Jane’s Addiction (Sala La Riviera) Madrid, 18/06/24

Pocas formaciones se me ocurren que hayan influido más en el devenir del rock alternativo de los 90 en Estados Unidos que Jane’s Addiction. Haciendo un paralelismo con el caso español, diría que juegan un papel de pioneros equivalente al que desempeñaron Surfin’ Bichos en el despertar de la escena independiente nacional.

Es por ello que contar en pleno 2024 con la formación original al completo de gira por el mundo suponía una oportunidad que resultaba del todo imposible dejar pasar. Además, una sala de tamaño moderado como La Riviera era el escenario perfecto para disfrutar de una banda de sus características.

Con un sold out rotundo desde hacía tiempo, las postrimerías de la ribera del Manzanares eran un escaparate compuesto por un talludito y entusiasta público dispuesto a rememorar a escasos metros de su piel toda la electricidad y el misticismo inherentes a los protagonistas de la noche.

Con una Riviera abarrotada y tras un intenso chaparrón de primavera, el cuarteto salió a las tablas en loor de multitudes. Lo primero que llamó poderosísimamente la atención fue el sonido que destilaba la sala. Limpio, contundente y nítido. De esta manera, era difícil no dejarse llevar desde los primeros compases de la atmosférica “Kettle Whistle” por los contoneos de Perry Farrell y los primeros desarrollos instrumentales de sus compañeros de siempre.

No tardamos en percibir que el show se centraría en sus dos obras capitales, Nothing’s Shocking  (88) y Ritual de lo habitual (90). Con “Pigs in Zen” llegó el primer momento donde apreciar el estado de forma del combo en su versión más rítmica y característica. Todo fluyó a muy buen nivel, quizás lo más acusado fuera el hecho de que su frontman no llegara a los registros más agudos y exigentes de su cancionero, pero su actitud enigmática y magnética lo paliaron de sobra, añadiendo a ello su conversión física paulatina en la figura del diestro Jaime Ostos. Fascinante.

Tras grandes momentos como el de la reptante “Ted, Just Admit It…” y el reposo de “Jane Says”, llegó el culmen de la velada con la sobrenatural “Three Days”, con un intenso desarrollo en el que lucieron estrepitosamente las seis cuerdas de Dave Navarro y la férrea base rítmica formada por el recuperado para la causa Eric Avery y Stephen Perkins, fantásticos durante toda la noche.

La explosión consecutiva que fue la llegada de “Mountain Song” fue el momento más disfrutado por quien les escribe, mientras la audiencia saltaba y bailaba como si se tratara de un rito, casi tanto como con la trepidante “Stop!”, que dio por concluido el grueso del concierto, el cual terminó con esa orgiástica fiesta percusiva de tambores que es “Chip away”, haciendo de paso un guiño al cierre de su primerísima aventura en vivo registrada con Jane’s Addiction (87).

Ojalá alguna de mis bandas favoritas de los 90 que siguen -o han vuelto- a estar en activo pudieran presumir de un estado de forma tan envidiable como el de estas cuatro leyendas de Los Ángeles.

Foto: Jane’s Addiction: Doctor Music

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