Reivindicamos a Stray Cats, que resucitan en 2018

Se rumoreaba desde hace tiempo, pero no había una noticia oficial y todo eran comentarios de aquí y allá, a menudo alimentados por el propio Brian Setzer mediante alguna entrevista. Hace días que ya podemos decirlo: Stray Cats han vuelto y el Azkena se ha marcado un buen tanto al anunciarlo para su cartel del 2019, concierto que casi seguro, será en exclusiva en España y por lo tanto, nua ocasión única para verlos por aquí.

A la espera de poder disfrutar del trío y sus hits inmortales en directo, os dejamos con este especial con canciones, anécdotas y un poco de historia.

Massapequa es el lugar donde comenzó la historia de Stray Cats, si vais a New York y tomáis el ferry de la compañía de la ciudad (NYC Ferry) y posteriormente un tren que tarda una hora aproximadamente, os podréis colocar en el barrio de Brian Setzer y su hermano Gary. Allí fundaron The Tomcats, el germen de lo que luego fuera la banda que nos ocupa. Massapequa es un lugar bastante anodino las cosas como son, solo visitable si eres un mitómano o un idiota o ambas cosas, como yo. Además, si tenéis tiempo y si vuestro grado de idiotez se acerca al mío, os podéis acercar ya de paso al 112 de Ocean Avenue, donde se sitúa la mítica casa maldita de Amityville. Pero qué demonios ¿hemos venido a hablar de New York City o de los Stray Cats?

El caso es que, cuando el hermano díscolo abandonó a The Tomcats, entraron Lee Rocker y Slim Jim Phantom y es ahí cuando toman el nombre definitivo de Stray Cats. Previamente los tres ya se habían conocido, no era muy frecuente ver a tipos con esas pintas tan raras en un sitio como Massapequa. La banda al principio pasa desapercibida, tanto en los pequeños y escasos clubes de Long Island, como en el resto de los garitos por los que tocan en New York. Un día, Tony Bidgood, un liante metido a mánager les cuenta que en el Reino Unido se respeta a los rockabillies, además de que es allí donde se cuece todo el mercado musical mundial, y razón no le faltaba.

Así, los tres espigados tupés en crecimiento parten para Londres en plena debacle del Punk y advenimiento de la New Wave. Ni que decir tiene que el recibimiento por parte de los comedores impertérritos de Fish & Chips no puede ser más fría, llegando a tocar por clubes de mala muerte por apenas la cena y unas birras. Vamos, por lo mismo que tocan ahora muchas bandas. Pero un día pasa por allí un tipo con pinta de haberse recorrido todos los pubs de Reino Unido llamado Dave Edmunds y se ofrece a producir sus primeras grabaciones.

Graban doce temas, entre los que destaca el bombazo “Runaway Boys”, que sale a la venta en las navidades de 1980. Los trepidantes temas que contienen su primer álbum de nombre homónimo y las pintas que lucen, muy pronto hacen que ganen admiración entre los aficionados al Rockabilly, llamando la atención también, de los nueva oleros y after punkers, la imagen y la estética vende, amigos.

Gira por todo el continente europeo, minigira por Japón, todo reluce para Stray Cats. Hasta los Stones ¿o decimos los Rolling? se fijan en ellos y los llevan de gira. Con todo el dineral que sacan deciden regresar a Estados Unidos, pero antes se pasan por los estudios Air, situados en Monserrat (Caribe) y que hoy día languidecen al lado de un paisaje volcánico, a grabar su segundo disco: Gonna Ball (1982 Emi) que es, desde mi punto de vista, uno de los mejores momentos de los gatos. El álbum no tiene el éxito esperado, la acogida de critica y fans es más bien fría, qiuzá porque el disco es cuestión no es trabajo de rockabilly propiamente dicho, pero cualquier oído con un mínimo de gusto sabrá distinguir piezas maestras como: “Little Miss Prissy”

O la Chuck Berryniana “Rev It Up and Go”

Sea como fuere, el escaso éxito del álbum, en comparación con la buena acogida del anterior, los lleva a contar de nuevo con Dave Edmunds para el siguiente disco; Rantn´Rave (EMI 1982). Las sesiones se grabaron en los estudios Maison Rouge de Londres y el disco fue el primero publicado simultáneamente en los Estados Unidos y en Reino Unido. La crítica especializada recibió con brazos abiertos estos nuevos doce trallazos de Rock & Roll escritos en su práctica totalidad por Setzer y el trío es definitivamente encumbrado al Olimpo de las grandes estrellas.

No es de extrañar. El comienzo del álbum debería ser ejemplo de como empezar bien un disco: “Rebels Rule”.

Solo hay dos temas firmados por el trío Slim Jim Phantom / Lee Rocker / Brian Setzer y uno de ellos es la barbaridad “Something’s Wrong With My Radio”

Y así todo el rato, tema tras tema, sin dar un momento de respiro, eso unido a la excelente portada del fotógrafo Gavin Cochrane, que también realizó portadas para otras estrellas de la época, tales como: Pretenders, Human League, o The Profesionals, junto a la maquinaria de la promoción de aquella época de EMI, hace de Rantn´Rave el disco más famoso de los de Long Island.

Lo que debería haber sido el comienzo de una serie de discos que fueran a mejor, fue en realidad el comienzo del final. Las diferencias entre los tres rockers, propiciada por la fama y por unos egos más grandes que sus propios tupés, repercuten en su separación en 1984.

Contra todo pronostico volvieron a reunirse en 1986 y graban un nuevo álbum, Rock Therapy (EMI 1986). Un trabajo tan extraño y delirante que ni el mismísimo David Lynch hubiera entendido. Claro que contiene alguna que otra pieza digna de los Stray Cats, como “I´m Rocker”, con la guitarra de Setzer especialmente “killer”. Pero en líneas generales es bastante olvidable y hasta la portada parece de saldo.

Tras dos años dando bandazos cada uno por su lado, y sin el reconocimiento que cada uno quiere para sus proyectos en solitario, se vuelven a reunir en 1988 para dar varios conciertos, y editan en 1989 el último gran disco de los Stray Cats, de nuevo con Dave Edmunds a los mandos, lo que nos tiene que convencer que, sobre todo en Estados Unidos, la figura del productor es muchas veces primordial. Hablamos de Blast Off (EMI 1989) otra vez con otra icónica portada de Gavin Cochrane, y que nos devolvió a una banda en plena forma. Quizás sea el disco que contiene más canciones firmadas en conjunto por los tres, un compendio de rockabilly de su tiempo, con la vista tan puesta en las raíces como en los sonidos que ya se vislumbraban en los 90´s en el Rock.

“Gene and Eddie” por ejemplo, homenajeando a quienes ya sabéis y es un momento cumbre en su carrera.

“Bring it Back Again” es otro de los grandes temas del disco

Vale, a un disco al que en su día muchos consideraron (otra vez) una renovación del género contenía casi en la mitad de las canciones la palabra “rock”, así como infinidad de clichés, tanto estéticos como culturales, con lo cual no parecía muy original ni renovador, pero musicalmente hablando y en lo tocante a la producción, sí lo fue.

En lo tocante a producción en estudio, los Stray Cats ya nunca volverían a ser lo que fueron, eso es así, por muy fan que uno sea. He llegado a escuchar que Choo Choo Hot Fish (Great Pyramid Records 1992) es un disco muy honroso y en críticas de la época hasta se llega a decir que «Please Don’t Touch» (Heath, Robinson) es una gran versión. Pues claro, es un tema a prueba de bombas que hasta silbado por un borracho sin dientes a las cuatro de la madrugada suena bien. Pero no nos engañemos, más del cincuenta por ciento del disco son versiones y claramente no se agarra ni con pinzas a una obra anterior, que se sustenta en autenticas joyas.

Se vuelven a separar, una vez más, justo después de la grabación de un disco de versiones titulado Original Cool (Essential Records 1993). En la década de los 90 fueron bastante comunes tanto los discos de versiones, como los grabados en directo y en la mayoría de los casos a modo de enmascarar falta de ideas y nuevos temas, además de ser algo impuesto desde la industria discográfica. ¡Hasta los Ramones picaron el anzuelo de las versiones! Original Cool no pasa de ser un homenaje a algunos de sus ídolos, y solo para completistas de la banda. Por supuesto que, si ponemos el disco en el plato, podremos tener un buen rato de Rock and Roll incluida esta versión, una de las menos evidentes del disco, de Billy Lee Riley and The Little Green Men.

Lo demás también lo sabéis, en el 2004 se reunieron para conmemorar el veinticinco aniversario de la banda, con una serie de conciertos. En el 2008 se volvieron a reunir para lo que parecía el adiós definitivo con la gira llamada Farewell Tour, con treinta fechas alrededor de todo el planeta. Quien sabe si la falta de “algo” en sus carreras por separado, pagar las facturas de las motos o simplemente volver a tocar juntos, ha vuelto a traernos de vuelta a los tres gatos.

Stray Cats y España

Stray Cats siempre han tenido en España una de sus grandes bazas, no a la altura obviamente que Estados Unidos, Inglaterra, Japón o incluso nuestro país vecino, Francia, pero para ellos siempre ha habido una nutrida legión de fans que ha llenado sus conciertos, desde el principio de su carrera.

El primer concierto que dio la banda en nuestro país fue en febrero de 1982, en la Sala Consulado, ubicada en el numero 38 de la calle Atocha. El concierto fue propiciado por El Gran Musical de los 40 principales, lo que da una idea del éxito inmediato que tuvo la banda con un solo disco en el mercado. Según las crónicas de la época el concierto fue gratuito, con invitación, lo que propició que la sala estuviera repleta de gente de todo tipo, algunos muy ajenos a las chupas de cuero y los tupés.

Al día siguiente tocaron en Pachá, esta vez en un concierto con entrada a 1.000 pesetas. Algunos escritos del momento dan fe de un concierto salvaje con todas las entradas vendidas. De lo mejor que he podido encontrar en la red ha sido la crónica de Tomás Cuesta para el ABC, que en aquel entonces parecía de gustar de los decibelios en directo, nunca lo hubiera dicho, la verdad.

Dicha gira continúo por: Valencia, Badalona y San Sebastian. En Valencia y Badalona fueron teloneados por los nuevaoleros Glamour, juntando a una mezcla de gente nada aconsejable en aquellos tiempos, en los que se marcaba mucho la diferencia musical entre las tribus urbanas, lo cual acababa en muchos casos a tortas, en el mejor de los casos. Lo relataba estupendamente hace tiempo Rafa Cervera en Cultur Plaza.

La gira del año 1992 se llamó “Blood Drive” y era en la que presentaban su disco Choo Choo Hot Fish, en esta ocasión únicamente pasaron por Barcelona en un concierto multitudinario y gratuito, con motivo de las fiestas de la Merçe. Algunas crónicas de la época eluden al endurecimiento del guitarra de Setzer, eran los 90s y estos gatos siempre fueron muy avanzados.

No regresarían a España hasta el 2004, a una abarrotada sala Razzmatazz en Barcelona, en la que, por lo visto, dieron un sudoroso y urgente concierto de 75 minutos, con gente llegada de toda la geografía. El festival Crossroad de Gijón fue su siguiente punto para descargar adrenalina y gomina, compartiendo cartel, entre otros, con unos entonces chavales que ya comenzaban a ser muy famosos, Kings of Leon.

El Farewell Tour del año 2009 y lo que parecía que iba a ser su separación definitiva comenzó su andadura mundial el 16 de agosto de ese año en Bilbao, en la mítica y defenestrada sala ROCKSTAR LIVE BARAKALDO. Zaragoza y el festival Motorkulture en San Pedro de Pinatar fueron las otras paradas, hasta llegar al concierto de La Riviera de Madrid.

Diez años después, su gira mundial comenzará de nuevo en España, en la que de momento es su única fecha confirmada de todo el tour, en el Azkena Rock Festival, el 21 de junio. La leyenda de los gatos nunca acaba.

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