Fangoria – Absolutamente (Warner)

Ir a por libre significa pasar de todo, menos de aquello que hace que uno sea como es. Alaska y Nacho Canut saben que lo suyo es suyo y de nadie más, aunque reconozcan los vasos comunicantes que les hacen ser como son. Por ello grabar Absolutamente bajo la producción de Tony James y Neal X, de los grandes Sigue Sigue Sputnik, no era un simple antojo. Se trataba de una lógica comunicación en la que intercambiar una visión del pop ajena a la falta de imaginación.

El resultado de esa realimentación se antoja variopinto, quizás muchos se rasguen las vestiduras al escuchar el disco. Ocurre que en algunos de los trece títulos del disco, en los que el dúo gira en torno a su imaginario y resume el espíritu que siempre les ha acompañado, se extraña la contundencia de unas composiciones basadas en esos estribillos embriagadores que saben firmar. Esto ¿es bueno o es malo? Depende de cómo se aprecie, el álbum suena a transición. Porque aunque permanezcan esos guiños sentimentales de desamor, arrebato, reflexión, venganza y distancia que son constantes en Fangoria, se distingue cierta contemplación, como si se estuviese a la espera de algo o como si se esto se hubiese hecho antes de tiempo.

La voz de Alaska, que por momentos recuerda a la enigmática Amanda Lear, da un paso adelante en su registro y presenta matices que, sean carnales o emocionales, muestran a una mujer más expuesta al “o te gusta o no” que nunca, lo cual es realmente bueno en un panorama de medianías pop como el que nos ha tocado. Pero es en el terreno melódico donde da la impresión de que falta algo, donde se echan de menos esos puntos y esos estribillos tan certeros que tan bien se les ha dado hacer. No es que Absolutamente, nombre que por su forma y contenido les asocia al universo de Pet Shop Boys, no tenga esa opulencia melódica, lo que pasa es que da la sensación de que por momentos parece estar a punto de despegar. ¿Y alza vuelo? No en todo el disco, pero sí en momentos que muestran las virtudes del dúo.

Veamos, “Lo poquito agrada y lo mucho enfada” muestra lo dicho acerca de la voz de Alaska, esa versatilidad que sin perder su registro habitual asoma matices que la enriquecen. Poco después llegan dos puntos álgidos: “Con los ángeles” y “Gracias pero no”. La primera recuerda a grandes momentos del dúo como “Misterios” o “Vuelve a la realidad”, mientras que la segunda es un buen ejemplo de pulcritud y resolución que se acerca al “Vulnerable” de Neil Tennant y Chris Lowe.

El resto de este trabajo bascula en aciertos como “La pequeña edad de hielo”, reminiscencias de ficción como “Las Walpurgis te van a llamar”, pinceladas glam o schaffel como “Amanecer dorado” o turbias declaraciones de desamor como “Mi futuro sin ti”, el “Love is a catastrophe” de Fangoria.

Puede decirse que este es un disco dubitativo y desconcertante. Quizás el tiempo desvele tras sus escuchas el punto de equilibrio de Fangoria. Lo que está claro es que es un disco que probablemente no goce de unanimidad respecto a su contenido. Obviamente esto les dará igual, como debe ser. Alaska y Nacho Canut son los que escriben su historia y los que calculan su velocidad.

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