The Cure – Mixes of a Lost World (Universal)
Es posible que ni el mismísimo Robert Smith se esperara la acogida que ha tenido la última entrega de The Cure Songs of a Lost World (2024), ya de por sí un disco que generó muchas expectativas en un fandom deseoso de quitarse el mal sabor de boca que dejó una obra menor como 4:13 Dream (2008).
El caso es que su éxito ya no solo de ventas, sino para seguidores y crítica, ha alargado su vida más allá del mero ciclo que se le supone a un disco. Y mientras llegan su esperada gira oficial y su posible sucesor, hemos podido disfrutar de su versión en directo y ahora también con las generosas remezclas que lo acompañan.
Como comenta Robert: «… Justo después de Navidad, recibí un par de remixes no solicitados de temas de Songs of a Lost World y me encantaron. The Cure tiene una historia llena de color con todo tipo de música dance, y tenía curiosidad por saber cómo sonaría el álbum completo reinterpretado por otros. Esta curiosidad resultó en un viaje fabuloso a través de las ocho canciones de 24 artistas y remixers maravillosos, y superó con creces mis expectativas. Ceder las regalías de grabación del proyecto a War Child ayuda a que Mixes of a Lost World sea un lanzamiento aún más especial».
Así llega Mixes of a Lost World, que no tiene nada que ver con Mixed Up ni se pretende y tal vez podría parecerse más a ese Hypnagogic States EP, aunque con una aplastante salvedad. La mayoría de aquellas canciones remezcladas no eran defendibles ni en su versión original, mientras que aquí el contenido a reinterpretar viene rodeado por un aura casi intocable dada su profundidad emocional. Es ahí donde encontramos la principal dificultad a la que se enfrentan estas nuevas versiones, que en muchos casos desvirtúan algunas canciones. Estamos ante un álbum triple quizá algo excesivo, que podría haber ganado enteros con más contención. En sus 24 cortes hay un poco de todo, desde invitados de la órbita de The Cure que muestran ciertas conexiones a otros completamente ajenos, lo que se filtra en el resultado final.
Los fans que no terminaron de entrar en los beats de Four Tet para acompañar a la hondura de «Alone», lo harán mucho menos en su Shanti Celeste ‘February Blues’ Remix, o en ese Meera Remix que hace completamente indistinguible «All I Ever Am». Y hay otros temas que quizá funcionen como ejercicio de estilo, pero están bastante lejos del sentimiento que envuelve a estas canciones, como la zapatilla de Daybreakers o de Omid 16b para «Warsong»; el mix de Danny Briottet & Rico Conning para «And Nothing Is Forever»; el trote innecesario que le mete Sally C a «A Fragile Thing» o la sobredosis de bpms que le imprime Gregor Tresher a «Endsong».
Por el contrario, sí que brilla «Endsong» en manos de Orbital tejiendo sus bases sobre los punteos de la canción; tiene cierta gracia cómo Âme juega con el pitch de «A Fragile Thing» acelerando o ralentizando según conviene; sorprende el tono ambiental de «I Can Never Say Goodbye» en su Craven Faults Rework o cumplen la propuestas de Daniel Avery para «Drone:Nodrone» y Paul Oakenfold para «I Can Never Say Goodbye».
La parte final es la que más se acerca al espíritu del disco y es también la mejor. Con un «Alone» a la altura en ese Ex-Easter Island Head Remix; con Chino Moreno (Deftones) oscureciendo «Warsong»; con las interesantes visiones de Trentemøller para «And Nothing Is Forever», The Twilight Sad de «A Fragile Thing» y 65daysofstatic para «All I Ever Am», y por encima de todo y de todos, esa «Endsong» a manos de Mogwai. Un auténtico prodigio de post-rock desolador que realza lo que parecía insuperable.
Si nos aferrásemos a la contención y dejásemos estas mezclas en tan solo ocho canciones y las ordenáramos como en el disco, esta sería nuestra propuesta: