Lloyd Cole – Guesswork (Ear Music)

Hay voces que parecen estar guardadas en tarros con formol. La de Lloyd Cole es una de ellas sin duda. Una tesitura que abriga en cada giro, e invita a reencontrar ese confort en ella casi parezca una necesidad. El de Derbyshire, a sus 58 años, continúa con su apasionada lectura del cantautor de mediana edad que sabe derrochar saber estar, talento sosegado, y amplitud de miras. Tras un notable trabajo repleto de melodías power pop de trazo robusto, Standards (2013), vuelve al ruedo discográfico con, en mi opinión, su mejor disco desde aquel majestuoso Music In A Foreign Language (2003). Palabras mayores.

En este excelente y aventurado Guesswork (Ear Music, 2019), Cole flirtea de nuevo con los sintetizadores y se sitúa en terrenos de la canción tecnopop (finas líneas de sintetizador envolviendo partituras de pop sutil, que vuelven a situarlo en unas coordenadas cuyos territorios ya explotó en sus experimentos con Hans-Joachim Rodelius, y en grabaciones suyas comprendidas entre los años 2012-2014 encapsuladas en su disco 1D Electronics, aunque más escorados al ambient con acento teutón).

Un hermoso trayecto que se inicia con “The Over Under”, una balada preñada de un misterioso eco abisal, ribeteada por sinuosos meandros que me recuerdan a las poderosas partituras de The Blue Nile (la forma de diseminar los sonidos y cómo se imbrican en los silencios hasta hacerlos explotar como fuegos de artificio). En “Night Sweats” los sintetizadores dan cobijo a una melodía de fanfarria a lo Haruomi Osono sin perder ese aliento pop tan peculiar del autor de Rattlesnakes.

Llega una de las grandes cumbres del disco -y del año- con la maravillosa “Violins”, y uno, entre tanto vaivén, es imposible no caer rendido a sus encantos infinitos: una hercúlea hazaña que se halla entre los mejores Prefab Sprout y Giorgio Moroder, mientras que “Remains” la podría haber firmado Paddy McAloon, y haberla incluido en Andromeda Heights.

El trazo esquivo, de sutil balanceo motorik, conduce en volandas “The Afterlife”, en la que el contrapunto de la guitarra eléctrica crea recovecos sintéticos por explorar en cada escucha; los tonos iridiscentes a lo Heaven 17 esculpe “Moments And Whatnot” y “When I Came From The Mountain”, y se cierra a lo grande con “The Loudness Wars” dejando una estela de profunda emoción y distinción. Pop de caligrafía impecable. Lloyd Cole en su Everest.

Escucha Lloyd Cole – Guesswork 

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