rosenvinge ha tenido varios momentos top. Uno fue cuando su primer disco con Álex y Christina, caí rendido a sus pies. Y mientras para todos nosotros es la canción del verano´87 para ella es de invierno. En el libro una de los primeros comentarios que tiene sobre canciones es para este track, al cual describe como una mañana encapotada en la que fantaseaba con vivir una pasión desenfrenada en las playas de Bahía. Tal cual.

Otro momento fue en 1993. Iba caminando por el centro de Sevilla en busca de ropa. Recuerdo que hacía buen tiempo, por lo que sería previo a la Semana Santa; fecha en la que la muchachada se pertrecha de nuevo fondo de armario. Charlaba con un amigo por La Campana y de una calle contigua salió, presta y con prisas, una chica pelirroja, alta, con gafas enormes y mirando un minúsculo reloj de pulsera. Iba a toda leche acompañada de un maromo fortachón. Recuerdo que me quedé embobado y sin palabras cuando vi tamaña “deidad”. Y encima preguntó: «¿Por aquí vamos bien para González Abreu?»

Balbuceando dije que sí. Era, por supuesto; Ella. Y se encaminaba hacia Los 40 Principales para alguna entrevista con motivo del Que me parta un rayo, su disco del momento.

Y ahora, este último momento rosenvingers; la lectura de Debut, su libro. En realidad siempre tuve admiración por ella, no solo musicalmente; en mis años mozos sentí amor platónico total. Hasta me eché una novieta a la que apodamos La Rosenvinge, por el parecido físico con la madrileña.

¿Y a qué viene toda estas batallitas de abuelo cebolleta? Pues porque dicha Dama, al filo de los 55 años, que ostenta el Premio Nacional de Músicas Actuales, ha conseguido hacerme revivir todos esos momentos y muchos más, al terminar de leer este Debut. No, no voy a hacer una crítica literaria del fan acérrimo de llevo dentro. En las cosas del leer no tengo amigos ni me caso con nadie. Estas palabras salen porque lo merece. Y mucho.

Para empezar; no son unas memorias atribuladas en el término exacto de la palabra, aunque sí hay cierto deje, podríamos encuadrarla en memorias al estilo beat. Si desconocen a esta artista, o no le habéis prestado suficiente atención, os recomiendo encarecidamente dicho trabajo literario. Empieza con la frase “Los años tranquilos se olvidan.” Sonríes porque sientes empatía desde el minuto uno. Y ya te tiene enganchado.

Nos habla clarito y sin pelos en la lengua de una vida pija y bohemia, luego su paso por el lumpen desde una perspectiva nada diva ni clasista, de su hermana, de una amiga que cayó en la droga y a que le dedicó “Tú por mí” y de Bicho, que así llama a su ex pareja, Ray Loriga. Con este detalle seguro que esperan carnaza, hachas y sobrevolando las navajas de Albacete; en tal caso ni se acerquen al ejemplar. Todo lo contrario. Apenas dedica una frase al final de su relación.

En la fotografía de la portada se resume de lo que va todo; blanco y negro, elegante, somos observados por esa ninfa pelirroja de exuberante mirada. Por subtítulo tiene “Cuadernos y canciones” y ello se debe a que, aparte de letras y tal, nos narra el proceso de composición de sus discos.

Para adornar el transcurrir de las hojas unos preciosos y efectivos trazados de Lidia Toga, joven ilustradora novel, los mismos que juguetean con las páginas para que nos cuente detalles, anécdotas y curiosidades de lo qué se le pasó por la cabeza cuando cogía el boli y plasmaba una frase en lugar de otra.

También su paseo por el no triunfo, -ella nunca lo llama fracaso, su lado maternal y hasta cuando vivió el 11-S. Y lo que se otea en todo ese discurrir literario es su paso del pop comercial, pasando luego al underground, enfilando al tiempo su vertiente cantautora, cuando le dio por lo experimental y lo de ahora; una diva indie. Y en todo ese transitar la acompañan desde la Velvet, pasando por Bowie, el grunge y, por supuesto, Sonic Youth con su amistad/colaboración con Lee Ranaldo y Steve Shelley. Y Nacho Vegas.

Para quiénes somos “rosenvingers” mostrarnos el proceso compositivo no está pagado con nada. Por ello los cerca de 23 pavos que cuesta no son nada comparado con todo lo que nos aporta. Los japoneses tienen el dicho Kahó wa nete mate que significa espera dormido la dicha. Y en este libro cada página es esa sentencia, pues va del blanco, al negro, pasando por toda una gama cromática de colores. Podríamos resumirlo en que Christina nos deja entreabierta la ventana para que podamos asomarnos un poquito a ella y sus cosas.

Si te gustan sus canciones; vas a flipar. Si te gusta ella, también. Pero si ninguna de estas dos cosas te mola, pero estás interesado en conocer la intrahistoria de nuestra música pop-rock en estos últimos 30 años, hete aquí Debut de Lady Christina Rosenvinge Hepworth.

“Cuatrocientos golpes contra la pared/ han sido bastantes para aprender/ a encajar con gracia y caer de pie”

 

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6 comentarios en «Libro: Debut. Cuadernos y Canciones – Christina Rosenvinge»

  • el 3 abril, 2019 a las 4:04 pm
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    Que la Dama del Indie ha sacado un libro y yo sin saberlo? Voy a por él pero de ya. Gracias por la infor.

  • el 3 abril, 2019 a las 4:45 pm
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    Me ha encantado el libro, aunque en ciertos momentos desbarra cuando habla de hadas y demás. Pero por todo lo demás, muy interesante para conocer cosas de la Rosenvinge.

  • el 4 abril, 2019 a las 1:42 pm
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    Ya ha salido el libro? Pensé que era a mediados de este mes. Gracias por la infor, esta tarde iré a pillármelo.

  • el 4 abril, 2019 a las 3:35 pm
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    Un libro interesante y muy didáctico. Cierto que, en algunos momentos, se pierde y comienza a hablar de hadas y cosas muy de aquella manera pero, por lo demás, muy bueno,

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