Fernando Alfaro & Friends – Sala Ramdall (Madrid)

El pasado jueves se celebró en la sala Ramdall el XV aniversario del programa radiofónico El Telescopio. La velada contaba con el aliciente de tener como protagonista a Fernando Alfaro rodeado de diversas colaboraciones variopintas del panorama independiente nacional.

Al final, no existió tanta interacción como hubiésemos deseado entre los invitados, pero lo verdaderamente deslumbrante fue asistir al resurgimiento descomunal del talento de Fernando Alfaro, alma máter de la noche, brindando una actuación que supuró sentimiento e intensidad.

Abrió el recital Alondra Bentley. Tranquila y confiada, ofreció un corto set de cinco canciones exhibiendo una clase exquisita. Su voz volvió a llenar el entorno por completo, pese a los molestos murmullos de fondo cada vez más habituales en los shows por desgracia. “Sunglasses” o “Some things of my own” ya suenan a pequeños clásicos y hasta se permitió presentar dos nuevos temas acompañada de Raül Fernández (Refree), siguiente en subir a las tablas.

Raül se mostró tímido y comedido defendiendo su repertorio. Presentó cortes de su inminente Matilda, ópera prima de ese proyecto de autoedición que es Marxophone, del cual pudimos recibir su manifiesto al entrar en la sala. Una fugaz Christina Rosenvinge acompañó al piano en un tema.

Y llegó el plato fuerte: un imponente Fernando Alfaro apareció acompañado por Raül Fernández de nuevo en escena, ejerciendo como excelente complemento a las teclas y guitarra eléctrica.

Cómo no,  la actuación fue un repaso a las distintas reencarnaciones de un legado legendario e inmortal. Tan excelentes surgieron creaciones recientes como la alienista “Luz de gas”, como entresacados de esa obra maestra que es El fotógrafo del cielo (91), “Dulce mal trago” y “Rifle de repetición”.

La particular dicción y tics del manchego al introducir las canciones y su posterior ejecución electrocutante, las llevaban a otra dimensión, cerrando la interpretación más penetrante que le recuerdo, especialmente sangrante en las nuevas composiciones a publicar, que, atención, prometen un trabajo sobresaliente: “Teléfono de atropellados” y “Camisa hawaiana de fuerza” poseen sus habituales estribillos expansivos y redondos y “Extintor de incendios” es, desde ya, un clásico instantáneo capaz de conmover las entrañas más pétreas. Al borde de la lágrima.

Destacar también el martillo pilón de los Surfin’ Bichos primerizos rescatado, “El crujido del cangrejo”, uno de los momentos más disfrutables y del universo perruno me quedo con la siempre emocionante “Ricardo ardiendo”.

Para el bis, reservó una particular versión de “El nadador” de Radio Futura con un Enric Montefusco (Standstill) soberbio a la voz y la guitarra de Juan Luís Salmerón (La muñeca de sal), y, cerrando ya, “Oración del desierto”, polvorienta y rasposa gracias a la aportación electrizada de un discreto Nacho Vegas, a las formas de su pasado en Manta Ray.

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