Conciertos

Cooper – Sala El Sol (Madrid)

Que Cooper deberían jugar en otra liga, al menos en lo tocante a nivel de dividendos y público,  es algo evidente, pero a estas alturas al leonés Alejandro Díez el éxito o el reconocimiento comercial es algo que ya tiene superado. Álex es de los tipos que hace mucho tiempo decidió que iba a hacer las cosas a su manera, siempre fiel a sus principios musicales, culturales y estéticos, sin preocuparse de si el «Show Business» le va bien, mal o regular. Los resultados están ahí; su inapelable carrera con su anterior banda Los Flechazos y su posterior, y la que hoy nos ocupa, etapa actual con Cooper, con una colección de discos (todos en el sello Elefant Records) repletos de canciones que, con el paso del tiempo, han pasado a convertirse, en algunos casos, en himnos generacionales.  Puede que por eso, sabedor de que ha marcado ya a varias generaciones, embarcará a su banda en la anterior «Gira del Aperitivo«, conciertos claramente orientados a los que, además de gastar canas, ya tienen descendencia, mucha de la misma en edad de poder empezarse a fijar en la música, dicha gira fue todo éxito de afluencia, colgando el cartel «sold out» en la mayoría de salas.

Tocaba volver a la noche, al lugar que viven los búhos que odian el Sol, aunque no hacía falta esperar a que las doce dieran en el reloj, ni a que la sala El Sol fuera el Scoth St. James para buscar la acción y bailar. Tocaba la hora de presentar UHF, su nuevo trabajo, un mini L.P de seis temas que a las pocas semanas de salir a la venta ya está agotado, como el propio Alejandro se encargó de recordar al poco de comenzar el concierto, delante de un público fiel, al que también hizo referencia el cantante y guitarrista: «A las primeras filas os vamos conociendo, os vamos a dar un premio».

El primer bloque del set comenzó precisamente  con el corte que cierra UHF, «Nosotros», Power Pop «nuevaolero» en la onda del primer Elvis Costello con la voz en plena forma, el cuarteto continuó con otros dos clásicos de la formación: «El Sur», perteneciente al single Días de cine (2006) y «El Círculo Polar», del E.P Lemon Pop (2008), para continuar con otra de las nuevas, «Entre Girasoles» y «Saltos de Esquí del disco Mi Universo (2011).

«Bengalas» fue la siguiente canción del nuevo repertorio, para continuar con dos de sobra conocidas por los asistentes; «Hyde Park» y «Buzo», ampliamente coreadas por los fans más entregados, a partir de ahí, y con la maquinaria totalmente engrasada, el concierto fue a más en todos los sentidos. Certeros comentarios y bromas de Alex, sin echar a perder el ritmo del concierto, para presentar algunos de los temas, como en el eléctrico hit de «Hipsters», a colación de los inservibles espejos de los camerinos de la mítica sala El Sol, llenos de pintadas y pegatinas de los grupos que por allí pasan, la dedicatoria a los mods callejeros de «Brick Lane» o el siempre emotivo recuerdo del porqué escribió «Carrousel».

Y es que Cooper tienen la virtud de ejercer ampliamente su profesionalidad a la hora de ejecutar sus trallazos pop, sin perder (o al menos eso parece) un ápice de la ilusión de los grupos amateurs y que elevan esto de la música a un estatus diferente a lo que suele entender la mayoría de la gente.

Ya en los bises (hasta dos veces salieron) tuvieron tiempo de invitar a Fausto (The Wynneris, entre otros) y a su flamante guitarra Rickenbacker a tocarse un tema, casualidad o no, unos días atrás un servidor había pensado que el comienzo de UHF se antojaba muy Wynneris. «Rabia», «Cierra los Ojos», «Mi Diario» o el inevitable e imprescindible, para muchos, recuerdo a Los Flechazos con «Quiero regresar» fueron de los últimos cartuchos del concierto.
No pude remediar regresar a la húmeda calle pensando en que Cooper lo habían vuelto a hacer, habían dado un concierto único e irrepetible, de los de enmarcar y recordar. Enormes siempre.
 

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