Spiritualized – And Nothing Hurt (Bella Union/[PIAS])

Si el apocalipsis estuviese próximo y la gran hecatombe universal se cirniera impía sobre todos y cada uno de nosotros, pecadores inconscientes, en lo primero que pensaríamos muchos sería en escuchar la banda sonora adecuada para tan desgraciado y a la vez liberador último acontecimiento. Hasta ahora uno podría acordarse de las canciones de un disco llamado Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space (1997), liberadoras y aglutinantes de todo lo que en este mísero mundo pudo ser y fue y sería y será en el otro. Hasta ahora. Yaces derrengado por el dolor que puede que ya se haya ido y le das vueltas a esa vida que un día terminará inevitablemente y solo encuentras una salida posible. Y una frase: And Nothing Hurt. Todo lo que una vez importó se transforma en materia inerte, en historias circulares que te llevarás a la otra orilla con orgullo y no demasiada satisfacción, a inmunidades varias con las que superar cualquier trasvase espiritual. Eres más humano y sin embargo más perfecto, más visceral y menos coherente. Más desnudo. Son las canciones, es el sonido del pasillo definitivo. Son las emociones.

Jason Pierce ha tardado seis años en llegar a las mismas conclusiones que quienes lo escuchan. Sobrepuesto de diversas enfermedades y macerado en el tiempo que pudo escapársele sin previo aviso, la gran cuestión era qué hacer con las piezas desencajadas de su habitual puzzle sonoro, cómo desunirlas en el perfecto caos en el que solo él sabe encontrarse y rebatir las conjeturas sobre si esta sería su última (gran) obra. Mark Farrow convierte en imagen precisa y evocadora lo que el alquimista psicodélico trabaja en casa: pop de laboratorio, confabulaciones modernas y clásicas, concepción modernista, rock libre de anclas, música transgénero… Spiritualized. Susurra anhelante el piano e impresiona también en “Let’s dance”, hermanada con los violines sintetizados de “A perfect miracle”, que navega en aguas progresivas y cambiantes. Todo lo habíamos oído antes y todo es tan nuevo. La negritud inintencionada de “I’m your man”, el sollozo pretendido como proclama de “The prize”, el brote maquinal en el motor de “Morning after” y la arteria garagera, a su imagen y semejanza, que riega el alto voltaje cardíaco de “Sunshine”. Sí, así sí se puede entrar en el paraíso, aunque nunca lo hayamos querido. Es el saxo de “Here it comes (The road) Let’s go”, que suena y no quiere hacerlo, el que te empuja hacia un túnel sin salida del que tampoco sabes si podrás salir. Pero ya te lo han advertido: “Y nada duele”. Ni dolerá.

Si no hubiera un mañana, si de verdad este fuera el fin definitivo de los tiempos, en lo primero que deberíamos refugiarnos todos y cada uno de nosotros es en los surcos, a veces acogedores, otras tibiamente disuasorios, de un disco que alguien tenía que inventarse de la nada. De donde surgen los sueños más duraderos, los que te marcan durante toda una vida por recurrentes e intimidatorios, de lugares inhóspitos en los que alquilar una habitación para toda la eternidad. De vida y muerte. De obras inmortales y muertes por confirmar. De todo y eso de nada más es de lo que hay que hablar y nadie habla. Un tipo nacido en Inglaterra hace cincuenta y tres años lo sabe, siempre lo ha sabido, y por eso lo hace tan alto y tan claro. No se mueran antes de escuchar estas maravillosas canciones.

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6 comentarios en «Spiritualized – And Nothing Hurt (Bella Union/[PIAS])»

    • el 12 septiembre, 2018 a las 12:05 pm
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      Gracias por la corrección, Lobo! Qué haríamos sin ti y tus magníficas opiniones? La verdad es que no sé que asusta más, si ese nick o tu juicio soberano sobre cómo escribir una crítica. Por cierto, esto es una RESEÑA, la crítica es la tuya. Además, nada constructiva y aún más pedante, que ya es decir. Un aviso para que no te abrumes de nuevo ante lo farragoso de algún próximo texto: Recuerda que no estás obligado a leerlo ni mucho menos a comentarlo. Ni yo ni nadie de la redacción a responderte con la misma falta de respeto que exhibes. Vomita a gusto pues, criatura licántropa (este término a lo mejor tampoco existe).

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