Micah P. Hinson

Esto de la música es algo engañoso y en cualquier momento puedes dejar de tener el favor de la gente


 
Por mucho que engañe su aspecto de intelectual, Micah P. Hinson es un retraído habitante de Memphis, Tennessee, al que la vida ha zarandeado en varias ocasiones y que intenta no hablar demasiado alto ni demasiado claro. Hay muchos enigmas en torno a su turbulenta carrera, pero no es el momento ni el lugar para intentar descifrarlos. Quien quiera escarbar en sus miserias tiene una amplísima biblioteca cibernética a su disposición.
 
Aquí solo nos interesamos por sus discos (está a punto de publicar otro de canciones originales, y también podrían contar como tales la reunión de rarezas y descartes que publicó hace año y medio) y por esa extraña capacidad para extraer luz de las notas más tristes. En mayo hará una nueva visita a España, su patria alternativa, y serán varias las ciudades (Granada, Madrid, Valencia, Barcelona, Santander) en las que su voz profunda y rotunda deje el poso acostumbrado. Desde su estabilidad actual, cualquier respuesta se antoja una agradecida fuente de información.
 
Este es su séptimo disco, y llega justo después de la recopilación junto a The Junior Arts Collective. ¿Pensó alguna vez en llegar a donde se encuentra ahora, siendo una especie de «estrella del underground«?
 
Nunca me han llamado así. Supongo que intento pensar en ello lo menos posible. Esto de la música es algo engañoso y en cualquier momento puedes dejar de tener el favor de la gente. Creo que si pienso en cuál es mi lugar exacto o en cómo me ve el público todo se vendría abajo de repente, o simplemente me volvería loco. Estoy sentado aquí, en Texas, viendo la lluvia caer tras la ventana; no me siento como una estrella, sino como un punto en el infinito.
 
Muchas cosas han cambiado desde su primera aparición como músico. Desde el punto de vista del negocio, sobre todo, aunque siempre parece haber intentado no verse demasiado envuelto en él.
 
No demasiado, porque ni siquiera tengo manager, no lo he tenido desde aquellos primeros días en Manchester. Creo que solo puedes confiar realmente en ti mismo, así que si le soy honesto, gran parte de mi trabajo tiene que ver con la música como negocio, en contraposición con la parte estrictamente musical. Pero sí, ha cambiado mucho en diez años y hemos sufrido esos cambios que, desde el principio, han afectado al negocio en sí. Antes todo era completamente distinto, y ahora veo el ocaso de lo que imagino que una vez fue la música, los sellos y la industria. Aquellos tiempos han muerto.
 
Ahora presenta a The Nothing, la que parece ser su nueva formación. ¿Por qué con cada disco cambia el nombre de la banda? ¿Es una cuestión de simple búsqueda o algo más estrechamente relacionado con los músicos en sí?
 
Un día me di cuenta de que nadie relacionado con la música (sea popular, moderna o cualquier otra cosa) había dado nunca con ese concepto, la idea de que el nombre de la banda cambiara continuamente, como siempre hace el título de un disco. Nunca me gustó poner títulos a los discos porque no creo que ninguno de ellos refleje como conjunto las canciones que incluye, así que tan solo pensé que esta sería una buena manera de alejarme de eso.
 

 
¿Es esta una nueva colección de música folk? No es que queramos ponerle una etiqueta, pero quizá necesitemos encontrar la forma adecuada de acercarnos a su música cada vez que decide grabar un disco.
 
¿Se refiere a algo así como «etiquetar» mi música? Si es así, yo sería la peor persona a la que le pueda preguntar sobre ello. Yo la hago, no la etiqueto, eso ya es cosa de los demás, pero al final no estoy seguro de que las etiquetas sean importantes. En realidad, sé que no lo son y que no sirven para nada bueno desde el momento en que solo significan una representación inicial y falsa de lo que alguien va a escuchar o ver.
 
Una canción para una persona puede sonar country, pero para otra podría sonar a pop o rock and roll. Es como poner etiquetas en la vida, no es nada bueno y no ayudan a nadie, solo entorpecen.
 
A propósito de su próxima gira española, ¿cómo conoció a Fernando Macaya y terminó grabando en su estudio?
 
Conocí a Mac a través de Javi, en los estudios Moon River de Santander. Yo tocaba en la sala contigua al estudio y ya conocía a Javi de algún tiempo atrás, así que un día, cuando estaba tocando en la ciudad, me preguntó: «¿Quieres venir a grabar aquí?», y así fue. Lo hice.
 
España es un país especial para usted, incluso tuvo un accidente aquí hace años del que sus brazos no guardarán un buen recuerdo.
 
Sí, así ha sido durante diez años y sigue siéndolo. ¡Dios mío!
 
¿Fue ese ambiente conseguido en el estudio el responsable por ejemplo del garage rock de «How are you just a dream», o ya había buscado previamente ese sonido tan poderoso?
 
Tenía escrita esa canción desde hacía tiempo y la llevaba guardada en el bolsillo de atrás. La primera vez que la grabé fue cuando tenía unos veinte años, pero nunca me pareció que sonara del todo bien, o al menos eso sentía. Estaba sentado en Moon River, rasgando las cuerdas y tarareando por encima, y Mac me miró y me preguntó de qué iba ese tema. Quería grabarlo y no quise discutir.
 
¿Estas canciones datan de algunos años atrás o han sido compuestas recientemente?
 
Principalmente son nuevas. Hay algunas más antiguas pero sí, la mayoría son recientes. Si puedes llamar «nuevas» a las que tienen cuatro años, claro, porque para mí en realidad son antiguas.
 
A veces se habla de usted como el Leonard Cohen del indie, si es que realmente existe tal definición. ¿Cree que eso se debe a los sentimientos extremos y con frecuencia oscuros que habitualmente describen sus canciones?
 
No estoy seguro. De nuevo, no soy el más indicado para contestar a eso. En realidad no escucho ni veo parecidos entre Leonard Cohen y yo, e imagino que el Sr. Cohen sentiría lo mismo si leyera que me comparan con él, incluso creo que le resultaría un poco insultante. Aunque es un honor estar en la misma frase que un hombre de su talla.
 
Al final, ¿se trata simplemente de profunda música americana?
 
Es música de Micah, supongo, como dirían mi madre y mi esposa. Claro que he tenido diversas influencias a lo largo de mi vida, pero nunca me empeñé en ser o en sonar como ningún otro artista. Quizá sea simplemente música tejana que se ha empapado de muchas influencias británicas a una edad muy temprana.
 
A cualquiera que escuche sus canciones le puede dar la impresión de estar pasando las páginas de una novela. Escribió una, «No voy a salir de aquí», y es completamente identificable con su música. ¿Van de la mano?
 
Las novelas y la música no tienen mucho que ver entre sí. Son dos tipos diferentes de hacer arte, por lo tanto yo tiendo a acercarme a ellas de forma distinta.
 
A pesar de su juventud ya ha vivido muchas situaciones duras. ¿Significa eso que aún le quedan cosas importantes que decir?
 
No estoy seguro. Nunca he pensado, ni lo he dicho, que tenga cosas importantes que decir. Solo digo lo que digo y escribo lo que escribo.
 
¿Podemos esperar alguna sorpresa durante la próxima gira o el set list estará basado sobre todo en este «Micah P. Hinson and The Nothing»?
 
Siempre estoy lleno de sorpresas.
 

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