San Valentín: 14 canciones para el 14 de febrero

San Valentín, día de los enamorados… una fecha un tanto empalagosa que cada 14 de febrero inunda de corazones los escaparates de las tiendas con la excusa de regalar algo al ser amado. Un día más para demostrar cariño sin más, pero también una buena ocasión para hablar de ese sentimiento desde diferentes ópticas.

No es que seamos especialmente fans de San Valentín, pero aprovechamos que es 14 de febrero, para reivindicarlo con 14 canciones románticas (o no) que nuestra redacción ha querido recopilar para ti.

San Valentín: 14 canciones para el 14 de febrero

Marvin Gaye – Let’s Get It On (Por Juanjo Frontera)

En resumidas cuentas, el objetivo final de un día (o más bien, noche) de San Valentín, si es que se celebra, es el apareamiento. Un apareamiento amoroso, sin prisas ni pausas, pero suficientemente apasionado como para dar la gasolina necesaria a tu relación para que siga adelante un año más. Para amenizar el lance, nada mejor que la música afroamericana y dentro de ella, este absolutamente infalible tema del eternamente añorado Marvin Gaye, que abría y titulaba la fabulosa continuación de su disco más célebre y que iba directo al grano: «vamos a meterla». Además, a nivel práctico, cuenta con los BPM justos para hacer las cosas a ritmo óptimo. No se me aceleren…

 

Nirvana – Love Buzz (Por Raquel García)

El amor no son corazones rosas, ositos de peluche y blandiblú sentimental. Eso es de romcom mala y la sensiblería emocional se la pasaba Kurt Cobain por el forro. Pero qué desgarradora le quedó a Nirvana esta versión de los Shocking Blue. Cuatro frases que resumen la parte más fea del amor y a la vez toda su pasión. Y con el toque punk de las guitarras y el sonido sucio. Una canción imprescindible en toda lista de San Valentín con caché indie. Porque de blandiblú no, pero de sentimientos desgarradores, Cobain era un genio.

 

Leonard Cohen – Dance Me To The End Of Love (Por Paco Mayoral)

Inspirada tras conocer que los prisioneros de los campos de concentración nazis eran llevados a los crematorios mientras una banda tocaba música, el genial Leonard Cohen convierte el horror más extremo en un himno a la pasión. Eleva la lírica del amor a la categoría de belleza universal como pocos podrían hacer.

 

Chucho – Revolución (Por Raúl del Olmo)

Ninguna canción ha expresado de una manera más visceral, encendida y majestuosa para mí el sentimiento de estar enamorado que este nuevo ataque del amor que nos dibujaba Fernando Alfaro en su encarnación al frente Chucho. Repleta de sus personalísimas metáforas tan icónicas como perceptibles, el albaceteño construía un himno para suturar hasta al corazón más agujereado por las vicisitudes ventriculares.

 

Sylvester – Just You And Me Forever (Por Luis Moner)

Hay canciones que marcan de por vida a un artista. A Sylvester siempre se le recordará por un hit infalible, ese “You Make Me Feel (Mighty Real) que supuso el reconocimiento de la queer disco en los charts. Pero el colosal Step II (1978) contenía canciones como templos faraónicos. Esta “Just You And Me Forever” es una inflamada declaración de amor, suspendida entre coros gospel, un piano aventurero, un falsete invencible, y oropeles orquestales que la convertían en una lúbrica ensoñación. Sylvester-que-estás-en-los-cielos.

 

Duncan Dhu – Esos ojos negros (Por Toño Martín)

Si sabes tocar la guitarrica, tienes una voz medioqué y el bolsillo vacío, dedicarle esta canción a tu chais o churri puede ser el mejor regalo. También mola por Skype en tiempos de la COVID. Eso sí, que tenga ojos negros que, si no, la has pifiado, pero a base de bien. Luego no me culpes.

 

The Smiths – Please, Please, Please, Let Me Get What I Want (Por Manuel Pinazo)

El amor o la sensación de estar enamorado, hace temblar la tierra. Uno puede andar desencantado en el plano afectuoso por múltiples razones, pero el anhelo de sentirse querido es inherente a cualquier humano con sangre en las venas. Justo de esto habla esta inmortal canción de The Smiths que en sus pocas estrofas cantadas junto a una guitarra acústica y rematadas con una bonita mandolina, refleja el deseo de que cambie la suerte y encontremos por fin esa compañía deseada que nos complete.

 

The Postal Service – Such Great Heights (Por José Megía)

Nunca una instrumentación tan artificial abrazó una melodía más cálida… juntos podremos caer desde las más elevadas alturas porque, de alguna manera, todo lo que sintamos sincronizados, será parte de la historia que teníamos que escribir juntos. Ben Gibbard y Jimmy Tamborello alcanzando lo más parecido a la perfección pop en clave de canción de amor pluscuamperfecta.

 

Dusty Springfield – I only want to be you (Por Fidel Oltra)
A veces pensamos que las canciones de amor deben ser profundas, a veces incluso tristes, y nos olvidamos de ese sentimiento explosivo que nos inundaba cuando éramos jóvenes que no entendía de futuros ni pasados, solo presentes compartidos y exprimidos a fondo. La canción «I only want to be you» fue escrita por un compositor británico recién casado para expresar todo el amor y a felicidad que sentía por estar con la persona amada. De hecho su primera opción para cantarla era su propia mujer, que era miembro de un grupo. Sin embargo, una llamada se cruzó en su camino: le pidieron por favor una canción de éxito para lanzar a una joven artista llamada Dusty Springfield. Mike Hawker no tenía otra canción mejor, así que se la entregó a los capitostes de Philips. Los mágicos arreglos de Ivor Raymonde y la juvenil y eufórica voz de Dusty hicieron el resto. Gloria bendita.

 

Led Zeppelin – The rain song (Por Txus Iglesias)

«The rain song» (1973) se eleva como una de las más solemnes, románticas y lindas creaciones de Led Zeppelin. Se ha especulado que dicha melodía brotó porque el ex-beatle George Harrison le comunicó su opinión al batería John Bonham sobre que la banda de éste no poseía baladas; así que el mítico cuarteto de hard-rock demostró (de nuevo) que también resultaban extremadamente capaces de hilar sentimientos musicales de exquisita fragilidad lírica y de hondo amor agridulce. Según la leyenda, como guiño a su admirador Harrison, precisamente al guitarrista Jimmy Page parece ser que le influyeron los dos primeros acordes del tierno tema “Something” cuando los cuatro “Zep” edificaron la propia “The rain song”.

 

Elle Belga – Increíble Amor (Por Edu Cornejo) 

Una canción para celebrar San Valentín que habla sobre esa gente que a buen seguro ya pasa de San Valentín. Si la canción de amor suele versar sobre flirteos, primeros encuentros, calentones o rupturas, Elle Belga celebran con optimismo el amor maduro y sereno en Increíble amor, su mejor canción hasta la fecha.

 

Suede – Stay Together (Por Raúl Julián)

“Stay Together” fue lanzada en formato de single el mismo día de San Valentín de 1994, ejerciendo como nexo de unión entre el debut del cuarteto, Suede (93), y aquella gloriosa continuación titulada Dog Man Star (94). El tema alcanzaba los ocho minutos en su versión íntegra, dispuesto sobre un brutal desarrollo de Bernard Butler a la guitarra. Una preciosa canción tintada con el habitual glamour urbano de los londinenses que, curiosamente, nunca estuvo entre las preferidas del vocalista Brett Anderson.

 

The Temper Trap – Sweet Disposition (Por JJ Caballero)

Como eso del amor debe quedar bien reflejado por escrito, razón por la cual manuales, novelas y poesías hay de sobra para atestiguarlo, también es menester repasar las canciones que alguna vez han abordado el tema con especial fortuna. En Australia siempre se ha teñido cierta concepción romántica del pop, y estos tipos se unieron a la causa hace más de una década para cantarle a la libertad de sentirse jóvenes, libres y deseosos de amar. Por medio, una nominación a los Grammy y la postrera gloria de ser carne de banda sonora en películas célebres y series de variado alcance. Lo importante es estar dispuesto.

 

La Mandrágora – Nos ocupamos del Mar (Por Víctor Terrazas)

Entre humor, ironía y crítica política surgió un disco como La Mandrágora (1981, CBS). Uno de los mejores álbumes en castellano grabado en directo en el sótano de un bar madrileño situado en la cava Baja. Joaquin Sabina, Javier Krahe y Alberto Perez nos presentaron un disco imperecedero donde sus canciones ahora forman parte de nuestra cultura musical. Entre himnos como “Pongamos que hablo de Madrid” o “Marieta”, se esconde “Nos ocupamos del Mar”. Una canción interpretada por Alberto, en la que, mediante el humor y la poesía, configura un tema donde trata el romanticismo entorno a la igualdad, el respeto y el amor verdadero. Las bases de lo que deberían ser cualquier relación sentimental.

 

 

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