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King Hannah – Big Swimmer (City Slang)

Dicen que el segundo disco es el más difícil. Pues bien, el dúo liverpuliano King Hannah sorprende regalándonos una de las joyitas de 2024. Y es que a través de las canciones de Big Swimmer la voz fascinante y aterciopelada de Hannah Merrick navega con elegancia por las mareas de sonido y distorsión de la guitarra de Craig Whittle demostrando que, a la vez que nos recuerdan a grandes como Neil Young, PJ Harvey, Kurt Vile o su amiga Sharon Van Etten, consiguiendo mantener un sonido auténtico y personal, y sobre todo una voz propia. Para sonar así de auténticos a través de un sonido en bruto que se asemeja más a un concierto en directo, han contado con el productor Ali Chant (PJ Harvey, Howe Gelb).

Abren con la fascinante «Big Swimmer» con la que nos animan a no dejar de nadar nunca y seguir intentándolo, a través de una melodía folk perfecta en la que podemos apreciar la armonía vocal de Hannah y los certeros riffs de la guitarra de Craig acompañados por la inconfundible voz de Sharon Van Etten. Una dualidad que se ha convertido en el sello distintivo del grupo, creando ese equilibrio de momentos introspectivos con los versos susurrados de Hannah en la intimidad propia del estudio, con pasajes más enérgicos y riffs afilados propios de un directo. En «New York, let’s do nothing», Whittle despliega todo su virtuosismo eléctrico a lo Neil Young acompañando el discurso “storyteller” de la cantante, muy en la línea de Dry Cleaning. Sin duda, uno de los temas más redondos y vibrantes del disco gracias a su maestría electrizante.

«The Mattress» se cuela como un instante mágico e íntimo con una embriagadora y sensual voz para romper a continuación en una amalgama de guitarras afiladas y emotivas, reflejando ese contraste de luz y oscuridad que caracteriza el estilo de la banda para mostrar la dicotomía entre romanticismo y rabia. La misma rabia que plasman en «Milk boy (I love you)», una brillante canción en la que relatan un altercado que presenciaron en Philadelphia entre un hombre que amenaza a su hijo como si se tratara de una escena cinematográfica, valiéndose de una batería potente y repetitiva para generar ese desconcierto y el ritmo asfixiante marcando el camino con la línea de bajo incesante y la tensión de la guitarra.

Los cortes de mayor duración rozando los más de siete minutos llegan con la balada elegante y sobria de «Suddenly, your hand» a lo “spoken word” meditativo para pasar a la tormenta eléctrica muy a lo Crazy Horse en «Somewhere near el Paso» en la que la voz pasa a un segundo plano para crear ese intimismo eléctrico de la mano de Craig que enreda su guitarra potente en un shoegaze lisérgico con aroma western.

También se atreven a rescatar la atmósfera post-grunge recordando a los primeros discos de PJ Harvey, como plasman en «Lily Pad», con la dulce pero personal voz de Hannah que apoya todo el peso en la guitarra distorsionada y la potente batería. A continuación cambian de registro completamente con el pop fresco y pegadizo de «Davey says” plasmando la perfecta armonía de los dos miembros de la banda, donde podemos respirar influencias folk como si se tratara de un dúo entre Courtney BarnettKurt Vile que tan bien saben crear ese buen rollo, para volver de nuevo al sonido sureño con un corte instrumental de transición, «Scully». Así vuelven a regalarnos en el siguiente corte “This wasn’t intentional”, inspirado en el célebre film ‘Aftersun’ de Charlotte Wells, uno de los momentos más dulces y sensibles con la voz susurrante y aterciopelada de nuevo de Merrick junto a Sharon Van Etten, que encaja con sus coros a la perfección dentro de la ambivalencia romántica, creando una preciosa melodía pasional y decadente que emociona con el sentido riff que acompaña. Una joyita para los sentidos.

Finalizan con la preciosa balada folky «John Prine on the radio», donde podemos sentir esas cuerdas limpias y mágicas en un dueto perfectamente conjugado, dulce y perfecto. Big Swimmer es un diamante en bruto que se va puliendo y crece con cada viaje emocional que nos ofrecen, aunando en perfecta conjunción todo el sabor americano con la elegancia británica. Un disco maravilloso que conjuga una voz hermosa, unas guitarras afiladas y una sobria producción: ‘Cause I’m a big swimmer/ And I’ll swim at anything /‘Cause if I want it, I’ll go/And if I want it, I’ll go.

Escucha King Hannah – Big Swimmer

 

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