Entrevistamos a Gonzalo Aloras, que mañana empieza gira por España
Hubo un tiempo, quizás prolongado, en que si uno preguntaba en España por los artistas más populares del rock latinoamericano, recibía como respuesta un ademán de ignorancia. Resultaba extraño que una tierra tan emparentada culturalmente tuviera semejante desconocimiento de nombres como Charly García, Gustavo Cerati o Café Tacvba, por solo mencionar algunos. Pero ese tiempo caducó, y ahora, los lazos rockeros se estrecharon gracias a diversos factores.
Las pruebas se hallan fácilmente con mirar las fechas de las giras que los grupos españoles realizan en Latinoamérica, y viceversa. Uno de esos casos es el de Gonzalo Aloras, el productor, compositor, intérprete y multiinstrumentista argentino que se encuentra en España a punto de comenzar un tour acompañado de la banda local, Yuss Cawa, que pasará por el Café Berlín de Madrid el 25 de mayo y por Sala La Nau de Barcelona, el 1 de junio.
Aloras tiene varios elementos que destacan en su hoja de vida. No solo fue durante varios años guitarrista estable de Fito Páez, también desarrolló una extensa carrera solista que incluye una decena de álbumes de estudio y colaboraciones con los más grandes referentes argentinos, como Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia o el citado Charly García, entre otros. El rosarino, además, está de estreno con el lanzamiento de “Greta”, una canción en homenaje a las luchas de jóvenes activistas por distintas causas como el medioambiente, el feminismo o el antifascismo. El tema fue lanzado junto a una pieza visual y se complementa con el libro que Aloras publicó meses atrás, titulado “Síndrome de Greta”, donde desarrolla algunas de sus ideas al respecto.
El under no se produce de manera natural, hay que crearlo, sostenerlo y promoverlo
¿Crees que en los últimos años el rock argentino logró un mayor reconocimiento en España? ¿A qué lo atribuyes?
Siempre me pregunté por qué artistas como Luis Alberto Spinetta, Charly García o Gustavo Cerati, que son grandes referentes de la música popular argentina, nunca habían podido cruzar el charco. Son irrefutablemente grandes autores y su obra es indiscutible, pero han habido muchos factores, y en el caso de España, seguramente el franquismo y su cerco cultural hayan tenido algo que ver en la demora de ese intercambio cultural entre ambos países. De todos modos, en este viaje estoy teniendo la alegría de corroborar que entre los más jóvenes músicos españoles -sobre todo de aquellos con recorrido académico- gracias a la proliferación de las comunicaciones digitales han llegado a dar con estos autores. Y, por supuesto, están encantados con ellos, al igual que nos sucedió a nosotros. En algún momento iba a ocurrir, aunque Spinetta nunca llegará a ser una estrella popular en Europa, ya es un apellido respetado aquí. En mis viajes anteriores, yo mencionaba a Spinetta y parecía una referencia a una marca de tallarines.
En esta gira vas a tocar junto a la banda local Yuss Cawa. ¿Cuál es tu relación con la música española? ¿Te gustaría profundizar en el intercambio artístico aquí?
El intercambio con Yuss Cawa se dio a partir de mi colaboración en la canción “El Dios Amor”, un single de su nuevo disco, que fue fundamental y decisiva para encarar esta gira española. Ellos se transformaron en mi banda soporte, así que la idea de fondo de esta formación es nada menos que este soñado intercambio entre España y Argentina, para mezclar y confluir los estilos, las tendencias y las culturas de ambos en una especie de nuevo repertorio. Es un gran momento para venir a tierras españolas y enrollarse con los jóvenes locales que ya están en contacto con nuestra música. También para recibir de este lado todos los aportes y las sugerencias para modificar y refrescar un repertorio que ya vengo tocando. Es el objetivo artístico de fondo de esta gira.
¿A qué se debe la intención de publicar un libro como Síndrome de Greta? ¿Cuál es tu relación con el activismo político?
Toda mi vida he sido lector de sociólogos, filósofos, críticos o teóricos por placer y porque han sido siempre un cable a tierra muy importante, una ventana a la realidad del mundo que a lo mejor, sin tenerla, habría quedado más circunspecto al ámbito de la música. Esas lecturas, sumadas a varios años en los que estuve escribiendo sin publicar, confluyeron el día en que terminé la canción “Greta”, que habla específicamente de las últimas movilizaciones y levantamientos en el mundo por parte de los jóvenes en dirección a un cambio de paradigma planetario. Surgió a partir de la necesidad de acompañar todo eso mediante mi obra. La canción es una obra, pero a veces, tres minutos no alcanzan para proponer algunas ideas para pensar este presente tan inquietante en el que estamos. Por eso siempre me siento, más que un activista político, un artivista.
Tu trayectoria te mostró siempre cerca de los grandes exponentes del rock argentino, ya sea por afinidad estética o colaboraciones en distintos proyectos. ¿Te sientes de algún modo responsable de ese legado? Cuesta encontrar en la actualidad otras propuestas artísticas que respeten esa tradición.
Es cierto que la mayor parte de mi recorrido musical fue cerca de muchos de los referentes más importantes de la música argentina, dentro del espectro del pop o del rock. Y que mi modo de producir y de tocar está atravesado por toda esa influencia. De todos modos, no es nada nuevo. Cada uno de los músicos argentinos que se ha puesto a hacer canciones y a intentar proponer algo, necesariamente ha sido influenciado por las generaciones anteriores, a las que respeta y admira de por vida. En ese pasar de boca en boca se va creando un movimiento que en este caso es el rock argentino, que tiene más de cincuenta años. Es un movimiento natural. Pero sí es cierto que las modas muchas veces interfieren en esas líneas de proceso y de evolución y las cortan de cuajo. Es lo que está pasando ahora con ciertas músicas tradicionales en distintas partes del mundo, que están siendo sofocadas por una especie de tiranía estética impuesta alrededor de ciertas sonoridades muy repetidas y muy insistentes, como es el caso del reggaetón o las músicas urbanas. Esas modas se extendieron un poco más de lo deseado y se están llevando puesta una cantidad de músicas que corren riesgo de extinción. Cuando decimos que cuesta encontrar en la actualidad expresiones artísticas que continúen con las tradiciones, yo lo veo más ligado al resultado de esta especie de aplastamiento mediático que se ha hecho con ciertos géneros. De todos modos, aquí estamos hablando y como bien tú dices yo me siento uno de los que ha podido hacerse cargo de estas influencias y de pasarla a las nuevas generaciones, porque además de ser intérprete y compositor, soy productor. Desde hace muchos años que produzco mayormente bandas nuevas que no necesariamente están ligadas a la línea del rock argentino, pero a través de mi trabajo intento que esas aguas confluyan en nuevos ríos. Es un trabajo arduo hacer que el rock argentino crezca y se mezcle con las nuevas generaciones, pero me encanta hacerlo.
También participaste en diversos proyectos con músicos jóvenes del under, ¿qué ves de seductor en el circuito independiente? ¿Hay mayores posibilidades expresivas?
Ningún movimiento artístico o género musical que haya quedado en la historia surgió de un sello discográfico. Ni de una multinacional o de una empresa. Surgieron del under. En ese sentido, no hay mucho misterio. Todo lo que acontece es en el under. El problema es cuando el under empieza a desaparecer, opacado por el mainstream. Cada ciudad del mundo debería tener sus bares, sus teatros, sus centros culturales y en gran cantidad, para que se puedan desarrollar nuevas expresiones artísticas. Dicho esto, es lógico y deseable que en algún momento dado, ese under pueda tener un sustento y crecer. Allí sí surge la necesidad de las compañías y tal. En todo caso, son las grandes compañías las que van a capturar nuevos talentos al under. Entonces, lo que veo de seductor en el circuito independiente es esa libertad de juego. Esos tiempos usados de manera plástica: producir, crear y poner en circulación cuando se tiene algo para decir, y no cuando se cumple un contrato que a veces se realiza sin ganas o sin sentido. A nivel expresivo, la libertad de cambiar y experimentar sin dar cuenta a nadie. Entonces, desde siempre, todas las movidas autogestionadas van a tener mayores posibilidades expresivas per se. Pero el under no se produce de manera natural, hay que crearlo, sostenerlo y promoverlo. Es una de las tareas más importantes de nuestra época.