U2, caos sin precedentes. Despropósito organizativo en Madrid, Barcelona y San Sebastián

Pues nada, tres conciertos tres, y todo vendido en tan solo unas horas en un hecho clasificado como “sin precedentes” por la organización. Lo que está claro es que la banda irlandesa más importante de todos los tiempos, U2, tocará el próximo mes de agosto en Barcelona, San Sebastián y Madrid con un lleno absoluto. Alrededor de ciento cincuenta mil gargantas afortunadas se darán cita en los estadios españoles para acompañar al carismático grupo en su nueva gira: Vertigo Tour 2005. Son muchas más, en cambio, las que se han quedado con un “palmo de narices” tras horas, horas y horas de espera. Y es que es lógico cuando se trata de U2. Nadie tiene tanto poder de convocatoria, entre otras cosas porque son muy pocos los que llegan al nivel del cuarteto dublinés a la hora de enfrentarse a un directo.

No es fácil conseguir una entrada, eso se sabe. Siempre hay gente que madruga más. Hay que contar también con que los tíckets se ponen a la venta en “toda España”. Todo esto forma parte del “fairplay deportivo” de quien va a comprar una entrada para un concierto de estas características, está claro. Sin embargo, ¿todo el mundo cuenta con estos factores? Es evidente que no. Todos menos la organización. La página web de Doctor Music, la promotora, rezaba esto tras la venta de tíckets para el concierto de Anoeta: “Tal y como se preveía, la venta de entradas para este concierto, al igual que en Madrid y Barcelona, ha sido un éxito sin precedentes en nuestro país”. La palabra sin precedentes lo justifica todo, claro. Al fin y al cabo, ¿cómo podían imaginarse tal disparate y poner más medios para que el caos no llegara a producirse? Es más, el “éxito” es triple si tenemos en cuenta que las entradas de Barcelona se vendieron antes que las de Madrid y las de San Sebastián antes que las de Barcelona, ¿no?. Es increíble como algunos pueden ponerse medallas y denominar éxito al rotundo fracaso organizativo. El éxito sólo puede atribuírsele a U2 y a su poder de convocatoria, eso es “blanco y en botella”.

Y, si no, ¿Por qué en el Reino Unido se han vendido 256.000 entradas en tres horas, en Bruselas 53.000 en menos de cuatro horas o en Viena 55.000 en setenta y cinco minutos? Muy fácil, porque había medios para ello. Sin ir más lejos, en esta última ciudad se habilitaron 372 puntos de venta, 25 centros de venta telefónica y una página web. Parece que además de todo eso los servidores funcionaron, ¡increíble! Aquí eso no puede pasar hasta dentro de unos años porque seguimos en la “España de tortilla y pandereta”, donde vemos como un gran triunfo el hecho de que se vendieran casi 54.000 entradas en nueve horas, 80.000 en ocho y 40.000 en seis horas. Señores, se podía haber tardado mucho menos porque había demanda como para que se agotara cuatro veces la capacidad de todos los estadios, y creo que me quedo corto. ¿Es que acaso es un éxito vender algo cuando la demanda es diez veces superior a la oferta? Lo exitoso de eso sería hacerlo en el menor tiempo posible, no el hecho de carecer de medios para ello. A eso se le puede llamar incompetencia supina y falta de previsión, en todo caso. Que fue un hecho sin precedentes… sí. Pero muy predecible, también. Ya se contaba con cifras vertiginosas de otros lugares del mundo en los que ya se habían puesto las entradas a la venta. Y es que, para más INRI, no es la primera vez que se colapsa el sistema para un concierto en España (véanse el de los Rolling Stones o el de Bruce Springsteen), pues erre que erre, que el sistema es “maravilloso”.

Los de Madrid se quedan sin entradas, “por malos”. El concierto del Vicente Calderón fue el primer evento para el que se vendieron entradas. La caótica organización hizo que en Madrid hubiera solamente dos grandes puntos físicos: Fnac y Madrid Rock, hoy a punto de cerrar. El resultado a horas de espera y colas de más de kilómetro y medio fue el de que en Madrid Rock se vendieran en torno a las novecientas entradas en todo el día y, en Fnac, poco más. En éste último sitio en el que estuve presente el ritmo tan vertiginoso de paso era de unos tres metros a la hora (con un margen de error de +/- 50 centímetros). Eso sí, sólo dos personas en taquilla, una persona de “organización” y dos personas de seguridad. Vamos, que a las cinco de la tarde la cola era la misma que a las diez de la mañana. Por cierto, mintieron al no decir que las entradas se habían terminado a las siete de la tarde y nos tuvieron haciendo cola, por si no eran suficientes doce horas de espera, hasta las ocho y veinte, momento en el que colgaron el cartel de “no hay billetes”. O eso, o no es verdad entonces que las entradas se agotaron en nueve horas sino en diez horas y veinte minutos.

Pues no bastó con eso. Como hubo disturbios ese día, producidos por una organización nefasta, insisto, a alguien se le ocurrió que en Madrid no hubiera un solo punto de venta para adquirir las entradas de San Sebastián, a pesar de que hasta el mismo día 17 (fecha de compra de entradas para Anoeta) figuraban dos tiendas a tal efecto en la web de Doctor Music. Resultado de ello, otra vez madrugar y hacer cola para comprobar que no tienes entradas ni podrás tenerlas. Menos mal que quedaba Internet y la venta telefónica, que debido a su gran funcionamiento fue ¡todo un alivio!

De este hecho al menos tenemos que aprender que hemos sido malos, vándalos, unos exaltados y unos enajenados, que era el término empleado en algunos medios de comunicación tras la venta de entradas en Madrid. Sólo me queda una duda: ¿TickTack Ticket nos levantará el castigo o ya nunca más podremos comprar unas entradas para un concierto en la capital? ¿Tendremos que salir de la ciudad para comprar los tíckets de los conciertos que se hagan aquí? Continuará….

Barcelona, otro fiasco. Era la segunda puesta en escena organizativa para vender entradas en España. Todos estábamos muy nerviosos por comprobar las mejoras de la organización para este no menos fácil “partido”, pero nada cambió. Doctor Music y Tick Tack Ticket salieron a jugar con la misma alineación y perdieron. No estamos hablando de dinero, claro, pero sí en cuanto a la indignación de la gente. De nuevo largas y lentas colas (esto me suena), otra vez fallos informáticos (esto también). Sin ir más lejos en Valencia (por poner un ejemplo), donde la gente tiene el mismo derecho que cualquiera como personas que son, fueron muchos los que madrugaron e incluso no durmieron con la ilusión de comprar una entrada para ver a U2 en el Camp Nou. Cuál fue su sorpresa comprobar que no podrían debido a la maldita informática. Según Las Provincias Digital: “Desde la espectacular cola que recorría varias portales próximos a la Fnac, hasta Amsterdam Discos, pasando por Mediamarkt y los diferentes puntos de venta Tipo autorizados por la productora catalana Doctor Music, la estampa era la misma. Indignación, cólera y, sobre todo, impotencia. En la Fnac, donde las colas fueron más numerosas, la gente comenzó a coger turno en cuanto la tienda cerró su puertas el miércoles. Sacos de dormir, juegos de mesa, sillas… cualquier recurso para combatir el frío invierno que este febrero azota la Comunidad. De 10.30 a 12.30 horas sólo se había vendido medio centenar de entradas. A las 15 horas, algo más de 300”. ¿Dónde he visto yo esto? ¿Habré tenido un déjà vu?

San Sebastián, la gran espantada. Fueron varios establecimientos los que declararon que se retiraban de la venta de entradas para el concierto de Anoeta debido al nefasto sistema habilitado por la organización. El mismo día diecisiete fueron más los que se unieron a la espantada dejando algunas zonas de España sin puntos de venta físicos. Lugares como Madrid, Murcia, o Logroño (entre otros) quedaron abandonados a su suerte con la única posibilidad de intentarlo por Internet o vía telefónica, un auténtico “seguro de vida”.Larioja.com publicó que “la inesperada decisión del establecimiento ‘Tiendas Tipo’, en la plaza Primero de Mayo, de suspender la venta de entradas para el concierto de ‘U2’ en San Sebastián provocó ayer un enorme enfado entre las decenas de jóvenes que se congregaron en la plaza logroñesa para adquirir los pases”. En este mismo artículo, el dueño del establecimiento dijo que “decidió no vender porque estaba dolido tras los fallos que hubo en el sistema informático durante la venta de las entradas para los conciertos de Madrid y Barcelona. «El sistema es un caos», señaló. De hecho, hace unos días, para la actuación del grupo en Barcelona únicamente pudo vender siete entradas”.

Sin embargo, no fueron éstos los únicos sitios que se vieron afectados. En el mismo País Vasco también se dieron muchos casos parecidos. En elcorreodigital aparece reflejado lo siguiente: “Varias tiendas decidieron ‘bajarse’ del espectáculo musical de U2 y no vender las entradas para el concierto que el cuarteto dublinés ofrecerá el próximo 9 de agosto en San Sebastián; la desastrosa experiencia de Madrid y Barcelona les había puesto en alerta. Colas interminables, líneas telefónicas al borde del colapso y el fracaso total del sistema de venta por Internet ‘www.ticktackticket.com’ -la página estuvo bloqueada casi durante todo el día-, ya habían sembrado el malestar entre los fans de la banda de Bono. Ayer, el País Vasco se ahogó en el caos distributivo de los billetes. La historia se repitió. En Bilbao se repartía estopa por todas partes. Los responsables de Power Records expresaron su malestar por el hecho de que la gente «no podía pagar con tarjeta», En Urretxindorra aseguran que en una jornada como la de ayer se «pierde dinero» porque, argumentan, «no vendemos ni un solo libro». ¿Solución? «El mejor sistema de venta es el tradicional, es decir, las entradas en papel, nada de Internet», fue una de las reivindicaciones más repetidas por los tenderos bilbaínos. La tienda Tipo, de Vitoria, también tuvo que soportar la tortura cibernética de un sistema atrofiado. Su dueña, Asun, tan sólo pudo vender 54 entradas después de innumerables intentos de conexión con ticktackticket. com. «La próxima vez que nos manden las entradas en papel. Si esto continúa así, yo me borro». Vamos, más de los mismo.

Dice el refrán que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, nada más lejos de la realidad. La organización de este evento ha demostrado que se puede tropezar las veces que haga falta. Total, las entradas se venden igualmente y las arcas se llenan como si todo hubiera ido sobre ruedas. De todas formas, la noticia que se refleja en la mayoría de medios es queU2 sigue arrasando y la excusa del “éxito sin precedentes” siempre es muy recurrida en estos casos. Si todo eso es así, ¿qué nos importa lo que haya esperado la gente o que no obtengan su pase para el concierto?

Lo que sabemos todos es que esto volverá a repetirse, pueden apostar por ello. ¿Por qué? Pues simplemente por el hecho de que se ha demostrado una vez más que aquí dan igual las pipas que el marisco. Al fin y al cabo, ambos tienen cáscaras.

Por si sirve de algo, ahí van unos consejos para organizaciones venideras: consideración con las personas y con su tiempo, que es muy valioso. Dos o cuatro entradas por persona, según el aforo. Más puntos físicos de venta en las ciudades en las que se produzca el evento. Venta de entradas en los estadios habilitando varias taquillas (lo de Anoeta estuvo bien, pero solo había una), colas numeradas y valladas, varios servidores (por si alguno falla), distintas páginas web y diferentes números de teléfono para una mejor descentralización… y seriedad, mucha seriedad (mediática también).

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