Heineken Jazzaldia 2019 Donostia-San Sebastián 24-28 julio

En los últimos días del pasado mes de julio nos acercamos a Donostia-San Sebastián para asistir a uno de los festivales de jazz más antiguos de Europa y el más antiguo de España, el Heineken Jazzaldia. El conocido como Festival de Jazz de San Sebastián, que cumple este 2019 su 54ª edición, ha visto pasar por sus escenarios a mitos del jazz como Charles Mingus, Ella Fitzgerald, Oscar Peterson, Dizzy Gillespie o Miles Davis, por citar solo algunos entre los numerosos grandes nombres que han pisado el festival.

La jornada inaugural en el escenario de la Playa de la Zurriola corrió a cargo de la cantante folk Joan Baez, que dio su primer y último recital en Donostia. Además fue el penúltimo de su extensa carrera, que arrancó en los años 60 en el Newport Folk Festival y que  diez años después la llevó a tomar parte en el legendario Festival de Woodstock. Pasó por San Sebastián con gira “Fare Thee Wel Tour”, con la que se está despidiendo de su público. Joan Baez estuvo acompañada en el escenario por su hijo Gabriel Harris (percusión), Dirk Powell (mandolina, guitarra, bajo, piano, violín) y Grace Stumberg (voz). Durante el concierto repasó clásicos como “Imagine”, “No nos moverán”, “Gracias a la vida”, “The House of Raising Sun” y “Me & Bobby McGee”. Todo un recital de una cantante que, a sus 78 años, se despidió de San Sebastián deleitando al numeroso público allí asistente.

Acto seguido hizo su aparición Jamie Cullum. San Sebastián ama a Jamie y Jamie ama a San Sebastián; así podría resumirse esta relación que se hace patente cada vez que actúa en esta ciudad. Irrumpió en el escenario acompañado por Tom Richards (saxo, teclado y voz), Rory Simmons (trompeta), Loz Garrat (bajo, voz). Jamie fue un derroche de energía desde el primer segundo del concierto hasta el final, un concierto en el que sonaron temas como “What a Difference A Day Makes”, “Just a Gigolo”, “Sinnerman”… Son muchos los momentos que podrían destacarse, como su interpretación de “Everything you didn´t do”, o cuando subió al piano, cantó y saltó desde el mismo. Su fusión con el público se hizo patente cuando subió a la valla que delimitaba el área de fotógrafos, haciendo que muchas personas pudieran estar en contacto con este gran artista. Podemos decir que Jamie es espectáculo aparte de voz y música.

A día siguiente, jueves, en la Plaza de la Trinidad -un escenario emblemático situado dentro de la Parte Vieja donostiarra-, un doble concierto a cargo de Donny MacCaslin Quintet: Blow, y Maria Schneider & Ensemble Denada , dos de los músicos mas admirados por el legendario David Bowie y que colaboraron en sus últimos discos. Maria compuso para Bowie la canción “Sue (Or in a Season of Crime)” y fue la encargada de presentarle a Donny, con cuyos músicos grabó Blackstar.

Los encargados de abrir la doble actuación fueron Donny MacCaslin Quintet: Blow, grupo formado por el propio Donny McCaslin (saxo), Jeff Taylor (voces), Jason Lindner (piano), Jonathan Maron (bajo) y Zach Danziger (bateria).

El saxofonista californiano, que ya sorprendió con su actuación en la edición de este festival en el año 2017, ha hecho lo propio este año con su propuesta de fusión jazz-rock. Hizo que las guitarras sonaran electrizantes a la vez que al cantante, Jeff Taylor, se le rompía la voz. Ver a Donny tocando el saxo es una maravilla. En general, salvo unos minutos de “locura” de teclados, fue una actuación espléndida.

A continuación llegó el turno de Maria Schneider & Ensemble Denada, orquesta formada por músicos noruegos. Maria es una laureada directora de orquesta y compositora, ganadora de cinco Grammys, y no por ello deja de ser humilde y sencilla. La puesta en escena me pareció muy elegante, me dejó atónito. Me recordaba a las escenas de esas viejas películas donde aparecía un club nocturno con su orquesta y director al frente. En fin, uno que es nostálgico. Volviendo a la actuación, composiciones como “The Thompson Fields”, inspirada en la granja donde se crió, fueron claro ejemplo de cómo elevar el caché de este festival. Temas como “The Wind“ y  “Home” hicieron las delicias de los asistentes con su música y espectáculo.

Pero la noche nos traería otra sorpresa: Maria Schneider invitó a salir al escenario a McCaslin para interpretar “Sue (Or in a  Session of Crime)”, tema premiado con un Grammy al mejor arreglo. Fue un momento emotivo en el que ambos intérpretes se reencontraron para rendir homenaje a su amigo Bowie.

El viernes tocaba de nuevo doble concierto en la plaza de la Trinidad. En primer lugar aparecieron Joshua Redman (saxo), Ron Miles (trompeta), Scott Colley (contrabajo) y Dave King (batería). Redman es uno de los saxofonistas más carismáticos surgidos en los años 90. Vino a presentar Still Dreaming, un título inspirado por la banda Old and New Dreams, que lideró su padre. El público permaneció estoicamente envuelto en ponchos de plástico ante la persistente lluvia que no dejaba de caer sobre San Sebastián. La actuación comenzó con “Blues for Charlie” dedicada a Haden, fallecido hace cinco años y maestro de Scott Colley. Posteriormente interpretaron otros tema como “Walls and Bridges”, rindiendo también tributo a Don Cherry. Un buen concierto en el que destacó la gran sintonía entre Redman y Miles.

Seguía cayendo la lluvia en la ciudad, pero no por ello paraba el espectáculo, Show Must Go On. He de decir que me encontraba impaciente esperando a la siguiente banda, para mí una de las grandes sorpresas de este festival; los había visto en otro escenario y me agradaron enormemente. Hablo de Unspeakable Garbage, grupo formado por Moppa Elliot (bajo), Bryan Murray (saxo), Nick Millevoi (guitarra), Ron Stabinsky (piano) y Dan Monaghan (batería).

La lluvia no les impidió salir enchufados. El bueno, el feo, el malo, el estudiante y, luego, el pianista. No voy a desvelar quién es quien, excepto el pianista, que es obvio. La música de estos chicos es fiesta, combinando jazz con rock. Interpretaron “Drumore”, “Bethlehem” y temas extraídos de la banda sonora de Rocky IV, entre otros. Se nota que se lo pasan bien y que quieren que la gente haga lo propio.  Para la introducción al tema “Punxsutawney” hicieron referencia a un pueblo en Estados Unidos en el que predicen el fin del invierno y la llegada de la primavera con una marmota. Sí, esa película en la que a Bill Murray le pasaba día tras día lo mismo, un infierno. Pero el concierto no fue un infierno, más bien todo lo contrario. Aunque a los más puristas del jazz les pudiese parecer una salvajada, también hay que decir que no todo lo que suena en este festival es jazz. El Escenario Verde de la Zurriola sería ideal para este grupo; a modo de sugerencia…

Y llegamos así al sábado. Seguimos en la Trini. Y más lluvia sobre Donostia, el famoso sirimiri que no moja pero cala. Era el momento de Houston Person Trio, con Houston Person (saxo tenor), Ben Paterson (órgano) y Willie Jones III (batería). A sus 84 años, Houston Person es uno de los grandes veteranos del saxo tenor. Ha grabado 75 discos con su propio nombre, además de los realizados en colaboración con Don Ellis, Cedar Walton, Etta Jones, Lena Horne, Horace Silver y otros destacados intérpretes. Su música es jazz del de toda la vida, al menos es lo que yo creo. Un poco de paz y tranquilidad después de la noche anterior, que había resultado algo más movida con Unspeakable Garbage. Dentro de un repertorio lleno de baladas y temas más clásicos, sonaron piezas como “Sunny’, ‘What a Diffrence a Day Made”, ”Only Trust Your Heart”, una inolvidable versión de “The Way We Were”,  y para terminar  «Do Nothin’ Till You Hear».

Tras ellos le tocaba cerrar el sábado a Diana Krall (piano, voz), que venía acompañada por Robert Hurst (contrabajo), Karriem Riggins (batería) y, como artistas invitados especiales, Joe Lovano (saxo) y Marc Ribot (guitarra). Esta ganadora de varios Grammys procede de una familia de músicos canadienses y de muy joven logró una beca para estudiar en Boston. En 1993 publicó su primer disco, Stepping out, y a mediados del pasado lanzó su último trabajo, Love Is Here To Stay, con el veterano Tony Bennett.

El domingo era un día importante por la entrega del premio Donostiako Jazzaldia a John Zorn de manos de Miguel Martín, director del certamen. Tras la ceremonia, Zorn ofreció su segundo concierto en esta edición en el Auditorio Kursaal.

De vuelta a la plaza de la Trinidad, llegamos a la clausura del festival con otras dos actuaciones: en primer lugar Charles McPherson Quartet, y posteriormente Silvia Pérez Cruz-Javier Colina-Toquinho. 

El cuarteto de McPherson está formado por el propio Charles McPherson (saxo alto), Bruce Barth (piano), Mark Hodgson (contrabajo) y Stephen Keogh (batería). McPherson inició su biografía musical trabajando con el gran contrabajista Charles Mingus desde 1960 hasta 1972. Posteriormente, ha realizado giras por todos los continentes, actuando como líder o colaborando con artistas de la talla de Lionel Hampton, Wynton Marsalis, Dizzy Gillespie, Randy Brecker y muchos otros. Fue asesor de jazz de Clint Eastwood cuando éste dirigió la película Bird, una magnífica biografía del genio del jazz Charlie Parker, e interpretó todas las partes de Parker en la película. En la actualidad, Charles McPherson sigue siendo uno de los nombres importantes de la escena del jazz internacional. Otro miembro destacado del cuarteto es Bruce Barth, un extraordinario pianista que ya ha estado antes en el Heineken Jazzaldia como líder de sus propios grupos.

Charles McPherson me encantó con esa puesta en escena elegante y su forma de tocar el saxo, una delicia para los oídos. Bruce Barth, un pianista que cuando sube al escenario se vacía. Mark Hodgson, un contrabajista que siente la música y disfruta de ella. Y Stephen Keogh, a los mandos de su batería,  que no abrió los ojos mientras la hacía sonar; eso es tocar de memoria y sentir la música. Abrieron su actuación con “What Is This Thing Called Love?” de Cole Porter, que dedicó a su hija, para terminar con “Lover” de Rodgers & Hart. Sonaron también temas como»Nature Boy», que como se encargó de recordar el saxofonista la popularizó en 1948 Nat ‘King’ Cole,  y “Off Minor”.

Finalmente, el último concierto del 54 Heineken Jazzaldia estuvo protagonizado por  Sílvia Pérez Cruz (voz), Toquinho (guitarra, voz) y Javier Colina (contrabajo). Este trío fue un éxito e hizo que el público que acudió al festival lo acabara con un muy buen sabor de boca y olvidase esos días de lluvia incesante que cayeron sobre Donostia-San Sebastian.

El primero en aparecer en escena fue Toquinho al mando de su guitarra. En su repertorio no faltaron sus temas más conocidos como su famoso “Aquarela”. Tras él, Silvia Perez Cruz y Javier Colina protagonizaron una actuación basada principalmente en su disco conjunto En la Imaginación. Posteriormente, a lo largo de la noche, pudimos ver a Toquinho con Silvia y también a los tres tocando juntos. Se pudieron escuchar temas como” Samba en preludio”, “Ella y yo”, “Ojos verdes”, “The sound of silence”, ”Chega de saudade”, “Eu sei que eu vou te amar” o “Carinhoso”.

Un buen concierto entre la guitarra de Toquinho, la voz de Silvia y la magia de Javier que sirvió como estupendo cierre de esta nueva edición del Heineken Jazzaldia.

 

 

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