Tulsa + Hola a Todo el Mundo – Rock Kitchen (Madrid)

Sorprendidos y entusiasmados se tuvieron que quedar los asistentes que poco a poco fueron llenando la Sala Rock Kitchen el pasado viernes, si se pensaban que Tulsa era poco más que la voz de Miren Iza o que en directo sonarían suaves y melancólicos como lo hacen a menudo en sus discos.

Pues bien, ni lo uno ni lo otro. El concierto de Tulsa fue la definición de lo que significa un grupo de música en conjunto, la demostración de que cinco componentes pueden llegar a sonar como un “todouno” en donde una voz tan especial, susurrante y escalofriante como la de Miren, se convierte en la piedra angular que le da sentido a todo, pero que sin embargo sería vulgar en solitario.

Un repertorio intenso, y quizá algo lineal, basado casi de lleno en su último disco Espera la Pálida (no en vano era el último concierto de la gira, y quien sabe en cuanto tiempo) y que fue caldeando al público a medida que poco a poco iba llenando la sala con canciones que sonaron a banda de jazz de un humeante bar de mediados del siglo pasado. “Aniversario de boda”, “El duelo”, “Barro”… canciones que fueron tomando temperatura poco a poco para alcanzar su momento más cálido con la llegada de “algo ha cambiado para siempre”, seguido de las desgarradoras “Araña” y “Matxitxako” que finalmiente consiguieron que el público empezase a mover ligeramente sus esqueleto.

Un punto de inflexión que sirvió para ir animando cada vez más a la gente, que finalmente despertó una vez la sala estaba llena, con el contundente final que protagonizaron la concatenación de “Oviedo” + “Carretera”, provocando emociones fuertes a base de una muy contundente batería y de nuevo de una banda súperpotente envolviendo a la mejor versión de la voz de Miren.

Fue sin embargo la segunda parte del concierto, la que estaba a cargo de Hola a Todo el Mundo, y que contó desde el principio con la sala llena, expectante y sin duda que mucho más proactiva que con Tulsa, la que posiblemente defraudó un poco más. Y es que no sé si es que está grabado en mi recuerdo el gran concierto y la sorpresa que supuso para mí verles en el Contempopranea, o es que posiblemente HATEM se encuentre mucho más a gusto en un entorno festivalero.

El peculiar quinteto dio buena muestra de su música y sus canciones gozaron de una excelente sonoridad, que unido al buen rollo del que siempre están envueltas consiguieron extender el genial ambiente a toda la sala. Pero quizá a un grupo como HATEM, (y lo digo porque les he visto) se le pueda pedir un poco más que conseguir sonar genial, y crear un buen ambiente.

Se les puede pedir frescura sobre el escenario (más allá de su original puesta en escena), más continuidad entre sus temas para que se mantenga la energía a lo largo del concierto (en vez de la excesiva lentitud con la que a veces pasaron entre tema y tema), y se les puede pedir sonar con la intensidad y la potencia con que lo hicieron en la primera parte de  “Choose your own adventure” (sin duda uno de los mejores momentos del concierto) o como cuando en la recta final del concierto, enlazaron “Making your mum your best friend”, la segunda parte  de “Choose your own adventure”  y “HATEM prayer team”. Momentos en los que se dejaron llevar por su mezcla de instrumentos, su vitalidad, y por el caos experimental que poco a poco van generando y que tan buen regusto deja tras su explosión final.

Una lástima de falta de ritmo que por momentos enfrió a una sala que en cada oportunidad daba muestras de querer cantar y bailar,  y que pese a la buena interpretación de las canciones, y a la buena amalgama de sonidos que estos chicos consiguen tanto en sus discos como en el escenario,  no lo pudieron hacer salvo en puntuales momentos, o como no, en el final apoteósico que siempre es “A movement between these two”, que contó con la presencia de los chicos de Tulsa en el escenario, y que finalmente hizo que todo el público se desatase y se pusiese a bailar y cantar como lo llevaban deseando toda la noche.
Sin duda que una velada de buena música la que se vivió en la Rock Kitchen, donde Tulsa interpretó a la perfección su papel, pero donde Hola a todo el mundo no exprimió todo el jugo que lleva su directo. Por suerte, estoy seguro de que existirán muchas oportunidades este verano para disfrutar más y con toda intensidad de las geniales canciones del colorido quinteto madrileño

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