Mariola Membrives – La Babilonia (La Reyna Music)

Mientras otros crean aparatosas performances para cargarse el flamenco y así crear un lenguaje nuevo, existen artistas que -desde los márgenes de la industria musical, ¿existe? – llevan tiempo extendiendo las posibilidades de un género que no necesita de salvadores vestidos de traje y corbata.

Mariola Membrives es una artista que rompe etiquetas, decontruye el lenguaje del flamenco sin necesidad de gestos pirotécnicos. Ella abre su boca, y todo a su alrededor se enreda en un embrujo extraño, un universo propio mutante, rico en matices, culto y popular. Ella es dueña de su destino, y con este La Babilonia (La Reyna Music, 2022) ha abierto una grieta necesaria en la fusión entre el flamenco y todos los géneros que se pongan a su lado.

Membrides se ha inspirado en la cultura y mitología babilónica para desplegar un discurso poderoso en el que trascender los límites de la fusión de estilos musicales, y de paso armar un bello alegato feminista: la mujer como cuerpo político empoderado es el hilo conductor de esta obra maestra absoluta.

La artista jienense ya demostró que lo suyo es un arte siempre al límite, siempre mutante, como reafirmó en su brillante trabajo junto a Marc Ribot en Lorca Spanish Songs, un modélico manifiesto de música viva, y que se proyecta al futuro.

Aquí tenemos un cancionero que es un laberinto de emociones inesperadas. “La Cantaora”, es sostenida por los punteos de guitarra de Javier Pedreira, mientras una colcha de electricidad va palpitando por los espacios más oscuros. En “Las Guardianas” canta “No hemos venido a preguntarte/no hemos venido a acariciarte/ no hemos venido a ponernos debajo de tu cuerpo de machote/ y a gemir y a gemir hasta que sientas que eres alguien” y el ritmo es como kraut para devenir en funky a lo Defunk. Asombroso.

La versión de “Moonchild” de King Crimson es una preciosa melodía al compás del sonido de la guitarra acústica, para luego acabar siendo una frondosa maraña de sonidos que oscilan entre el rock, el jazz, y el soul. El cante de Mariola es tradición y futuro: en “Limbo” recita, canta jondo, y reivindica la libertad “voy a subirme al tren que no me traiga más”; un suave manto trip hop balancea las serpenteantes “Me Mandaron A La Tierra” y “Descenso”, y cierra el disco con “El Lecho”, una fascinante tonada de dream pop a lo Cocteau Twins, y una voz inmensa que llena todos los silencios. Esta mujer es arte puro.

Escucha Mariola Membrives – La Babilonia

 

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