Tricky – False Idols (False Idols & IK7 Records)

Han pasado dos décadas desde la eclosión del trip hop y si pensamos en sus tres cabezas bristolianas más visibles, a día de hoy Portishead suenan reinventados y crean expectación a cada  paso que dan. Massive Attack han perdido fuelle pero se les supone aún un as en la manga y Tricky, el otrora genio del movimiento, parece caído en desgracia.

Desde la publicación de Juxtapose (99), el británico parece una caricatura de sí mismo y ha estado a la altura con cuentagotas. Tanto en los insustanciales discos publicados los últimos 14 años, como en cada una de las visitas que nos ha hecho desde entonces.

Demasiado tiempo dando tumbos en pos de un sonido definitorio al que agarrarse que parece que por fin ha llegado. La mejor manera de ser Tricky es sonando a Tricky y tras girar 360º buscando una respuesta, vuelve a encontrarse consigo mismo en su nuevo álbum. Con False Idols retoma parte la oscura intensidad de sus comienzos y recupera esa amalgama de sonidos entre el R&B, el hip hop, el minimal y el dub que le hicieron grande. Aquí no hay salidas de tono y nos encontramos ante un coherente trabajo que si bien queda lejos de glorias pasadas, no supone otro borrón en su carrera.

El conjunto se abre con una oscura versión de Van Morrison («Somebody´s Sins») y por el camino nos va dejando desde algunas de las canciones más melódicas de su reciente discografía («Nothing Matters», «It´s That Your Life») a house elegante («Bonnie & Clyde») o guiños a Chet Baker («Valentine»). Además de la suciedad de «Parenthesis» junto a The Anthlers o momentos convincentes como la vaporosa «Nothing´s Changed», la hipnótica «Does It» o la evasiva «Passion Of Christ», sin duda una gran manera de cerrar un disco que roza lo notable.

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