Mastodon + Red Fang – La Riviera (Madrid)

Dicen de ellos que cautivan a un espectro muy amplio de la audiencia musical alternativa. Que la etiqueta “heavy” se les queda pequeña, siendo pocos grupos los que pueden llegar a la altura sonora de los de Atlanta en la actualidad. Con estas credenciales presentaban en la sala La Riviera (a la postre protagonista sin buscarlo) su último trabajo de estudio, The Hunter (2011), donde ellos mismos dicen “vuelven a reinventarse”. ¿Cómo recibirán los seguidores más fieles de la banda las nuevas canciones, más accesibles y directas?

Por cuestiones técnicas que afectan a mi persona, no logré llegar a tiempo de disfrutar  la apertura por parte de los teloneros Red Fang, loable concierto según pude leer en algunas redes sociales. Minutos antes del comienzo de las hostilidades por parte de los barbudos sureños, la sala presentaba el aspecto de las grandes citas. El cambio hace semanas, por motivos de aforo, de la Joy Eslava a la orilla del Manzanares, pronosticaba algo grande.

Con puntualidad norteamericana, salieron al escenario los cuatro integrantes de la, según dicen, “mejor banda de metal de la actualidad” tirando de dos de sus temas más reconocibles de su actual trabajo, “Dry Bone Valley”, con un claro toque Alice in Chains y “Black Tongue”, primer single del mismo. La habilidad que estaban demostrando sobre el escenario, al nivel de los clásicos del género, no se correspondía con la falta de sonido para un grupo de sus características, ni con la distorsión que llegaba al público. Sólo se me ocurre que el técnico de sonido decidiera limitar el volumen ante el posible peligro de convertir el directo en un ruido indomable.

Pero la clase de la formación de Athens prevaleció ante estos inconvenientes, gracias a una notable selección de lo mejor de su discografía, resumida en más de una veintena de canciones. Cortes de Leviathan (2004) (“I am Ahab”, “Megalodon”) y Blood Mountain (2006) (“Capillarian Crest”, “Colony of Birchmen”) empezaron a turnarse. A base de una combinación de pesados riffs y cambios de ritmo impredecibles, comandados por la maestría de Brent Hinds a la guitarra solista y Brann Dailor a la batería, el cuarteto estaba haciendo sencillo lo imposible. El público, más atento que frío, comenzó a entrar en calor con temas más revolucionados como “Blasteroid” o  la épica “Sleeping Giant” dando paso a una remesa de cuatro temas del nuevo disco (en total se tocarían nueve de los trece que lo componen) que no desentonaron con la habitual densidad del resto de su repertorio.

El último tramo del espectáculo no decepcionó a nadie en lo musical, pero el juego de voces grave y, digamos, menos grave de Hinds y Troy Sanders, no llegarían al cénit de sus trabajos de estudio. Toda una pena. Aun así la colección de clásicos que se reservaron para el final no dejó títere con cabeza. Apoteosis colectiva con “Aqua Dementeia”, “Crack The Skye”, “March of the Fire Ants” y  “Blood and Thunder”, todas ellas de sus dos primeros trabajos. Finalmente la pasión venció las inclemencias del sonido.

Con un set tan largo y variado, poco más hubiera necesitado el público. Y así fue, volviendo el grupo para interpretar un mínimo bis con los teloneros, la céltica “Creatures Lives”, a modo de perfecta despedida cual funeral irlandés.

Mastodon
albergan el don de combinar virtuosismo, contundencia e inmediatez a partes iguales, residiendo ahí su triunfo más allá del círculo cerrado del metal. Con su actuación, tan llena de matices como caótica en lo sonoro, nos dejan con ganas más.

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