Libros que suenan a canciones

El pasado 23 de abril este mismo portal dedicó un especial a la relación libro-música versando, mayoritariamente, en inspiraciones foráneas. Este mes de mayo en el que, debido a lo tardía que ha sido la Semana Santa, los parques y plazas andan abarrotados de stands celebrando las ferias del libro he decidido hacer este artículo que versa sobre la colaboración tácita entre música pop-rock patria y literatura de diferente pelaje. O como se han surtido de inspiración mutuamente. Vamos a ello.

DON QUIJOTE.

Si te digo Sancho-Quijote, Quijote-Sancho y puedes seguir la sonatina es porque has sido de la Generación EGB. Claro que también nos acompañaron sintonías como la de La vuelta al mundo en 80 días (Son ochenta días son, ochenta nada más, para dar la vuelta al mundo) o aquella de D´Artacán y los tres mosqueteros (Eran uno, dos y tres, los famosos mosqueperros), series inspiradas también en clásicos de la literatura de Verne y Dumas respectivamente, pero centraré este comienzo en la sintonía cuyos dibujicos rememoraban las andanzas de Alonso Quijano y su siempre fiel escudero Sancho Panza desfaciendo entuertos por la piel de toro. ¿Seguimos cantando…? Pues venga…

 

 

CÁNTICO ESPIRITUAL. SAN JUAN DE LA CRUZ.

El Cántico Espiritual lo ideó San Juan de la Cruz estando en la cárcel. Sí, digo bien, porque la retuvo en la mente siendo preso allende 1577. Una vez fuera se puso manos a la obra y plasmó en papel aquellos pensamientos místicos. Y de ahí nació esta obra cumbre. Y si alguien ha sabido darle ese savoir faire, esa emotividad y preciosismo tenemos que irnos al folky leonés Amancio Prada. De entre todas sus adaptaciones, me quedo con este breve y bellísimo Canto V, conocido como el Mil gracias derramando.

 

 

LA BÍBLIA.

Si tu hermano era heavy en los 80 -o lo eras tú mismo- seguro que te dio la tabarra cósmica con aquella casete de Barón Rojo y ese track que comenzaba diciendo “La Biblia cuenta una historia que un Dios terrible dictó…”. Corría la mitad de la década y la banda capitaneada por los hermanos de Castro decidieron inspirarse en, ni más ni menos, que el Antiguo Testamento y contar, a su forma y estilo, el drama de estos dos hermanos; Abel y Caín. Temarraquen clásico del heavy- rock patrio que podría ser nuestro Still loving you de los Scorpions, sin duda.

 

 

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS.

Los góticos pululábamos por nuestros barrios, pero aún nadie nos llamaba frikis ni nerds. Éramos los raretes. Paseábamos por los pasillos de la facultad con indumentaria gris, negra o marrón, inclusive en primavera. Leíamos libros como El Señor de los Anillos, Rebelión en la granja o El guardián ante el centeno. Y todos nos caracterizábamos por escuchar grupos como The Cure, Jesus and Mary Chain y en el suelo patrio La Dama se Esconde. Por eso cuando Goberna y Valencia sacaron este single guiño-guiño a la Tierra Media tolkiniana gritamos al unísono: Ay, Dama, os queremos mil!.

 

 

POETA EN NUEVA YORK

García Lorca se enfrascó en este poemario surrealista tras la fama y el prestigio, casi agotadores, de “su Romancerillo Gitano” como él lo llamaba. Por eso, su estancia en Nueva York no pudo ser más oportuna, inspiradoramente hablando. Cuando Morente unió su genialidad con Lagartija Nick para crear la imperecedera Omega tenía claro que La Aurora de Nueva York entraría. A ritmo de flamenco heterodoxo, verso irregular, el maestro destripó con quejío inconfundible este verso donde habla de la injusticia, el poder del dinero y la crueldad urbanita. Lorca quería eso; desorden métrico y simbólico. Y el maestro Enrique atinó a la perfección.

 

 

CAPITÁN TRUENO

El tebeo es, sin duda alguna, el primer paso para aficionarte a la lectura. Quien empieza leyendo así termina llegando a otros cauces literarios. Jota, aparte de cuatro millones de rayas, previamente había leído unos tebeos de Spiderman. Y los Asfalto decidieron dedicar toda una oda heavy a uno de nuestros protagonistas máximos del tebeo. Y aunque esperamos como agua de mayo que algún artista indie haga lo mismo con Mortadelo y Filemón, nuestros antihéroes por antonomasia, esta oda al personaje de Víctor Mora nos sabe tan bien, flauta incluida, que deseas irte con él, Goliath y Crispín a recorrer el mundo en busca de aventuras. Y todo ello sin salir de tu habitación.

 

 

EL ROMÁN DE FLAMENCA

La del tratrá cogió este libro del siglo XIV y se lo ha llevado, entérico, a su estilo flamenco-urban. La novela original, de autor anónimo, cuenta como una mujer se casa con un hombre y, por celos, este la acaba aprisionando. Cuando la catalana lo conceptualizó esbozando ese “amor oscuro” y querer tóxico no le pudo salir mejor la jugada. Todo El mal querer supone un viaje por fases: desde el enamoramiento inicial hasta los celos, el sufrimiento y, finalmente, el empoderamiento femenino. Y todo sin salir del urban.

 

 

REDES SOCIALES

La lectura forma parte de nuestras vidas, unos nos levantamos y acudimos ipso-facto a enterarnos de cómo va el mundo a través de la prensa online y otros, por el contrario, van flechaditos a las redes sociales para enterarse de “su mundo” más inmediato, de lo que se cuece en su entorno más personal. Por eso esta última canción del recorrido músico-lector va para las redes sociales, esa nueva forma de lectura, de la mano de Amaia Romero, que lo está petando con este single ‘trendsetter’ y ‘trend-follower’. Pero por mucho que las redes sociales estén ahí, siempre nos quedará un libro para seguir conociendo no solo nuestro mundo sino otros muchos, la mayor de veces imaginarios. Aunque, a qué negarlo, la era trending-topic también es eso; vidas creadas ad-hoc de cara a la galería.

 

 

10 comentarios en «Libros que suenan a canciones»

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