Especial: Annette, la ópera rock musicada por Sparks

El dúo Sparks quería hacer un disco conceptual para interpretar en directo y el director Leos Carax (Francia, 1960) los animó a llevar a cabo una ópera rock para la gran pantalla. Y aquí está Annette. Una película que en lo fílmico se antoja excesiva desde principio a fin. Todo como muy intenso. Pero prepárense porque huele a Óscar que tira para atrás. El guion es tremebundo en su tragedia, preciso en sus actuaciones, teatral en sus ambientaciones, transgresora en su clasicismo y como esto todo lo demás.

Estamos ante un film y una banda sonora que se vertebra alrededor de la historia de pareja con burla al exhibicionismo y el mercadeo del mundo del espectáculo. Los paparazzi, la prensa amarilla, los secretos a voces (con una alusión clara al #MeToo), la cultura de la cancelación, los límites del humor… un día más en las redes sociales o en la televisión de sobremesa.

 

Si nos centramos en su música, al igual que cuando empieza la película hay una voz en off que nos pide no cantar, ni reír, ni bosteza e incluso ni respirar, con la banda sonora pasa lo mismo; requiere de una atención precisa por toda la complejidad simbólica que emana. E igual que Annette necesita más de un visionado, más de una charla post proyección, más de una noche de reflexión para sacarle todo el jugo, con el compendio musical tal cual, porque no son composiciones que entran a la primera, y esa es su grandiosidad.

Estas canciones nos llevan a diferentes estados mentales y nada superficiales, como en “We Love Each Other So Much”, donde Adam Driver que interpreta a Henry McHenry, un comediante que vive una historia de amor con Ann Desfranoux (Marion Cotillard), una prestigiosa cantante de ópera, lo da todo modo balada angustiosa. Cada corte es diferente al otro, pero tienen la estructura clásica de la Ópera-Rock. Y lo mismo te topas con una canción vitalista que con otro golpe con tonalidad oscura, angustiosa y melodramática con el fin de explorar el lado más autodestructivo y patológico del ego y la envidia tanto en las relaciones, como en el mundo del espectáculo. Con ellas, a través de sus letras, intentan mostrarnos sus vidas, sus experiencias vitales, sus anhelos, miedos y sufrimientos.

 

Todos los temas tienen ese deje tan característico del dúo. Así, a priori, “She´s out of this world!”, es una oda barroca llena de falsetes y sintezadores marca de la casa. “So may we start” tan glam, posee un rollo muy Roxy Music. “True Love Always Finds a Way” es oscura para, al momento, regalarnos con “I’m an Accompanist” una balada a piano que deambula entre Brian Eno y Klaus Nomi. “Aria (The Forest)” llega como pieza clásica de ópera en las voces de Marion Cotillard y Catherine Trottmann. La muy simbólica “Six Women Have Come Forward” bien podría ser algo de The Penguin Café Orchestra.

Provocadora y ardiente “You Used to Laugh” con Sparks al alimón de Adam Driver dejando caer ese aire glam-rock que tanto pulula. Cuando toca el turno de “Girl From the Middle of Nowhere” Marion Cotillard baja de decibelios y nos entrega una balada modo Björk años 90. “Let’s Waltz in the Storm!”, no es un vals; es una tormenta y tiene su sentido en el argumento. “We’ve Washed Ashore – Baby Aria (The Moon)” rememora al Black Star de Bowie, y eso es muy de agradecer. Cuando llega “Premiere Performance of Baby Annette” estamos en el momento en que sabemos que la ópera-rock va viento en popa. El último número y, por ende, track de la obra es “Sympathy for the Abyss”, épica como ella sola y con la voz así como muy de bajar el tono de Adam Driver y Devyn McDowell para cerrar el conjunto. ¿La veremos sobre los escenarios? No sé qué deciros, es compleja y necesita un sobreesfuerzo, pero en el show-bussines nada es descartable. Sobre todo si tiene éxito en taquilla.

 

Como decimos, los que están detrás de la soundtrack de Annette son Sparks, una banda surgida en Los Ángeles a principios de los 70, que siempre han destacado por sus letras inteligentes, sofisticadas y divertidas, por la voz operística de Russell, y por ese buen ramillete de canciones melódicas y experimentales. Tras lanzar su primer álbum homónimo en 1972, se mudaron a Londres donde publicaron el que los llevó a la fama, Kimono My House. Su último disco, Hippopotamus de 2017, los llevó al Top 10 en Reino Unido.

Escucha las canciones de Annette de Sparks

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