Madonna – Madame X (Boy Toy/Live Nation)

A ver: ¿el tema del apropiacionismo cultural cómo lo llevamos? ¿Ya habéis dejado tranquila a Rosalía? Que sí, que Las Grecas son las putas dueñas del cotarro crossover, pero ¿dejaréis que metan mano al cotarro otra gente “impura”? Los adalides de las purezas inquebrantables mejor os alejáis como de la peste del nuevo disco de la diva del “lo más es mejor”. Madonna, ay Madonna de mis entretelas, qué poco sentido del humor hay, y en tiempos como los que tenemos que vivir, mejor esbozar una sonrisa y ponerse a bailar, que de eso, de hacernos bailar sabes un montón.

Defender a Madonna es complicado y fácil a la vez. En la actualidad sólo se entiende su propuesta como la de una artista de escucha en random (como las hay miles, y no es un desmérito), porque completar un disco completo y defendible de principio a fin ya lleva tiempo sin hacerlo. En este nuevo disco intenta dar una unidad conceptual, y eso es de alabar porque el formato físico cada vez tiene menos sentido en la industria del entertainment Ávida de sensaciones nuevas, y siempre con la astucia de saberse la dueña del cotarro de la industria de la música (o de lo que queda), se recorre medio mundo para empaparse de sonidos y reciclarlos a su manera. ¡Oído un pastiche con caviar! Como una Willy Fog queer la de Michigan se ha dejado ver por diferentes sitios del planeta para posar con sus vestidos de Chanel, y para reivindicar, de paso, los sonidos autóctonos como el fado, la batucada africana, el trap, e incluso el dub. A todo esto se inventa un pseudónimo, Madame X, que es un trasunto de ella, y que es capaz de cambiar de identidad (profesora, puta, niñera, cantante de cabaret…) siempre en lucha por las libertades de la gente. ¡Qué fácil es ser comprometida cuando lo observas todo desde tu atalaya!, quizás exclamen. Sí, pero a estas alturas las contradicciones de la autora de “Vogue” sólo sirven para aumentar su leyenda.

En el libreto interior de este excelente Madame X (Boy Toy/Live Nation, 2019) aparece posando con una botella de cerveza pervirtiendo la idea de feminidad, con un parche sexy de color rojo, resguardando sus partes con pulseras con chorreras, atada por la espalda… Lo accesorio es esencial en el ideario de Madonna, y de eso escribe Simon Reynolds cuando dice que ella representa a la musa posrmoderna en la que su feminidad no reside en su persona sino en los accesorios: el maquillaje, las pelucas, los tacones, y demás abalorios, absorbiendo las ideas de la cultura gay y transformándolo en marketing puro. ¿No tienen en casa ninguna taza del “Che”? Yo sí. Razón no le falta, pero para muchas personas también Madame X es la figura de la transgresión en tiempos en donde el liberalismo se lleva todo por delante, y eso se puede comprobar cuando ves a las fans de, por ejemplo, Putochinomaricon, bailando vogueing con medias de rejilla y pintadas con purpurina rosa mientras Chenta deambula por el escenario escupiendo airadas soflamas a favor de la ambivalencia de género, el respeto por lo anormal, etc. ¿Las provocaciones de Madonna están subsumidas en el sistema, y hasta el mayor gerifalte baila esbozando una sonrisa mientras te escupe en la cara? Vale, sí, pero con ella se ha posibilitado unos grandes avances en la visibilización de estas problemáticas de sexo y genero. Ya ven, un personaje peculiar.

A meterse en faena. El catorceavo disco de esta nueva salvadora del universo, tiene canciones suficientes para seguir confiando en ella. Con Maluma se sacan de la manga dos temarracos, “Medellín” y “Bitch I’m Loca” (sí, reguetón. Ahora que levanten la mano los defensores del buen gusto) en donde asume su condición de fagocitadora insaciable de estilos. “Dark Ballet” (con guiños al “Hung Up” y Tchaikovsky), no hay por donde cogerla, así que pasamos a la siguiente. Menos mal que “God Control” es un temazo de house noventero que lleva su copy right, y ya estoy bailando sin remisión. Otro clásico instantáneo.

“Future” junto a Qvavo de Migos es una notable aproximación a los sonidos dub con una Madonna borracha de Auto-Tune; “Batuka” mezcla el grime con la tradición africana de postal. De su estancia en Portugal nacen canciones como “Killers Who Are Parting” con una letra de lo mas naïf, o directamente insultante (I will be gay, if the gay are burned

I’ll be Africa, if Africa is shut down, I will be poor, if the poor are humiliated). Señora Ciccone, ¿que es eso de “The gay”?, y persone que la perturbe, pero Africa está YA desolada por la codicia. En fin, gracias por regalarnos los oídos por este precioso fado.

En “Crazy” guiña un ojo a la “A La Vie En Rose”, y se alza como una reina del r&b cantando con lo aprendido en su curso de “español para dummies”. “Come Alive” y “I Don’t Search A Find” apuesta por el caballo ganador: nadie hace revival house-vogueing como ella. Madonna, te amo. Sigue planteando interrogantes.

Escucha Madonna – Madame X

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