Tame Impala – The Slow Rush (Caroline / Music As Usual)

Cinco largos años han pasado desde que Tame Impala lanzara su último trabajo, y poco queda de ese rock psicodélico bruto con el que nos sorprendían hace una década, Currents (2015) suponía el giro a un sonido más pop y bailable, dejando atrás las guitarras pero sin olvidar la neo-psicodelia que tanto caracteriza a los de Perth.

Su líder y casi leyenda Kevin Parker, que ha colaborado con Lady Gaga, Mark Ronson y Kanye West entre otros, anunciaba la publicación de dos singles en 2019, presagiando el lanzamiento de nuevo material justo antes de encabezar el festival Coachella. Pero los temores por sacar un álbum precipitadamente les impedían llegar a tiempo, nos dejaban con la miel en los labios y dos maravillas de temas: “Bordeline”y “Patience” (este último no incluido finalmente en el disco) anunciaban así un cambio de tercio en la dirección del sonido de los australianos.

La exploración de otros sonidos ha supuesto para Parker el dejar atrás el rock psicodélico y desarrollar nuevas melodías que representen esa ambición por seguir evolucionando. El cantante y productor ha sabido manejarse a la perfección entre su amada psicodelia y la era disco, así como las claras referencias de la música electrónica y de los años 80, que se ven plasmadas en todos los temas y que van componiendo este puzzle de sonidos inclasificables.

Cabe destacar la espectacular portada creada en colaboración con el fotógrafo Neil Krug, autor también de otras portadas de artistas como Lana del Rey, Bonobo y Unknown Mortal Orchestra. El lugar elegido es un edificio abandonado en Namibia donde, tras el paso de los años, la arena ha ido entrando por las ventanas y acumulándose en el interior, una imagen que representa ese transcurso marcado por los recuerdos y experiencias almacenados en nuestra mente. De todo esto habla The Slow Rush (Caroline / Music As Usual), un álbum que, como su nombre indica, se ha forjado en el tiempo.

El primer track ya nos traslada a la pista de baile abriendo con una intro distorsionada en una oda a los recuerdos, la casi evangelical y electrónica” One more year” nos pone a tono del estilo del resto del álbum. “Instant Destiny” quizás sea el tema que más recuerda a los anteriores trabajos, a los míticos y aclamados por el público Innerspeaker y Lonerism. En un atisbo disco encontramos la influencia de Steely Dan en temas como “Borderline” y “Breathe Deeper”, elegancia pura en los ritmos sutiles de R&B con esos teclados que cada vez parecen más inseparables. En “Glimmer” una voz en off al principio del track nos traslada directamente a la pista de baile: luces, colores, formas… la puesta a punto para despegar la noche. El tema casi instrumental se disipa y aparece “Is It True”, con un ritmo electro tropical que parece haber sido inspirado en la versión que produjo Parker con Theophilus London del clásico “Only You”. Los bongos recuerdan a esas noches implacables de verano en una declaración abierta al amor: “I was happy just listening / Started talking about the future / ‘Cause she’s the only thing I think of / I don’t know nothing but I love her”. Parker se enfrenta al paso del tiempo en “It might be time”, un tema que enseña a aceptar las pérdidas y los cambios. “But hey, there’s nothin’ wrong / I’m only tired of all these voices / Always sayin’, «Nothin’ lasts forever».” Lost in yesterday nos trae ese groove del bajo que nos conduce por todo el track, nos habla del miedo a afrontar las realidades, a aprender a tomar decisiones con el tiempo y aceptar lo que tienes. “If it calls you / Embrace it / If it haunts you / Face it”.

Los cortes más lentos del disco son melodías arraigadas al teclado que se van fundiendo con letras optimistas, “On Track” y “One More Hour” reflejan un espacio para reflexionar con uno mismo sobre el tiempo perdido. La parte más íntima de Kevin estalla en versos en un resentimiento ya curado en el tiempo, “Posthumous Forgiveness” es una carta abierta al dolor y la pérdida, a las palabras que nunca se dijeron a tiempo, a un perdón que nunca llegó, en este caso a su padre. Y como cierre “Tomorrow’s Dust” nos ofrece unos acordes a la guitarra con ese ritmo de nuevo tan placentero que nos recuerda a esos atardeceres infinitos. Esas memorias que van acumulándose en nuestra mente, que siguen por allí pululando y salen a la luz en el momento más inesperado, y que de igual manera dejamos que se escapen: “And the day will come, and then it will pass…/ And in the air of today, is tomorrow’s dust”.

The Slow Rush es un trabajo fresco, una exploración de nuevos sonidos y formas que perfilan el universo creativo de los australianos. Un álbum personal que muestra la cara más madura de la banda en un punto crucial de su carrera, con una producción y diseño de sonido depurado (como todo lo que toca Kevin Parker) que hacen que este implacable retorno les posicione como una de las mejores bandas del momento.

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2 comentarios en «Tame Impala – The Slow Rush (Caroline / Music As Usual)»

  • el 14 febrero, 2020 a las 9:38 am
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    Curiosa evolución la de este gente. Parece mentira que no se reconozca a Currents como un disco que cambió el sonido de miles de bandas. Este es una buena evolución

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