La noche en que Thom Yorke nos cautivó

No había duda. Era la noche de Radiohead. Tras muchas ediciones en las que los rumores de la actuación del grupo se quedaron en eso, rumores, por fin teníamos a Thom Yorke y su banda en el escenario verde. Pero antes de este momento, pasaron muchas cosas que hicieron de la segunda jornada del fib, y a falta de ver lo que pasa en esta, la más regular e intensa.

En el escenario Fiberfib.com, pudimos ver a Tea Servants y a El diablo en el ojo, y eso siempre es un placer. El concierto de los segundos, corto en cuanto a duración, pero no a intensidad, nos hizo pasear por sonidos que recordaban a Nick Cave, sin dejar a nadie indiferente. El sonido de esta carpa es mucho mejor que en Fibclub, donde la saturación les jugó una mala pasada a Fine!, desluciendo una actuación que fue muy aplaudida.


Tea Servants en directo (FIB 2002)


El Diablo en el Ojo en directo (FIB 2002)

Después de escuchar los temas cándidos y muy intimistas que formarán del primer disco de Aroah, que contó con la presencia de Nacho Vegas y su grupo a la guitarra, bajo y coros, Frank Rudow a la batería, el quinteto de Barcelona salió con muchas ganas a lo que ha sido su puesta de largo en el fib, y ya desde el primer momento tuvieron problemas. Incluso un técnico tuvo que subir al escenario para arreglar el micrófono de Desi. Pero la cosa no mejoró. También los valencianos Polar tuvieron mala suerte con el sonido al principio, pero la cosa mejoró y nos dejaron disfrutar del fantástico sonido de A letter from the stars en directo.


Aroah en directo (FIB 2002)


Polar en directo (FIB 2002)

La representación internacional llegaba de la mano de Jack, y de una de las grandes sorpresas del festival, Departure Lounge. La presentación de su primer disco, «Too late to die young», sorprendió a propios extraños, tanto por su elegancia y calidad, como por su intensidad encima del escenario. Temas como «I Love You», que cerraban el concierto, o «Alone Again And», forman un gran debut que el directo ha refrendado.


Jack en directo (FIB 2002)


Departure Lounge en directo (FIB 2002)

Más tarde, pudimos ver a Tim Keegan, su vocalista, junto a Kid Loco, que puso patas arriba el escenario pequeño con una propuesta de rock incendiario que, en tiempos de tanto pop, se agradece.


Kid Loco en directo (FIB 2002)

Al mismo tiempo que Polar, el escenario verde se ponía en marcha de la mano de Mercromina. Tal y como pasó el día anterior, desde primera hora miles de personas abarrotaban la pista. Los albaceteños presentaron Bingo, su aclamado último trabajo, e hicieron gala de la seguridad encima del escenario que solamente confiere los muchos años de experiencia. El acompañamiento del cuarteto de cuerda hizo de su directo algo inolvidable. Sabían que era su oportunidad, y la aprovecharon. Un momento para el recuerdo: la canción En un mundo tan pequeño fue la más aclamada y coreada.


Mercromina en directo (FIB 2002)

Super Furry Animals empezaron muy fuerte con Rings around the world, e hicieron preveer un concierto muy potente. Y de hecho lo fue, pero tras el bombazo inicial, recogieron algunos temas de sus primeros tiempos que también muy cañeros, pero entre medio, incluyeron algunas canciones de relleno, espectaculares por las proyecciones psicodélicas y creadas por ordenador que se pudieron ver por las pantallas, pero que cortaron la regularidad. Y es que la gente ya estaba impaciente por ver a Belle & Sebastian.


Super Furry Animals en directo (FIB 2002)

Y no era para menos. Tras quedárseles pequeño el aforo de la carpa más grande de la edición pasada del festival, por fin podíamos ver al grupo en el escenario grande. Y no defraudaron. Recogieron sus grandes temas en 50 minutos de pop impecable, melodías de ensueño y un público entregadísimo que paró de aplaudirles y corear temazos como Like Dylan in the movies o The boy with the arab strap. El final del concierto ya lo conocíamos: Stuart Murdoch subió al escenario a cuatro chicas que bailaron como locas las dos últimas canciones. Si no hubiera sido por lo que nos estaba esperando poco después, hubiera sido el concierto de la noche.


Belle and Sebastian en directo (FIB 2002)

Paul Weller subió al escenario con media hora de retraso por problemas técnicos, que no desaparecieron a lo largo de la actuación. La gente abandonó por unos momentos el escenario grande para ir al escenario Motorola para ver a Saint Etienne. Pero los que nos quedamos pudimos escuchar sus nuevos temas y algunos de anteriores trabajos. Dos de los miembros de su banda nos sonoban: a la guitarra, un habitual colaborador, Steve Cradock, y al bajo, otro amiguete, Damon Minghella, ambos de Ocean Colour Scene.


Paul Weller en directo (FIB 2002)

Por fin llegaba el momento más esperado de la noche, aunque con tres cuartos de hora de retraso y la pista del escenario verde totalmente colapsada. Radiohead llegaron, vinieron y vencieron. En tan solo una hora y pocos minutos nos hicieron vibrar como nunca con un despliegue de luces y un sonido espectacular. Thom Yorke llevó su histrionismo hasta límites insospechados, y elevó hasta lo inimaginable su interacción con el público. Llevó su estado de trance habitual hasta la última potencia y se metió a todo el mundo en el bolsillo. Que la última imagen que viéramos de él por las pantallas del escenario grande fuera un primer plano en el que esbozaba una sonrisa nos da una idea de la actitud tan positiva y abierta con la que planteó esta actuación, a años luz de otras mucho más distantes. Y qué decir del repertorio. Joyas como Karma Police o Paranoid Android son su mejor arma para movilizar a la multitud, sorpresas como Fake Plastic Trees, Street Spirit y un Idiotheque fabuloso, con un juego de luces brillante y una banda entregadísima, que daba la impresión que se lo estaba pasando tan bien como el público.

En los escasos 70 minutos de concierto hubo tiempo para la experimentación más arriesgada que plantean en sus últimos trabajos. Como regalo final a modo de bis nos ofrecieron un tema nuevo (que junto a los 3 que también presentaron, estarán en su próximo disco), que nos hizo pensar que vuelven a coger las guitarras más rockeras, sin abandonar la electrónica, pero más en la línea de trabajos anteriores.


Radiohead en directo (FIB 2002)

Después de una actuación que rozaba lo sublime, cualquier cosa podría parecer insignificante, pero Primal Scream salieron a tope y la gente bailó sin parar. Bobby Gillespie y su grupo desplegaron su artillería más contundente y agresiva para contentar a un público en el que el cansancio parecía no hacer mella. El momento de esta actuación, para muchos, fue Swastika eyes, aunque fue una versión algo diferente a la que estamos acostumbrados. Ya daba igual. El público estaba entregado a su potencia y simplemente, se recrearon y disfrutaron.


Primal Scream en directo (FIB 2002)

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