Jesse Malin (Wurlitzer Ballroom) Madrid 10/03/16

Outsiders World Tour 2016 es la gira que está llevando por Europa y su propio país al neoyorkino, Jesse Malin. En la misma se hace acompañar por unos amigos que se encargan de ir calentando el escenario para el líder de D Generation.

Pasadas las 22:00 y con una sala Wurtlitzer Ballroom con un aspecto algo más que “desangelado”, salía al escenario, armado con una guitarra acústica enchufada por línea, el jovencísimo, Trapper Schoepp, un artista del que muy poco o casi nada, sabemos de él por aquí. Por lo que él mismo contó y lo que pudimos averiguar, normalmente se hace acompañar de su banda, The Shades, pero para telonear a Jesse Malin va en solitario.

El de Milwaukee estuvo poco más de veinte minutos desprendiendo luminosidad y buenos temas de Rock Americano en formato “desenchufado”, entre los que destacó, “Run Engine Run”; un tema autobiográfico (como él mismo explico) sobre el último regalo que su abuelo le hizo, un Mercedes Benz del 64. Para la última canción se subieron al escenario los siguientes invitados de la noche, Don Dilego & The Touristas, acompañando al joven Trapper en lo que sería la presentación de lo que se avecinaba.

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Don Dilego, además de ser un gran amigo de Jesse Malin, es uno de sus más estrechos colaboradores en la actualidad, ayudándole a componer en algunas de sus canciones e incluso produciéndole. Don es el culpable del sonido del excelente último trabajo de Malin, Outsiders, (reseñado en esta casa) y miembro fijo de su banda, desde hace seis años. Mientras Trapper terminaba de marcharse del escenario, prácticamente sin darnos cuenta, ya estaban Don Dilego & The Touristas al completo descargando lo que son palabras mayores sobre las tablas del Wurli. Americana o, como lo califican los medios británicos, “Alternative Country”, con una pegada eléctrica lo suficientemente Punk como para desentumecer a un público lo no suficientemente engrasado, a pesar de la hora. Temas con regusto a Power Pop, como: “Falling in to Space” o “Drive by Pirates” destacaron sobre los demás, precediendo a una estupenda y emotiva versión del “You can´t put your arms around a memory” de Johnny Thunders, que coronó una actuación breve, concisa y certera, como debe ser.

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Rozando la medianoche, comenzaban a sonar The Pogues por los monitores, y salía al escenario Jesse Malin acompañado del que recién acababa de dejar el escenario, Don, esta vez al bajo. El neoyorkino, sin pensárselo dos veces, abandonó el escenario del Wurli, para, micro en mano, correr como un histrión por toda la sala, que a esas horas ya estaba casi al completo. Buen comienzo de actuación, que bien podría haber servido para sentar las bases de una actuación energética sin paradas, no fue así, al neoyorquino le dio por su lado más intimista en algunos tramos de actuación, dotando, además a muchas canciones de introducciones y “speeches” demasiado largas para el que esto suscribe y para cualquier aficionado impaciente por escuchar muchas de las excelentes canciones de la carrera del “Punk Rocker”.

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Hubo de todo, diatribas contra las grandes marcas y corporaciones que dominan el Mundo, lamentos porque todas las grandes ciudades parecen iguales, pero también, a pesar de todo, hubo tiempo para temas como: “She don´t love me now”, “Addicted”, “Wendy”; de su recién reeditado disco, The Fine Art of Self Destruction (2003), “Hotel Columbia”, “Death Star” con la que las dudas de, si había venido acompañado por la sección de vientos para esta gira; quedaron disipadas al ver salir de los camerinos al saxofonista y trompetista, e incluso una versión de The Pogues, “If I should fall from grace with God”.

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Ya, para el final, lo que es, sin duda, el hit de su último trabajo, el “pildorazo”, “Turn up the mains”, y “All the way from Moscow” del disco, Love it to life (2010). En los bises, una festiva revisión del “Rudy can´t fail” de The Clash, y “You know it´s dark when atheists start to pray”, también de su último disco. Jesse Malin no sólo certificó un concierto que hubiera sido de diez, de no ser por las comentadas paradas, también certificó que la silueta de Joe Strummer, que adorna su guitarra, no es gratuita, Jesse lo que de verdad quería ser de mayor era cantante de The Clash.

 

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