La Niña Hilo

Quizás, si fuéramos de Londres, Escocia o Finlandia lo tendríamos más fácil, pero somos realistas y sabemos que ahora mismo el negocio de la música está en una situación crítica

Te llegan noticias de nuevas bandas, discos que pueden pasar injustamente desapercibidos entre tanto nuevo lanzamiento, e intentas prestarle la atención necesaria. En estas labores nunca se sabe cuándo te puedes encontrar con algo que te motive lo suficiente como para querer saber más, al menos quiénes y qué hay detrás de cada una de esas canciones. Con A la espera, el renacer musical de Laura Recarte y César Bueno (éste es el encargado de responder a nuestro cuestionario), el núcleo de este cuarteto navarro La Niña Hilo, que promete grandes momentos tras su malograda aventura anterior. La suerte, nunca mejor dicho, acecha a quienes la persiguen con trabajo e ilusión.
 
La electrónica, o al menos su influencia, parece la clave para diferenciar este primer disco largo de vuestro EP de debut. ¿Qué o quién ha sido la clave para que el grupo haya decidido vestir así su música?
 
Sí es cierto que la experimentación con sintetizadores y bases ha sido mucho más amplia en este segundo disco que en el primero, debido principalmente a la orientación al baile que hemos querido darle a la mayor parte de las canciones. Ello nos ha llevado a incidir en la electrónica como forma de expresión, jugando con los nuevos sintes de los que disponíamos en el estudio, con cajas de ritmo, samplers, ordenadores  y multiefectos como herramientas para conseguir el objetivo buscado, aunque increíblemente la mayoría de los temas surgieron de composiciones hechas con guitarra.
 
No sabemos si eso significa que el rock mucho más estándar contenido en «Prólogo» ha quedado definitivamente atrás o no.
 
Ni mucho menos. Nos apetecía jugar y experimentar con ritmos nuevos, con nuevas sensaciones, y buscar nuevos caminos de expresión. Al igual que en «Prólogo» había temas más rockistas y directos como «Who made who», también encontrabas otros que podrían haber formado parte de  «A la espera» como «Future» o «Dark moon», por lo que creo que es una continuidad lógica de lo que empezamos con «Prólogo» y que realmente nuestro sonido o forma de ver la música no ha cambiado tanto como parece.
 
El título de uno de los discos de vuestra anterior banda, Matti, era «Tu es mes yeux». ¿Aquel toque afrancesado también forma parte ya del pasado?
 
«Tu es mes yeux» («Tú eres mis ojos») fue el primer trabajo de Matti y era bastante experimental , muy pop y en él había canciones que siguen gustándome mucho, y es un disco en el que anticipábamos que ya nos gustaba jugar con bases y sintetizadores, al igual que hemos hecho actualmente en La Niña Hilo con «A la espera». Las melodías pop, las instrumentaciones y la forma de componer siguen ahí,  y puede haber una similitud en algunos aspectos, pero el tratamiento final de los temas y la voz de Laura ayudan a darles una perspectiva global y un carácter totalmente distinto.
 
Se ve que os gusta bailar. «State of glory», por ejemplo, parece un tema totalmente hedonista diseñado específicamente para ese «estado glorioso» en que grupo y fans no paran de moverse al unísono.
 
Nos gusta bailar y que la gente baile en los conciertos y escuchando nuestra música. Fue una premisa a la hora de producir el disco y de componer los temas y de momento es una idea que queremos mantener.
 
Aparte, estas canciones son como acuarelas, con las letras pintadas sobre un lienzo, más que escritas. Disculpando (o no) el toque poético de la cuestión, ¿tiene algo que ver con los dibujos de Laura?
 
Laura no pinta, es diseñadora de moda, y sí es verdad que dibuja los bocetos de los modelos que luego cose.
 



No olvidáis el lado más pop, y además con éxito internacional. Los neoyorkinos de Dingus, un blog muy potente en el mundo de la música independiente, han incluido «Orange light» en su nuevo recopilatorio.
 
Estamos muy contentos con la gente de Dingus. Nos contactaron al tiempo de haber editado «Prólogo» diciéndonos que les había encantado nuestro disco, que había sido un gran descubrimiento para ellos y que habían hecho una reseña del disco en su web.
Al mes y medio de la reseña nos pidieron que les cediéramos los derechos de «Dark moon» para incluirlo en uno de sus recopilatorios mensuales y así lo hicimos. Tiempo después, cuando editamos «Orange light»,  lo que sería el single anticipo de «A la espera», nos volvieron a hacer un reportaje e incluyeron de nuevo el tema en otro de sus recopilatorios además de ofrecernos ir a tocar a Nueva York en cuanto estemos dispuestos.
 
En Japón también tenéis un número importante de seguidores, y no sois el único caso de grupo emergente semidesconocido que tiene fans fuera. ¿Es el de allí un público tan peculiar como cuentan?
 
Nosotros de momento no tenemos el gusto ni la suerte de vender discos allí, principalmente porque autoeditamos todos nuestros trabajos y al no tener apoyo de ninguna distribuidora ni discográfica se escapa de nuestro exiguo presupuesto, pero sí es verdad que nos publicaron una entrevista con portada incluida en la revista japonesa de Tokio «Nos mola el pop», especializada en música española, y sabemos que tenemos allí seguidores que nos escriben pidiendo que les enviemos discos e información, fotos y noticias del grupo, y son casi los únicos que de momento nos han comprado los discos por iTunes o bandcamp.
 
Es curioso cómo aquí seguimos dejando pasar tantas propuestas innovadoras y grabaciones tan mimadas como la vuestra mientras acogemos sin filtro alguno otras similares que vienen de fuera y que en circunstancias normales no pasarían un mínimo control de calidad.
 
Así somos en este país. Valoramos más cualquier cosa que viene de fuera que lo hecho aquí, sea o no de calidad, y solo tienes que escuchar lo que emiten algunos programas y locutores/as líderes en audiencia diariamente para confirmártelo. Quizás, solo quizás, si fuéramos de Londres, Escocia o Finlandia lo tendríamos más fácil, pero somos realistas y sabemos que ahora mismo el negocio de la música está en una situación crítica, dificilísima y nadie se la juega con un grupo nuevo, por lo que seguimos paso a paso, despacito, intentando hacer las cosas bien, con cariño, autofinanciándonos y gestionándonos todo nosotros y con ayuda de amigos. Estamos muy contentos con «A la espera» y con sus críticas, y con la repercusión que el disco va teniendo y esperamos que sea el punto de despegue que nos ayude a ser más conocidos, a que simplemente se valore nuestra música y a poder tener oportunidades de tocar los temas en directo.
 
¿Es ese el principal temor de una banda que empieza a abrirse camino, el miedo a pasar desapercibidos?
 
Sí, es cierto. El no ver resultados a tanto trabajo y tanta ilusión puesta detrás de cada tema, de cada disco, es muy frustrante.
 
Otra pregunta que últimamente nos hacemos muchos. Desde vuestra experiencia, ¿es cierto que ver a un grupo en directo es el primer paso para que alguien compre su disco?
 
Tal y como están las cosas ahora mismo sí, y en nuestro caso es verdad que la mayor cantidad de discos que hemos  vendido han sido después de algunos de nuestros conciertos en directo, lo que es muy gratificante.
 
Para terminar, ¿La Niña Hilo es un proyecto a largo plazo?
 
Eso esperamos y deseamos. Seguiremos intentando no pasar desapercibidos, intentando  hacer las cosas bien, con cariño y disfrutando con ello.
 

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