Sonic Youth – La Riviera (Madrid)

La primera de las dos noches que Sonic Youth llenara La Riviera, llegué con la idea de que el concierto estaría repleto de trallazos de su última obra, The Eternal (09), a toda vista su mejor disco en años. Craso error: la ausencia de su incorporado bajista Mark Ibold, campeando con Pavement por Coachella, hizo que el formato de toda la vida con Kim Gordon a las cuatro cuerdas ni rozase sus últimas obras, construyendo un set list repaso a lo más esplendido de su carrera.

Y quemaron cartuchos a una velocidad de escándalo. Un inicio demoledor con “Schizophrenia”,  “Bull in the heather” y “100%” dejó al público del todo entregado. Thurston Moore absolutamente dispuesto a erigirse en comandante desde el escenario, insufló un brío descomunal a las interpretaciones.

Acompañó un sonido limpio que quizá pidió más decibelios en alguna ocasión. Su referencial Daydream Nation (88) fue el trabajo que gozó de más cancha –a la triada inicial fulminante le acompañaron de seguido “Hey Joni” y “The Sprawl”, donde Lee Ranaldo primero y Kim Gordon después se explayaron a gusto.

Rasposos, directos a la médula y sin aspavientos efectistas, continuaron desgranando su cancionero en una lección magistral de un rock por desgracia en desuso. No obstante, tanto cañonazo de primeras provocó cierta sensación de viajar de más a menos en la velada -aún habría picos de intensidad (“Silver rocket” y, sobre todo, la bendita abrasión de “Death Valley ‘69”, el momento más brutal de la noche)-.

Mi cuerpo se quedó con el capricho de haber recibido un “The diamond sea” en alguno de los dos bises, relativamente dispersos, que impidieron redondear un directo sobresaliente, dejándolo en un notable alto.

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