Maple – Sala [2] (Barcelona)

 
5 años son suficientes para que tu vida cambie de manera incontestable. Has dejado tu trabajo en infinidad de ocasiones y has empezado historias nuevas pensando que eran las definitivas, has visto morir a familiares y has visto nacer a otros, tus amistades no son las mismas, perdiste a algunas que te emocionaban con su sola presencia y ahora pasas el tiempo intentando sentir cosas que ya no sientes, tus gustos musicales se han vuelto locos y cuando haces balance, te das cuenta de que un lustro de vida es demasiado tiempo para casi todo.
Pero si algo se mantiene intacto al paso del tiempo es la vigencia de algunas canciones y grupos. Maple construyeron en los primeros años de este siglo un legado sencillo y sin pretensiones dónde el denominador común era la emoción de su música y sus letras. Por eso, la sala [2] del Apolo presentaba un ambiente inmejorable para celebrar la reunión de estos 5 amigos que un buen día decidieron dejar de serlo para tristeza de sus innumerables seguidores.
A pesar de un sonido poco adecuado, el objetivo de recuperar aquellas sensaciones fue cumplido con creces. Maple sorprendieron acudiendo en muchas ocasiones a sus viejas canciones perdidas en los ep´s «Rebecca Believes» y «Oceane». Así, escuchar «Hassle«, «Mad«, «Bitter Smell» o «Save Me» fue un regalo aunque, como bien se encargaron de recordar, la falta de la 2ª voz original (Gerard) hacía que alguno de esos temas quedaran cojos. 
Ya más cercanos a sus últimos directos allá por 2004, las clásicas «It´s the time of your life«, «For You» u «On the bright side» nos recordaron la energía mágica que Maple desprendían encima de un escenario. Contundencia abrasiva en la sección rítmica, guitarras imaginativas contestándose una a la otra, y la voz y presencia de Laura Gómez por encima de todo, una voz que tal y como pasaba hace 5 años, sigue poniendo los pelos de punta y encogiendo corazones.
La anécdota llegaría en la interpretación de «Arrepentida y sola«, su único tema en castellano, editado en un vinilo transparente por el sello alemán Strange Fruit. La letra decía algo así como: «No sé porque me fui, ya no puedo cambiarlo«. En este 2009, la letra ha mutado, pasando a ser: «No sé porque me fui, ahora puedo cambiarlo«. Sin lugar a dudas, una puerta abierta de par en par a la vuelta del grupo. El tiempo dirá, pero tengo la sensación de que no habrán de pasar otros 5 años para que tengamos noticias de ellos… Que bien.

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