Sr. Chinarro (Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque) Madrid 28/12/22

No exageramos al afirmar que Reality Show (Mushroom Pillow, 2022), último disco de Sr. Chinarro, es uno de los más redondos y celebrados de los que ha editado en los últimos años. Su peculiar manera de ampliar universos poniéndonos en el espejo de esta alienante realidad que habitamos, ha dado forma a diez brillantes canciones que conforman un álbum que aún brilla más gracias a la compañía de Dani Vega (guitarra), Miquel Sospedra (bajo) y Xavi Molero (batería) y de su notable producción.

Con estas credenciales y la más que contrastada trayectoria del proyecto de Antonio Luque, deberíamos encontrárnoslo de gira por todo el país y en muchos de los festivales de este 2023, pero de momento seguimos asistiendo a la confirmación de un cartel tras otro, con esos artistas que parecen formar parte de un pack indivisible que -por la razón que sea- coparán la mayoría de los que se celebren el presente año. Más allá de estos misterios insondables, la banda del sevillano llegaba a la capital para defender un LP que tocaron al completo, además de hacer un repaso por algunos de los temas de su reciente cancionero. Curiosamente, este 28 de diciembre se cumplían 32 años del primer concierto de Sr. Chinarro, que igual no valían porque por entonces eran The Chinarros. Más de tres décadas en las que como insistió irónicamente Luque, habían mejorado como grupo.

Los «Efectos especiales» que abrían El Progreso (El Segell del Primavera, 2016), sirvieron de carta de presentación para adentrarnos en esa «Luis» y su historia sobre las apps de citas, en la pulsante «Sexo mar y sol», la precariedad y el fin del amor de «Falsos Autónomo» o el pop de «Cobarde» con los sintes del disco sustituidos por la brillante guitarra de Dani Vega. Por ahí asomaba igualmente la genial «Escorpio» del injustamente desapercibido El Bando Bueno (Mushroom Pillow, 2020) y uno de esos nuevos últimos hits chinarros, «El Rayo Verde». La potente «Pulgarcito» quedó algo ahogada por la acústica del recinto, pero pronto nos resarcimos con la nostálgica «El Detector» y una «Rosa» cuyas variaciones en directo la engrandecieron.

No faltaron tampoco la melódica «Margarita», ni esa ácida «La audiencia decide», para terminar de abordar su nueva referencia al completo, y entrar en un tramo final donde aguardaban la esperada «Los Ángeles», el janglepop de «Timidos», una soberbia «Babieca» y ese clásico «que podría pasar por un villancico porque tiene palmas» que es «Del Montón». Cerraron con un bis que arrancó con Luque en solitario cantándole de nuevo al fin del amor en «El Alfabeto Morse» y completaron sus noventa minutos de actuación con otro de sus peculiares éxitos, «Una llamada a la acción», que sirvió para reencontrarnos con un cancionero tan fundamental como necesario para entender las tres últimas décadas de esta escena independiente con la que tanto se les llena la boca a algunes.

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