Recordando los 35 años de Forever Young de Alphaville

Hace unos días revisando el correo de novedades tuve un flechazo. Aviso que en lo concerniente a nostalgia soy muy Alaska- Canut, en la vídeo entrevista publicada por este medio decían que no eran nostálgicos, tan solo ojalá haber vivido en los 50 influenciados por American Graffiti. Pienso igual, no tengo querencia del cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero con esta noticia viví un ejercicio de regresión motivado por algo tan inolvidable como el primer disco que compré.

Hasta 1984 escuchaba lo que molase a my big brother; si una época le daba por el heavy, solo heavy. Cuando rock sinfónico, me hice sinfi, y así siempre. Pero llegó el cambio. Acababa de cumplir 12 años. Musicalmente era básico; los cuatro hits que se llevaban y en mi estantería la banda sonora de Las aventuras de Enrique y Ana, Parchís y una casete del primer disco de Mecano. No más.

Un día el cartero tiró por debajo de la puerta varias cartas; algunas del banco, gestiones propias del hogar, una postal de mi tía que andaba de vacaciones en Holanda y el BID o Discoplay. No sé si la conocen, pero era un boletín donde venían todas las novedades, así como ofertas, saldos, posters, camisetas, útiles de limpieza de discos, etc. En un mismo número convivían Bowie con Chiquetete y Perales, el heavy contiguo a toda la discografía de La Dúrcal, la sección Zarzuela y, en la siguiente página, posters retro-futuristas de Punky Dulce o Robots enamorados. Mirando esa revista me topé con el primer trabajo de los Alphaville. Había escuchado algunas de sus canciones y todas molaban. Lo tuve claro; iba a ser el primer disco de mi colección.

Tenía 800 pesetas guardadas en una hucha y tal era el precio. Cuando llegó Forever Young me puse hasta nervioso. Y no, no hubo decepción, al contrario; el subidón synth-pop quedó de por vida. Mi primera escucha la hice tumbado en la cama y, desde entonces, para captar un disco debo adoptar dicha postura. De otra forma no soy capaz de percibir música aun en tiempos del Spotify.

Y hete aquí que desde el viernes 15 de marzo de este 2019 lo tenemos en las tiendas para conmemorar el 35º aniversario de su lanzamiento. Lo presentan en una edición especial de varios formatos. ¿Lo recuerdan? La portada muestra el rostro de una estatua siniestra, triste, grisácea, con diseño propio de la época y ciertas líneas de color en puntos concretos. Abre con «A Victory of Love», una oda épica de modernidad inquebrantable que llega lenta, pero arrolla en cuánto sube el nivel con Gold entonando eso de «She’s dreaming a strange dream/ Where nothing is grey». Si no has tenido victoria en el amor te debe importar un pepino; aquí este himno para ti, ¿Quién necesita más?

 

Le sigue «Summer in Berlin» con todos los ingredientes del grupo; subidón momentáneo, tecno por un tubo y baile, mucho baile. Cuando dejas pasar la aguja o la lente óptica, o la playlist Dister, llega esa bomba de protones de nombre Big in Japan; un trallazo que si la escuchas no puedes dejar de bailar, aun siendo arrítmico como este que os habla, pero te hace bailar hasta sin hacerlo. No sé si me entienden.

 

Luego continúa «To Germany with Love» y, a fin de cuentas, hablan de tierras teutonas y ellos son de allí, un track que posee ese sonidito tan característicos de ellos con cambios de tonalidades y coros engarzados. «Fallen Angel» late fuerte y por ello gusta tanto. Continúa con «Forever Young», que los dio a conocer por todo el mundo. A decir verdad con los años le he perdido gustirrinín a este single, pero no por ello le reconozco cierta excelencia musical y sonora. Me quedo con el álbum enterito, ninguna pieza sobra, pero mi debilidad siempre fueron «Sounds like a Melody» y «The Jet Set»; dos imanes que te llevan a escucharlas una y otra vez, y sin excusas. El videoclip de «The Jet Set» con guiño a The Rocky Horror Pictures Show o, al menos, así me lo pareció siempre.

 

 

Todo suena magistral, con una fuerza bruta que sirve tanto para una noche de jolgorio y tarumbia como para estar en casa dejándote llevar. Incluso por la nostalgia en caso que la tengas; lo mismo hasta te levantas con maquillaje in the face y fular de purpurina.

 

Forever Young, la edición especial, te pasea por los sintetizadores y cajas de ritmos de Bernhard Lloyd y Frank Mertens para terminar haciendo malabares junto a la potente y engolada voz de Marian Gold. Un disco ya considerado un clásico y que, con esta limpieza de cara, suena a nuevo, remozado, dispuesto a conquistar a un nuevo público millenials para que disfrute con lo que disfrutaban sus padres. O sus titos mayores para los que no somos padres.

La caja contiene nuevas mezclas, versiones únicas originales, caras B y remixes. También ha lugar un documental en DVD. Y los que somos de leer hasta las etiquetas del champú también saldremos contentos pues hay un libro de 24 páginas, creado por el director de arte original en estrecha colaboración con la banda. Por cierto, los Alphaville acaban de anunciar que realizarán una gira mundial para celebrar este aniversario. A ver si vienen por estos lares y podemos hablar con ellos.

Si me llegase el Discoplay Abril de 2019 con este disco en la página de Novedades lo compraría sin duda alguna. A fin de cuentas ya no tendría que romper la hucha; tengo algo suelto en el bolsillo. Lástima que echaron cerrojazo en 2007. «Forever Young, I want to be forever Young»… y sigue tú, que seguro te la sabes

 

FOREVER YOUNG 3CD+DVD+LP SUPER DELUXE INCLUYE:

CD 1 Álbum original remasterizado

CD 2 – Singles originales, caras B y versiones en 12”.

CD 3 – Versiones demo.

DVD: El documental “Never grow up – The story of Forever Young” + videoclips Forever Young/ Big In Japan/ Sounds Like A Melody

LP – Album original remasterizado.

 

 

 

 

 

 

 

 

11 comentarios en «Recordando los 35 años de Forever Young de Alphaville»

  • el 19 marzo, 2019 a las 11:29 am
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    Hasta se me ha saltado una lagrimica. Sí, qué recuerdos y qué bien explicado. Os estáis superando por días, MZK, bravo.

  • el 19 marzo, 2019 a las 1:05 pm
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    Siempre recordaré la primera vez que escuché este disco. Fue tan top que, cierto lo que decís, lo escuchas hoy y te vas directamente a aquellos años. Fabuloso artículo

  • el 19 marzo, 2019 a las 1:07 pm
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    Qué grande los Alphaville. No sabía que habían sacado la edición especial. Me voy a hacer con ella. Gracias MZK por estos artículos. Sin ellos no nos enteraríamos de las novedades como estas.

  • el 19 marzo, 2019 a las 1:10 pm
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    En esos años es verdad que el Marian Gold tenía una voz que encandilaba. ¿35 años hace ya? Madre, qué de tiempo. Buen artículo, sí señores.

  • el 19 marzo, 2019 a las 3:19 pm
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    A mi padre le encantaban. Y hoy, leyendo este artículo, me he acordado de él. Se me fue hace unos años de una larga enfermedad. No sabía que los Alphaville eran alemanes y, mira por donde, me he enterado. Gracias por acercarnos estas cosas a los millenials, que también nos gusta la música.

  • el 19 marzo, 2019 a las 3:21 pm
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    Sabéis si harán gira por España con este espectáculo conmemorativo? Es que sería un buen regalo de cumple para mi madre, que es en verano. Gracias.

  • el 10 diciembre, 2020 a las 4:41 am
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    Alguien sabe si vendrán a Sudamérica en gira, es uno de mis grupos favoritos. Orlando de Santiago de Chile

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