¿Fibers vs FIB? Nadie parece contento en el 10º aniversario del FIB

Cuando escribo éstas líneas, tan sólo hace unos minutos que se ha conocido el grueso del cartel de la X edición del FIB. La enorme expectación creada en los últimos meses por la rueda de prensa de presentación me ha permitido indagar en un grupo de gente que siempre me han transmitido mucha curiosidad: los fibers.

Al igual que existen fans de grupos, sellos, marcas de ropa, equipos de fútbol, etc… los fibers son esos fans acérrimos del FIB, esos que, como buenos fans (los buenos fans siempre tienen su puntito de hooligans, sino que se lo digan a cualquier redactor que critica algo de U2) creen que el festival tiene que hacer lo que ellos piensan, que tiene que llevar a los grupos que ellos adoran, y lo que es peor, que piensan que la organización de un festival tan grande como el FIB es insultantemente fácil.

¿Son los fibers representativos de la cultura musical independiente de nuestro pais? Creo que no. A pesar de que algunos dominan a la perfección lo que habitualmente conocemos como escena alternativa, siendo un placer debatir en foros con ellos, un alto porcentaje de fibers demuestran serias carencias en cuanto a conocimiento musical. Eso les lleva a pedir y a exigir en el cartel de cada año sólo a bandas que ellos conocen, como Coldplay o Radiohead, nombres que abrazan a partes iguales el mainstream y la independencia, o a los grupos de moda, léase The Strokes, White Stripes, o cualquier grupete que los tabloides británicos se empeñen en meternos por cualquier sitio. Sino vienen los cuatro grupos que conocen, el cartel pasa a ser, directamente, una mierda.

El problema no son los fibers, dios nos libre, sino la sensación que queda tras el final de cada FIB. Te encuentras a gente (algunos de ellos periodistas de reconocido prestigio) que te dicen: «España se interesa por la música independiente, 40.000 personas van al FIB». ¿Es la gente tan ilusa como para pensar que esas 40.000 personas van realmente movidas por la música? Yo no lo creo. Sino, que alguien me explique porque artistas que actúan en el Escenario Verde del FIB apenas tres meses después actúan en salas medio vacías de nuestra geografía o porque los grupos que más venden en España (hablo de la independencia) venden de 1000 a 2000 copias como mucho, a pesar de tocar ante 5 o 10 mil personas en el FIB. A mi no me salen las cuentas, y creo que a los sellos tampoco…

Pero hablábamos de los fibers. ¿Realmente valoran el trabajo del festival o sólo lo hacen cuando cumplen con sus expectativas? Me preocupa, de verdad, lo que leo hoy 29 de marzo, a las 14:30h, en el foro de la web del festival:

– Yo no voy
– Ni un puto grande entre los cabezas de cartel
– Me sabe mal, pero el cartel es flojísimo
– Timo
– Me esperaba más
– Que es esto?

Leyendo esto, me pongo triste. Los propios fibers dan la espalda, de manera extremista, a un festival que cuenta con nombres comoLou Reed, Love with Arthur Lee, Brian Wilson, Spiritualized, Yann Tiersen, Paul Weller o Kraftwerk. Y todo porque, por ahora, si preguntamos al 70% de los fibers que nos digan un tema de cada grupo de los que tocan, simplemente ni podrían. A la mayoría no les gusta el cartel, pero no por otra cosa que por desconocimiento.

Al FIB, como a todos los grandes, se le exige mucho, y creo que eso siempre es bueno, pero con demasiada facilidad se le crucifica. Ya sabemos que en este país, tener éxito no está bien visto, y a la mínima que te pones a tiro, te intentan bajar del pedestal con cuatro pedradas. Quizá la actitud del festival, con su búsqueda de conciertos exclusivos (grave error que no cometen otros grandes festivales europeos) y el anuncio el año pasado de un 10º aniversario plagado de estrellas ha confundido al personal. ¿Tienen razón los fibers en cargarse de esta forma al festival que tan buenos momentos nos ha hecho pasar a todos? Sin duda, no.

Creo que, a pesar de todo, este año lo que debe prevalecer es que el festival más importante de nuestro país, y uno de los más importantes de Europa, cumple 10 años. Y eso SIEMPRE debe ser una gran noticia que esté por encima de todo lo demás. Y sólo por eso, allí deberían estar todos los que hoy, tras conocer el cartel, buscan adjetivos (hirientes e insultantes) para calificar su decepción…

A partir del año que viene, volvamos si queréis a las peticiones. Pidamos, por ejemplo, que dejen participar a grupos de rock en el concurso DEMO (cuyas normas exigían que fueran sólo grupos de pop o electrónica). Pidamos un mayor abanico de estilos y sellos en el cartel. Pidamos un escenario de bandas españolas, que tanta falta nos haría a los que formamos parte de la escena. Pidamos riesgo, atrevimiento, y una vuelta a los orígenes, sin dejar de mirar a las grandes estrellas. Pidamos más guitarras. Pidamos que las relaciones entre el festival y determinados medios vuelvan a ser lo que eran (estamos todos en el mismo barco, no lo olviden). Pidamos que el FIB acepte las criticas cuando las críticas deban existir. Pidamos todo lo que queráis, pero este año, disfrutemos del 10º aniversario que los hermanos Morán nos han preparado. Venga quién venga, y cueste lo que cueste, este año celebramos 10 años en los que encima del escenario del FIB hemos visto a lo mejor de lo mejor de la escena independiente mundial. Hagamos un ejercicio de homenaje y tengamos memoria para recordar que todos y cada uno de nosotros le debemos mucho al FIB.

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