DCODE (Campus Universidad Complutense) Madrid 07/09/19

Al aterrizar en la novena edición del DCODE, celebrado en el Campus de la Universidad Complutense de Madrid este sábado 7 de septiembre, me chivaron que Carolina Durante sufrió problemas técnicos durante todo el concierto (¡hasta tres momentos críticos destacados!), algo que terminó provocando el enfado de la banda, que supo agradecer al público su presencia a esas horas tempranas, y también que se supieran enterita la canción de “Cayetano”, himno afectado por uno de los cortes. Por otro lado, y centrada en las afirmaciones y declaraciones de la audiencia más entregada del DCODE, es fácil imaginarse que La Casa azul hizo bailar a madres y padres con sus retoños, y Viva Suecia puso a tono a todos los indies trasnochados, -a estos últimos los reconoceréis por llevar gafas de sol en la noche-. Entremedias fue el turno de Picture This y St. Woods, aunque prefiero abstenerme de profundizar, ya que no pude escuchar la totalidad de sus directos, prefiero confesarlo antes que soltar cualquier barbaridad que distorsione lo ofrecido por ambas formaciones, y ponga en riesgo mi criterio.

El escocés Gerry Cinnamon apareció solo con su guitarra ante el público, su folk honesto y divertido le basta para llenar el amplio escenario, sin olvidar las originales proyecciones donde su figura, hombre con boina y gafas de sol, se entremezclaba en una doble exposición con figuras cibernéticas futuristas.

El sonido no acompañó de nuevo a varios de los grupos que se dieron cita en el DCODE, uno de ellos fue Tom Odell, cuya propuesta tampoco resultó atractiva para la mayoría del público, además, antes de cerrar la actuación tocó el “Imagine” de John Lennon (muy original…), para dar paso a su canción más famosa, “Another Love”, que sirvió como telón para varios stories y directos de Instagram.

El concierto de Anteros se vio deslucido también por los problemas de sonido ya mencionados, donde batería y bajo estaban tan altos que llegaban al punto de la distorsión y a tapar la voz de Laura Hayden. Con estos antecedentes, a Miss Caffeina no le resultó difícil hacer bailar a todas y cada una de las personas allí congregadas, tanto a súper fans, fans, seguidores de raso y público en general. Todos se sabían más de una de memoria. Oh Long Johnson (2019) es el disco que lógicamente marca sus directos, un trabajo que supone un paso adelante más dentro de la banda madrileña, aunque les sigue faltando una pequeña obra maestra, en cualquier caso, «Reina» o la propia «Oh Long Johnson» suplen con creces la carencia de ese gran disco que siempre está por llegar. En clave de fiesta, cerraron su concierto con el “Freed from desire” de Gala, pero no una versión cantada por ellos, si no cantando por encima de las voces, lo que confirmó mi teoría de que parecía que estuvieran cantando por encima de sus propias canciones (y posibilidades) en una suerte de karaoke.

Por fin, después de siete años, pude cumplir mi deseo de ver a Eels en directo… Siete años generan mucha expectativa, demasiada espera. La banda de Mr. E y el propio Everett saben lo que hacen, su música está en perfecto equilibrio, al igual que su sentido del humor que no cesa desde el primer momento, cuando empiezan con la banda sonora de Rocky o presenta a los componentes del grupo. Escuchar la voz de Everett produce una sensación cercana al ASMR, su voz como un disco antiguo suena igual que en sus grabaciones. Se dejó muchas pero no faltó “Souljacker, part I”, “Novocaine for the soul”, “Prizefighter” o “The look you give that guy”, ay, suspiro. Si no os gusta su música, por lo menos acudid a leer a Mark Oliver Everett, el nombre real detrás de Mr. E, autor de Cosas que los nietos deberían saber, y cuyo padre, el físico cuántico Hugh Everett, formuló por primera vez la teoría de los universos paralelos, imposible no citarlo en Stranger Things. Como anhelo particular, tendría que ver a Eels en concierto único dentro de una pequeña sala, de momento me gusta más estar en la tranquilidad de mi casa con ellos de fondo.

The Cardigans, inmerecidamente por encima de Eels en el cartel de DCODE, traían ecos de su gira por el veinte aniversario de Gran turismo que arrancó el pasado diciembre en Manchester. También podrían haber titulado ese tour como “Nada nuevo bajo el sol”, y es una pena, porque la formación escandinava siempre supo hacerse muy bien la sueca a la hora de fijar un estilo, y esquivar así las siempre incómodas etiquetas, gracias a eso hicieron discos para el recuerdo como Life (1995), y hits aún soportables como «My favourite game», incluido en la gran excusa para la ocasión, Gran turismo. Al menos nos regalaron “Lovefool”, transportándonos a más de un buen año donde Matt Bianco, Swing Out Sister o The Cardigans eran capaces de renovar el pop más bailable y ligero sin perder profundidad, más o menos como Caravan Palace, protagonistas del día también, aunque lo suyo sea menor y más centrado en una evolución del electro swing, digna y muy bailable, pero algo menor.

El momento vuelta a los noventa lo aproveché para recargar energías, me encantan cómo huelen todos estos puestos de los festivales, es parecido a una buena verbena, una se podría alimentar de la condimentación que hay en al aire. Como estoy curtida en esto sé que la opción wok es infalible para salir rápida del paso, los puestos de pizza y hamburguesas siempre van a estar a rebosar. Esta vez, gracias al privilegio que me concedía la pulsera de prensa, no tuve que pasar por la penuria de las interminables colas y me di el capricho de pedir una hamburguesa… Suerte que no la pedí doble, porque os contaré lo que me sucedió al final del relato.

El “All tomorrow’ s party” de The Velvet Underground anunciaba la llegada de Amaral, cuyo escenario estaba decorado por una pared poliédrica guardando la estética de su último trabajo: “Salto al color”, estrenado un día antes del DCODE. La veteranía es un grado y Amaral ha creado auténticos himnos, enormes en la voz de Eva, y cantados por todo el público presente. Después de 21 años desde la publicación de su primer disco, siguen arriba y coreadísimas canciones como “Living Las Vegas”, “Cómo hablar”, “El Universo sobre mí” o, el broche final, “Hacia lo salvaje”, que sirvió de paso para enviar un mensaje muy claro: “A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar”, efectivamente, son tiempos de galopar. Nuevos temas como “Juguetes rotos”, “Bien alta la mirada” o el primer single “Mares igual que tú” funcionaron a la perfección en un concierto que fue un perfecto recorrido por toda su obra, tal y como lo son un poco la temática y las músicas de Salto al color, donde puedes volver tu oído y tu corazón hacia ‘Voy a acabar contigo’, ‘Subamos al cielo’, ‘Estrella de mar’… Escuchándo la voz de Eva me vino de repente un recuerdo de la infancia algo olvidado, donde iba cantando y tarareando “Rosita” por los pasillos del colegio, era cuarto o quinto de primaria. Siendo muy, muy fan de Amaral, hace años sin embargo que no oigo sus discos porque se quedaron grabados en mi cabeza. Mi camino con ellos se dividió en Hacia lo salvaje… Tal vez ha llegado la hora de sumergirme nuevamente en ellos, como la nadadora de Salto al color.

Bueno, os voy a ahorrar el trabajo de saber cuántas veces repite Eva “mares” en su canción “Mares igual que tú”, veintitrés veces. De nada.

¿Recordáis la hamburguesa que me comí? ¿Y os imagináis cómo se llamaba el puesto? Pues la pedí en Santa Rosalía y me sentó MALAMENTE. No es broma, me marché después del concierto de Amaral en el que llevaba media hora pasándolo mal y al borde del sudor frío…

¿Es acertada la tendencia de transformar la música en vivo en una continua hora punta, en una eterna operación entrada y salida de vacaciones? ¿No estamos perdiendo algo importante al querer abarcar horarios tan extensos? Las mentes perversas y a la vez inteligentes que quieren tener allí al público desde primera hora, merecen un análisis aparte. Al menos, desde la exigente vida de la periodista musical, es agotador estar en un recinto tanto tiempo… Te sientes como un pequeño poni dando vueltas por allí.

¿Os fijasteis en que los horarios del DCODE alternaba un grupo nacional con otro internacional? ¿Casualidad o serendipia? ¿Ha llegado la gentrificación a los festivales? ¿Seguiremos dando de comer a los grupos ingleses que ya nadie escucha? ¿Cómo afectará el Brexit a todo esto?

Foto Instagram DCODE

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