Entrevista con La Villana, y análisis de su disco canción a canción

Uno de los discos más bonitos que nos ha dejado este 2022 es sin duda el de La Villana, proyecto de la ex Nosoträsh Natalia Quintanal. Ella, junto a su hermano Pablo y la ayuda de Pedro Vigil, han reactivado un proyecto que conocimos en 2015 y que está de regreso.

La nueva etapa del grupo brota en Valkenburg, un trabajo que se acerca a los sonidos de la neopsicodelia de Sugar Candy Mountain o Unknown Mortal Orchestra y remite a las producciones de Lee Hazelwood o el nuevo folk, sin perder su raíz asturiana.

Hablamos con Natalia de esta nueva etapa y le pedimos que nos cuente algo de cada una de las canciones del álbum.

«De Nosoträsh en La Villana queda el pop, siempre queda el pop»

Hay cierto replanteamiento entre el primer disco de La Villana y estas nuevas canciones. ¿A qué se ha debido?

Ha pasado mucho tiempo desde nuestro primer disco y sobre todo han pasado muchas cosas. El cambio es una constante de la que no nos podemos librar, y además muy saludable, creo que al principio nos estábamos buscando y en este segundo disco ya nos hemos encontrado. Más que un replanteamiento diría que es una evolución necesaria.

No sé si fue cosa de tu discográfica o tuya, pero en la presentación de estas nuevas canciones se omitía que tú eras la voz del proyecto. ¿Qué se intentaba con ello?

Cuando en Mushroom Pillow escucharon el disco por primera vez solo tenían una referencia que no aportaba mucha información y era el nombre del grupo. A ese nivel no hubo por su parte un intento de profundizar más, no buscaban el quién estaba detrás, lo que les interesaba era el disco y en ese sentido su acercamiento a nosotros fue totalmente a ciegas y sin condicionantes. Para nosotros también las canciones son lo más importante y el resto tal vez es secundario.

Se habla de neopop-psicodelia, dreampop… pero también tiene un toque asturiano innegable.

Tendría que centrar un poco lo del “toque asturiano” no se si estás pensando más en las letras y lo que cuentan o en las guitarras y lo que recuerdan o quizás que se pueda intuir algún detalle o reminiscencia folklórica por debajo de alguna de las canciones… Somos asturianos pero nuestras canciones se han podido y sabido llevar a otros escenarios muy diferentes como las playas californianas en las que Vanessa Pla ha grabado el video de “Las olas contra todos».

¿El núcleo de músicos que conforman La Villana ha cambiado entre disco y disco?

Yo creo que no, los integrantes seguimos siendo los mismos y contamos con el apoyo puntual de otros músicos, algunos de los cuales como Álvaro Escudero y José R. Feito repiten y otros son nuevos, pero al final, los tres que construimos Valkenburg somos exactamente los mismos que en el disco anterior.

Sois una bonita anomalía como podrían ser Tindersticks o Unknown Mortal Orchestra. ¿Veis conexiones con algún artista nacional que se mueva en las mismas coordenadas?

Anomalía… suena bien. Pues la verdad es que no, cualquier grupo que te pueda decir sería porque me gusta lo que hacen y no tanto porque vea que estamos ubicados en un espacio cercano.

¿Queda algo de Nosoträsh en La Villana?

El pop, siempre queda el pop.

Os vimos hace unos años en el Museo Cerralbo ¿Hay planes para directos de La Villana?

Estamos trabajando en ello, no podemos contar nada concreto porque aún no lo hay, pero nos gustaría.

Repasamos ‘Valkenburg’ de La Villana canción a canción

“Valkenburg

 

Es el nombre de un carguero holandés que naufragó cerca de nuestra casa en 1928. Las voces de Elle Belga nos acompañan y el muro de guitarras del final tardó en construirse, pero hemos quedado muy satisfechos con el resultado.

“La Peregrina”

 

Es un lugar, no una persona. Es la única canción que registra un momento del tiempo que pasamos en confinamiento. Las campanas que suenan al final son las de la basílica del sagrado corazón de Gijón el día de ramos de 2020, grabadas desde nuestro balcón.

“Las olas contra todos”

 

Una de las cosas que más me gusta de esta canción es el riff que hace la guitarra y que, más allá de etiquetas y comparaciones, te lleva al sitio para el que está pensada la letra.

“Juramentos”

 

Construimos la canción desde lo más básico, una letra a la que se le pone melodía. Hacerlo así nos resulta complicado, no tanto por el punto de partida sino por el resultado que buscas, se tarda mucho en encontrarlo, pero a base de trabajar la producción pudimos encontrar su camino.

 “Sin voz”

 

Imaginaba una canción en la que la letra se cantara tan rápido que casi no diera tiempo a respirar, como cuando intentas nadar bajo el agua aguantando al máximo la respiración.

“Las noches oscuras”

 

Es de las primeras canciones que pensamos que deberían ir en Valkenburg porque nació durante los conciertos de nuestro primer disco. 

“Nuestro velero”

 

Nené Losada es una poetisa valdesana, de Luarca (Asturias), mi hermano y yo conocíamos y disfrutábamos su poesía, la canción era necesaria.

“Olvídate de mí”

 

También pertenece al tiempo posterior a la salida del primer disco. Ese vals dramático que en ocasiones tenemos que bailar.

 “A Mi Silencio”

 

Ha sido la canción más dura de componer y cantar, Pablo hizo lo más difícil y yo traté de ser fiel a la intención original.

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